Emma Watson se opone a los selfies: "El fenómeno 'Harry Potter' cruza la obsesión"

Las nuevas tecnologías han hecho mucho daño; y si no que se lo pregunten a Emma Watson (o a cualquier estrella con alma de celebridad, sea de la disciplina que sea). En una reciente entrevista con la revista Vanity Fair la actriz de 'La Bella y la Bestia' ha confesado por qué no está dispuesta a tomarse fotografías con sus seguidores; y no, los motivos no pueden ser menos sorprendentes.

"Hago esto [actuar] desde que tenía diez u once años, y siempre he pensado «no encajo en este trabajo porque soy demasiado seria; soy un grano en el culo; soy difícil; no encajo»; pero conforme me he ido haciendo mayor me he repetido «¡No! Luchar esas batallas, las pequeñas y las grandes, es quien soy»", afirma la actriz cuando le preguntan sobre las desventajas de crecer bajo los focos.

A medida que su contrato de 8 películas con Warner Bros. terminaba y tomaba conciencia de que sus días como Hermione Granger llegaban a su fin, Watson comenzaba a experimentar su propia anagnórisis. "Caminé sobre la alfombra roja y fui al baño. Llevaba muchísimo maquillaje, y uno de esos vestidos grandes y pomposos. Coloqué mis manos sobre el lavabo, me miré al espejo, y dije: «¿Quién es ésta?». No conseguía conectar con la persona que me estaba mirando, y fue muy inquietante", sostiene la actriz. En 2009, Watson decidió abandonar Gran Bretaña y comenzar sus estudios de Literatura inglesa en la Universidad de Brown, al otro lado del charco. Fue entonces cuando supo que debía tomar una decisión respecto a su futuro "La fama se estaba volviendo un punto de no-retorno. Sentía que si eso era algo de lo que tendría la oportunidad de alejarme era ahora o nunca. Entonces me di cuenta que en realidad eso era lo que había firmado".

Por esa razón, la actriz decidió dejar de conceder "selfies" a aquellos fans que se la encuentran por la calle, diferenciando su tiempo libre de su jornada laboral. "Para mí, es la diferencia entre tener la oportunidad de vivir una vida y no tenerla. Si alguien me hace una fotografía y la publica, en dos segundos habremos creado un mercado a diez metros de donde estoy. Pueden ver qué llevo puesto y con quién estoy. No puedo ofrecer esa información de seguimiento". Sin embargo, Watson está más que dispuesta a pasar todo el tiempo del mundo con sus seguidores: "En ese caso diré, «me sentaré aquí y contestaré todas y cada una de las preguntas del universo Harry Potter que tengáis pero no puedo sacarme ninguna foto». Tengo que elegir cuidadosamente mi momento de interacción. Diferenciar cuando soy una celebridad de cuando voy a hacer de alguien la mejor semana de su vida. A los niños nunca les digo que no, por ejemplo".

Vivir vigilada en el ojo del huracán no es la situación más placentera, por lo que Watson no duda en confesar que una de las razones por las que no comparte información sobre su vida personal es porque no quiere sentir que su vida es "una obra de teatro". La obsesión que algunos de sus admiradores desarrollaron hacia su persona gracias a la saga del mago es en gran medida la razón por la que Watson ha decidido establecer esa distancia.

"He conocido admiradores que llevan mi cara tatuada en su cuerpo. He conocido gente que se refugiaron en los libros de 'Harry Potter' para superar su cáncer. No sé cómo explicarlo, pero el fenómeno Harry Potter está en otro lugar. Cruza la obsesión. Una gran parte de mí lidiando con el fenómeno se apoya en que no se trata de circunstancias normales. La gente me dice «¿Has hablado con Jodie Foster o Natalie Portman? Te aconsejarían de maravilla sobre cómo crecer debajo de los focos»; y, aunque no quiero decir que para ellas fue más fácil, las redes sociales son un nuevo mundo. Las dos defienden que la tecnología ha cambiado las normas del juego".

Ese deseo de alejarse del interés público, ha hecho que la actriz rechace papeles tan importantes como el de Mia en la galardonada 'La La Land' de Damien Chazelle. Sin embargo, Watson defiende que en ocasiones prefiere descansar y disfrutar de su familia y amigos en lugar de hacer películas grandes con el fin de mantener su salud mental.

Asimismo, Emma Watson tiene pendiente el estreno del remake de 'La Bella y la Bestia' de Bill Condon, cuyo estreno es el próximo 17 de marzo y aspira a ser todo un éxito en taquilla.

La aprobación de un icono

Desde el primer momento, Watson quería transformar a la Bella de Disney en un icono feminista que millones de niñas pudieran tener como ejemplo. Así, la actriz invitó a su madre y a la periodista Gloria Steinem, icono del feminismo, a un pase privado de 'La Bella y la Bestia'. "No podría importarme menos ganar un Oscar o no si la película no transmitiera algo que creyera que la gente necesitara escuchar", asegura Watson. Por otro lado, el veredicto de Steinem no podía ser más positivo: "Es fascinante que su activismo esté tan bien retratado en la película. Es ese amor a la literatura lo que vincula a Bella con la Bestia y también lo que desarrolla la trama". Me temo que tendremos que esperar al 17 de marzo para ver qué ha hecho Watson de Bella para que fascine tanto a Steinem.