Con motivo del 60 aniversario de Steven Seagal, dedicamos el Club de Cine a la mejor aberración que este "actor" ha perpetrado en su intensa carrera. Aprovechando la cercanía de 'Los Vengadores' y que hoy es el cumpleaños de Jennifer Garner, le toca el turno a 'Elektra'; prácticamente lo peorcito que ha parido Marvel en el cine. No hay de qué preocuparse, no vamos a convertir los martes en el Club del Truño... pero de vez en cuando también hay que ver cosas que no merezcan tanto la pena, aunque sea solo para discutir por qué no la merecen.
Absolutamente horrible
'Catwoman' y 'Elektra' no han hecho ningún favor al cine de heroínas. De hecho, lo han hundido en la más absoluta miseria. Quizás más la primera que la segunda, sin quitarle ningún mérito eso sí a la película de Garner. La adaptación de 2005 de este personaje de Marvel es un despropósito inaguantable. Los escasos 92 minutos que dura le hacen un favor a la completamente anticlimática narración que se monta Rob Bowman, director del film.
Los primeros minutos presentan a Elektra, una asesina que está en la difusa línea entre el bien y el mal, haciendo su trabajo: acabar con muchísima gente. Sin embargo, pese a que luego se nos relatan los acontecimientos iniciales como una verdadera carnicería, solo vemos morir a dos villanos. Lo que podría haber sido un primer acto de lo más interesante, acaba siendo un jarro de agua fría. Hay incluso planos con esa manida cámara lenta chusca a la que le faltan fotogramas, ese tipo de escenas ralentizadas donde la fluidez brilla por su total ausencia.
Tono desfavorecedor
Curiosamente, es una película que se toma muy en serio a sí misma. Hay filosofía zen y personas que buscan el sentido de su vida. Ese tipo de cosas que no quieres ver constantemente en una película de superhéroes. Probablemente sea el film de Marvel con menos chistes. De hecho, el único momento "cómico" de la cinta aparece a los 10 minutos aproximadamente, y es introducido con la sutileza con la que Michael Bay introduciría una de sus características explosiones: "Más vale que duermas un poco porque si no vas a derrumbarte. Oye, ¿follas alguna vez?". Y ya está. Así. Naturalidad cero.
Otro aspecto interesante respecto a esta frase es que es corresponde a uno de los pocos instantes donde 'Elektra' usa un lenguaje más adulto de lo normal. La cinta tiene un tono muy melodramático, pero es todo lo contrario de una película dura. Es tan poco explícita - algo que no caracteriza al cómic original, precisamente - que los enemigos en vez de morir como las personas normales, desaparecen en forma de humo amarillo. Hay ninjas japoneses que mueren formando una nube; si eso no sobrepasa los límites de un film que supuestamente es triste y tiene pequeños toques filosóficos, no sé qué lo podría hacer.
Todo está mal
Las incoherencias no paran de sucederse una tras otra. En una escena vemos cómo Elektra limpia todo su hogar para eliminar su propio ADN y en otra la vemos tocándolo todo en una casa ajena. Además, para ser una persona que se toma tantas molestias en no ser detectada, es curioso que su maestro ciego la reconozca porque vuelve a llevar el mismo perfume que la última vez que se "vieron". Es decir, la asesina más eficaz del planeta lleva perfume. Sí, venga, vale.
No solo es el tono y las incesantes incoherencias. Resulta que no hay nada que se libre. La fotografía tiene momentos en los que es correcta y otros en los que adopta un contraste apagado que no le podría venir peor a 'Elektra', haciendo la acción incluso más aburrida. De hecho, el ritmo de por sí ya es bastante malo, basándose en constantes fantasmadas de la protagonista para aguantar hasta los combates del tercer acto - absolutamente decepcionantes, además -.
Las actuaciones están al mismo nivel que el resto de apartados. Jennifer Garner no es una actriz mediocre, pero se ve que el director estaba tan concienciado en hacer una chapuza que la debió obligar a actuar como si le hubieran introducido una docena de palos por la zona rectal. 'Elektra' tiene el dudoso orgullo de tener el peor llanto que he visto jamás en una obra cinematográfica, y viene de la mano de Garner. Lo único que la actriz consigue hacer sin fallar es poner morritos ante la cámara. De hecho, en todo el metraje no deja de hacerlo ni un solo momento.
Si en la crítica de la peli de Seagal comentasteis que habría que cambiar el título de la misma de "'Señalado por la muerte', Steven Seagal haciendo lo que mejor sabe hacer" a "Steven Seagal haciendo lo único que sabe hacer", lo justo sería admitir que ésta no debería llamarse "'Elektra', o cómo no hacer una película de superhéroes", sino "'Elektra', o cómo no hacer una película".
