El Microsoft Theater de Los Ángeles se ha vuelto a poner de gala para acoger la 69ª edición de los premios Emmy, que reconocen lo mejor de la industria televisiva estadounidense. 'The Handmaid's Tale' y 'Big Little Lies', se han alzado como indiscutibles ganadoras con cinco galardones cada una, pero la noche ha sobresalido por lo repartido y justo de sus premios, destacando además con respecto a otros años por la diversidad e inclusión en los premiados.
Acostumbrados a las galas de premios eternas, la retransmisión de este año ha sido relativamente ligera y sin incidentes destacables, en parte gracias a la buena labor de su maestro de ceremonias, el humorista Stephen Colbert, y a lo divertido de los sketches que han salpicado la emisión. Eso sí, más de tres horas de televisión en directo dan para mucho, y los altibajos son inevitables. Afortunadamente, este año los discursos han sido concisos, además de emocionantes y reivindicativos, lo que también ha ayudado a que la madrugada haya sido más llevadera para los trasnochadores.
Una ceremonia llena de pullas al presidente
Los primeros Emmy de la era Trump pasarán a la historia por su carácter crítico y su labor integradora. A continuación hacemos un repaso por los mejores y peores momentos (por suerte, hubo más de lo primero) de una noche que no solo ha servido para lanzar indirectas poco sutiles al presidente, sino que también, y esto es de lo que se trata, ha puesto de manifiesto la impresionante calidad que reina en estos momentos en la ficción televisiva.
Emmy 2017: Lo mejor y lo peor de la gala
Mejor: El triunfo de las mujeres
La escalofriante serie protagonizada por Elisabeth Moss es solo la punta del iceberg de una noche caracterizada por la diversidad, la reivindicación y la celebración de la mujer. Tras una ceremonia en la que una mujer afroamericana (lesbiana, para más señas), Lena Waithe, ganaba el Emmy a mejor guion por primera vez o una directora, Reed Morano, se llevaba un galardón normalmente reservado a los hombres (el de mejor realización de drama), que las tres grandes premiadas en las principales categorías de ficción fueran series protagonizadas por mujeres y sobre mujeres ('Veep', 'Big Little Lies' y 'The Handmaid's Tale') no fue sino el broche de oro a una gran noche de feminismo e integración.
Mejor: La edición de la diversidad
Los Emmy suelen ser más racialmente diversos que los Oscar, ya que en ese aspecto la televisión va más adelantada que el cine, pero este año han sido especialmente heterogéneos. Los premios para Aziz Ansari, Donald Glover, Sterling K. Brown, Riz Ahmed y Lena Waithe así lo atestiguan. Estos artistas están aportando una voz propia, diferente a la que ha dominado hasta ahora el panorama catódico, y es justo que se les reconozca su labor.
Peor: El ninguneo a Netflix, 'Westworld' y 'Feud'
Netflix, el gigante de la televisión por Internet, partía esta edición con 91 candidaturas, siendo la segunda plataforma más nominada del año (después de HBO, claro), pero a la hora de la verdad, la Academia se ha decantado por otro servicio de streaming on demand, Hulu, la propietaria de 'The Handmaid's Tale' en Estados Unidos, y la sempiterna HBO. Netflix no se ha ido de vacío ('Master of None', 'The Crown' y 'Black Mirror' se conformaron con unos pocos premios), pero casi: la veterana 'House of Cards' y el fenómeno 'Stranger Things' no se llevaron ni una estatuilla en la noche del 17 de septiembre. Pobre Eleven.
Por otro lado, también llama la atención el caso de 'Westworld' (HBO) y 'Feud: Bette and Joan' (FX), dos de las grandes perdedoras de la noche. La primera, que tenía el mayor número de nominaciones este año, no recibió ni un solo premio durante la gala, teniendo que conformarse con los tres galardones técnicos que ganó una semana antes, y la segunda solo ha obtenido un premio de 16 nominaciones que tenía, el de mejor diseño de peluquería.
Mejor: La ira de Mamacita
Uno de los momentos virales de la noche ocurrió durante la entrega del premio a mejor actriz secundaria de miniserie. Cuando el galardón fue a parar a Laura Dern por 'Big Little Lies', Jackie Hoffman, que optaba al premio por interpretar a la gran Mamacita de 'Feud', reaccionó gritando "¡Maldita sea!" y haciendo gestos airados. Muchos medios creyeron que la reacción era real, por lo que la actriz tuvo que aclarar (indignada) por Twitter que se trataba de una broma.
Peor: Echan a Sterling K. Brown
Sterling K. Brown se llevó el Emmy por segundo año consecutivo. En la edición pasada lo ganó por 'American Crime Story', y en esta por el fenómeno de las networks 'This Is Us'. El actor empezó a pronunciar un emocionante discurso, pero los productores decidieron cortarlo con la impertinente música para echar del escenario. Brown se resistió a abandonarlo, pero le cortaron el audio y cambiaron a un plano general, obligándolo a desistir. Al menos, el actor pudo terminar su carismático discurso en el backstage, pero todo el asunto fue bastante feo e irrespetuoso hacia él, sobre todo teniendo en cuenta que a continuación, Nicole Kidman pudo dar un discurso más largo sin que nadie la cortase.
Mejor: Donald Glover hace historia
Fue sin duda la noche de Donald Glover. El futuro (o pasado, según se mire) Lando Calrissian es uno de los actores del momento en Hollywood, y la edición 69º de los Emmy ha cimentado su camino hacia el estrellato. Glover se llevó dos de los tres premios a los que era candidato por su aclamada serie, 'Atlanta', uno a mejor dirección de comedia (la primera vez que un afroamericano gana en esta categoría) y otro a mejor actor. Vamos a oír mucho su nombre en los próximos años.
