No es difícil encontrar actores que tras cierto éxito necesitan algún tipo de rehabilitación para no hundirse entre malas prácticas, la última incorporación a la larga lista ha sido Emma Kenney, la actriz de 18 años de 'Shameless'.
Kennel ha asegurado estar en busca de tratamiento para "sus batallas" personales: "Estaba siendo muy tonta e inmadura, haciendo cosas que no debería porque son ilegales y no tengo 21 años", comenta en un comunicado. "No era sano y me estaba haciendo sentir incluso peor, con ansiedad y depresión. Era una pendiente resbaladiza por la que no quería descender y sabía que tenía que pararlo", recoge Entertainment Weekly.
Antes de este anuncio, la actriz ya había comentado en In Touch Weekly que estaba buscando un tratamiento no especificado para estas "batallas" y así poder "tomar mejores decisiones". Por otro lado, ella misma quiso anunciar en Twitter sus planes de hacer un cambio de cara a informar a sus fans: "Hola y adiós (por un tiempo). He decidido tomarme un descanso de las redes sociales y Los Ángeles. Suena muy tópico pero esta ciudad/industria de verdad puede contigo. Voy a reencontrar mi paz y felicidad".
hello & goodbye (for a bit) ive decided to take a break from social media and LA for a minute. this sounds so cliche but this town/industry can really get to you. going to re-find my peace happiness????????xo emma ? pic.twitter.com/6OWCDNrAW0
? Emma Kenney (@EmmaRoseKenney) 9 de abril de 2018
En la declaración, también comentaba que quería ser la mejor versión de sí misma posible y animaba a sus seguidores a buscar ayuda si ellos también la necesitaban: "Está bien admitir que necesitas ayuda, eso no te hace débil".
El revival de 'Roseanne'
Conocida por su papel como la pequeña Debbie Gallagher en 'Shameless' durante ocho temporadas, la joven actriz también participa en el resurgimiento de la serie de finales de los 80 'Roseanne'.
Incluyendo algunos giros de guion, la serie ha recuperado a gran parte de su reparto original, hasta han resucitado el papel de John Goodman. En esta nueva etapa, Kenney interpreta a la hija mayor de Darlene, Harris. El regreso a la televisión de esta ficción ha sido tan grande (18 millones de espectadores en su estreno) que ya ha sido renovada para una nueva temporada.
Junto a Kenney y Goodman, vuelven del reparto original Roseanne Barr, Laurie Metcalf, Shameless (US), Sarah Gilbert, Michael Fishman y Sarah Chalke, mientras que entre las nuevas incorporaciones destaca Johnny Galecki, el actor de 'Big Bang Theory'.
7 razones por las que engancharte a 'Shameless (US)'
Frank Gallagher
Un maravilloso William H. Macy da vida a la figura paterna más desastrosa de la historia de la televisión. Frank Gallagher no puede pasar ni siquiera la mañana sin su pinta y su chupito de JB, su lugar favorito en el mundo es El Alibi, bar de perdedores del barrio, y si le mencionas a sus hijos no se acuerda de todos sus nombres. Borracho y egoísta, no le importa mentir, estafar al gobierno, apostarse un hijo, vender su cuerpo, transportar droga o aprovecharse de moribundos con tal de conseguir dinero o bebida.
Frank aporta los momentos más divertidos de cada capítulo así como los discursos más memorables, y H. Macy es capaz de reflejar de manera tan formidable ese desastroso y alcoholizado existir que a menudo nos olvidamos de que estamos viendo una ficción televisiva y pensamos que estamos sentados junto a un pobre borracho que no para de gritar ¡"otro whiskey doble"!
El continuo fluir de problemas y sorpresas
En Shameless todo es posible, todo. Desde el capítulo uno se van sucediendo momentos tan extravagantes y políticamente incorrectos que, si bien al principio nos dejan con la boca abierta, nos hacen reír y cabecear con el paso de las temporadas según vemos crecer a esta familia.
Los embarazos adolescentes, el fetichismo anal de una agorafóbica, la prostitución con moribundos, los triángulos sexuales con madres e hijas, los trasplantes de órganos ilegales, los bebés asiáticos con síndrome de Down, los tiroteos caseros, el cáncer o fisura ósea como chantaje y los encarcelamientos de menores son solo algunas de las cosas que podemos encontrar en esta dramedia, capaz de mantener el ritmo y el interés del espectador prácticamente en cada segundo.
