China es un país muy suyo, para lo bueno y para lo malo. A pesar de sus problemas políticos, son un mercado en constante expansión y James Cameron lo ha podido comprobar gracias al re-estreno en 3D de su blockbuster 'Titanic'. La película ha conseguido situarse como el segundo mejor estreno de la historia del cine en China, gracias a sus 11,6 millones de dólares.
Pero los fans del extenso país asiático se han llevado una gran decepción cuando han recreado de nuevo el hundimiento del trasatlántico y faltaba algo con respecto a la travesía de 1998: el torso desnudo de Kate Winslet. Así es, la nueva versión tridimensional de la cinta de James Cameron ha llegado a China sin las pocas pero importantes escenas de desnudos.
Según informa THR, los fotogramas han sido modificados para que, por ejemplo, en la escena en la que Leonardo DiCaprio pinta a una desnuda Kate Winslet, solamente se vea a la actriz de cuello para arriba. Las críticas no han tardado en llegar, con frases como "he esperado 15 años, y no por los icebergs en 3D". Pero la razón de esta censura por parte de la Administración de Radio, Cine y Televisión es para leerla dos veces.
Según el organismo que ha tomado la decisión, "considerando unos efectos 3D tan vivos, tememos que los espectadores puedan utilizar sus manos y tocarse, importunando el visionado de otras personas. Para evitar conflictos potenciales entre el público y con el fin de construir un ambiente ético, social y armonioso, hemos decidido cortar las escenas de desnudos". Estas declaraciones son tan exageradas como hilarantes, aunque todo sea para no ver masturbarse al de la butaca de al lado.
La última cena del Titanic en Hong Kong
Como dijimos al principio, el mercado asiático es bastante especial, y aunque el desastre del Titanic les pille un poco lejos, van a "celebrar" su centenario por todo lo alto. Por ejemplo, un conocido restaurante de Hong Kong presentará en la noche del 14 al 15 de abril, momento en que se hundió el Titanic hace 100 años, una fastuosa cena con el mismo menú que el de la última noche del buque, con los camareros vestidos igual y por el "módico" precio de 1.930 dólares. Eso sí, con una cena de diez platos y una copa de champán de 1907 recuperado del mar. ¿Están locos estos chinos?