La relación entre los hermanos
Fiona (Emmy Rossum), responsable de cinco chicos a la fuerza y amante del caos; Lip (Jeremy Allen White), inteligente y hábil conquistador; Ian (Cameron Monaghan), sensible y víctima de su condición sexual y mental; Debbie (Emma Kenney), adolescente sobre-hormonal demasiado adelantada para su edad; Carl (Ethan Kutkosky), delincuente amante de la violencia, y el pequeño Liam, que seguro que pronto empieza a liarla.
Todos ellos forman un tandem maravilloso, un sexteto que unas veces funciona y otras no, pero que siempre consigue reencontrarse a sí mismo. Crecer solos no es nada fácil, hubo y habrá muchos problemas entre ellos, pero, como ellos siempre dicen, "Un Gallagher es un Gallagher". Por la familia, todo.
Los maravillosos vecinos
'Shameless (US)' no sería lo mismo sin Kevin (Steve Howey) y Verónica (Shanola Hampton), los vecinos divertidos y ocurrentes que siempre están al pie del cañón para echar una mano (o ayudar a cagarla más) con lo que sea. La enamoradísima y cañera pareja interracial ha tenido sus idas y venidas durante toda la serie, pero siempre ha sido un apoyo principal para la familia protagonista.
Es más, son muchas las veces en las que sus subtramas salvan capítulos. Su humor, su desapego, su estilo de vida, el que aparezcan terceras personas, el 'holy shit!' de Kevin que ya es un hito, sus mutuos esfuerzos por no liarla que nunca dan su fruto... La cosa se enreda más cuando entra en escena Svetlana (Isidora Goresther), una prostituta rusa que deja perplejos a todos con su ruda inteligencia superior.
Lo agridulce de sus capítulos
En 'Shameless (US)' se pasa mal. Y nosotros lo pasamos mal. Cuántas veces habremos visto a la bella Fiona llorar, maravillosamente interpretada por Rossum. De impotencia, rabia, desamor, amor, dolor. Sus hermanos no se quedan atrás, para ninguno de ellos la vida es fácil, y ese dolor suyo traspasa la pantalla y llega de forma muy limpia al espectador. Incluso Frank, cuando le toca, sufre.
Sin embargo, la serie también tiene su cara totalmente opuesta. Son muchos los giros divertidos y ocurrentes los que los guionistas introducen para, en el momento justo, arrancarnos una sonrisa o una carcajada, aunque justo un minuto antes estuviéramos lamentándonos. Al final, aunque haya mucha desgracia, los Gallaghers siempre acaban sonriendo. Como la vida misma.
Su cultura y adoctrinamiento
Puede parecer paradójico, pero en medio de ese caos, desorden e incorrección que es 'Shameless (US)', se encuentra toda una enseñanza que, como buen producto cultural que es la serie, el espectador puede integrar e incorporar a su día día. No bromeo. ¿Qué otra cosa más que la amistad, el amor fraternal, la lealtad, la lucha, la superación y el creer en uno mismo nos enseña esta ficción?
Sí, también nos enseña cómo no hay que cagarla. Los efectos de las drogas duras, los embarazos a destiempo, la violencia y todas las locuras que hemos podido presenciar a lo largo de seis temporadas no son nada recomendables, pero nos han servido para observar la realidad de muchas personas en todo el mundo. Una vez hemos conocido todo esto, quizás en algún momento estemos a tiempo antes de tomar una decisión.
Su estilo "Boyhoodiano"
'Shameless (US)' comenzó a rodarse en 2010, y es increíble lo que han crecido sus protagonistas (especialmente los más pequeños) desde entonces. El que una serie sea tan larga y rodada a tiempo real, sumado a que sus protagonistas sean niños que van creciendo, recuerda a 'Boyhood', esa película rodada en 12 años con los mismos actores que cambió las reglas de la cinematografía. Le cojas más o menos cariño a un personaje, es imposible desear que lo interprete otro actor (esperemos que no pase).
Hemos seguido de cerca la vida de cada Gallagher: su primera vez en el instituto o universidad, su primera relación sexual, su primer amor, su primer trabajo, su primer contacto con las drogas, sus primeras dudas y frustraciones, su primera pelea... De alguno, hasta su primer paso o palabra. Además, parece que tenemos Gallaghers para rato, ya que son 11 las temporadas que tuvo su predecesora británica. Si aún nos quedan cuatro años de esta maravilla de serie, ¡disfrutemos de ello!