Mejor: Alec Baldwin y Kate McKinnon
'Saturday Night Live' fue una de las grandes ganadoras de la noche. El programa de sketches proporcionó a Alec Baldwin y Kate McKinnon sendos Emmys consecutivos en un año en el que ambos han dado vida a los dos contrincantes de las pasadas elecciones estadounidenses. Baldwin le dedicó su premio a Donald Trump: "Por fin, señor presidente, aquí tiene su Emmy", le dijo el actor haciendo referencia a la indignación de Trump por no haber ganado nunca la estatuilla por 'The Apprentice', mientras que McKinnon hizo lo propio con Hillary Clinton, aunque en su caso para darle las gracias sin ironía y elogiar su "elegancia".
Peor: Problemas técnicos
Desde el fiasco 'Moonlight'/'La La Land' estamos a la que salta en las entregas de premios, pero a decir verdad, la noche de los Emmy transcurrió sin incidentes. Al menos hasta que Cicely Tyson salió al escenario. La actriz, de 92 años, tuvo problemas con el teleprompter y se quedó sin frase dos veces, protagonizando unos larguísimos e incómodos silencios. Por suerte, Anoki Noni Rose, que la acompañaba en el escenario, agilizó su presentación cuando le tocó hablar a ella. Aquí no ha pasado nada.
Mejor: Los sketches
El número musical de apertura y monólogo inicial de Stephen Colbert, el presentador de la gala, cumplieron con lo que se esperaba de él, pero los números y sketches que repartió por la gala elevaron el listón. Destacó especialmente la parodia de 'Westworld', en la que Colbert aparecía desnudo (como había prometido antes de la gala) y Tituss Burgess ('Unbreakable Kimmy Schmidt') protagonizaba el cameo más divertido de la noche. Otro sketch que dio en la diana fue el que protagonizó RuPaul. La reina de las drag queens se convirtió, cómo no, en la versión de carne y hueso de la mismísima Emmy, la codiciada estatuilla dorada.
Mejor: El beso de Alexander Skarsgård
Alexander Skarsgård ganó el Emmy a mejor actor secundario de miniserie por su terrorífico personaje de 'Big Little Lies', y de camino al escenario le plantó un beso en los labios a Nicole Kidman, su sufrida compañera de reparto en la miniserie de HBO, delante de su sonriente marido, Keith Urban. Qué cariñosos estos suecos.
Peor: Los Sheldon
La aparición de Jim Parsons junto al pequeño Iain Armitage, que interpreta a Sheldon de joven en la nueva sitcom de CBS (la cadena que emite la gala de los Emmy en EEUU) 'Young Sheldon', fue uno de los momentos más descaradamente publicitarios de la noche. Un forzado caso de product placement que desentonó por completo con el resto de la ceremonia, y que además no hizo demasiada gracia.
Mejor: El premio a Ann Dowd
La veterana Ann Dowd recibió su primer Emmy por su sobrecogedora y terrorífica interpretación en 'The Handmaid's Tale'. Este año también estaba nominada por 'The Leftovers', una de las grandes y más injustas olvidadas de esta edición. Por eso, su Emmy no es solo reconocimiento a su gran labor en 'The Handmaid's Tale' y a una carrera que debería haber sido premiada antes, sino también sabe un poco a justicia para 'The Leftovers' y sus sufridos fans.
Mejor: El discurso de Nicole Kidman
Nicole Kidman recibió el premio a mejor actriz de miniserie por 'Big Little Lies' y fue de las ganadoras que aprovechó su tiempo en el escenario para realizar un discurso reivindicativo, en su caso sobre la violencia doméstica: "Hemos arrojado luz sobre este tema. Es un mal complicado e insidioso. Está más presente de lo que queremos creer". Era su primer Emmy, y prefirió ceder su protagonismo a un asunto mucho más importante, lo cual la honra enormemente.
Mejor: Reunión '9 to 5'
Uno de los momentos más emocionantes de la noche fue el épico reencuentro del magnífico trío de protagonistas del clásico 'Cómo eliminar a su jefe' ('9 to 5'), Lily Tomlin, Dolly Parton y Jane Fonda. Las tres recordaron cómo a comienzos de los 80 tuvieron que lidiar con un hombre autoritario, machista y racista, y cómo en 2017 siguen haciéndolo, refiriéndose obviamente al presidente, Donald Trump. Después de ver a las tres juntas en el escenario, el deseado cameo de Parton en 'Grace & Frankie' parece más posible.
Por cierto, sin ánimo de desmerecer a Tomlin y Parton, Jane Fonda no podía estar más impresionante a sus 79 años. Lo suyo es increíble.
Peor: El In Memoriam
Los Emmy no quisieron desaprovechar la oportunidad para apuntarse a la moda de 'Hamilton', el fenómeno de Broadway al que casi todas las series del último año han hecho referencia en sus diálogos, poniendo en el escenario a una de sus estrellas, Christopher Jackson, para que cantase en directo la canción que acompañaba al tradicional In Memoriam. Sin embargo, el número no tuvo la acogida que se esperaba. El montaje de las fotos de los artistas fallecidos este año en marcos antiguos daba sensación de estar hecho por un aprendiz de Photoshop y restó bastante clase al momento. Además, como suele ocurrir, se olvidaron de unos cuantos nombres, entre otros Sam Shepard, Charlie Murphy, Harry Dean Stanton o Frank Vincent.
Mejor: Julia y los récords
Cuando a la Academia le da por una serie o un intérprete, es difícil sacarla de ahí. Pero a ver quién es el valiente que se atreve a cuestionar el Emmy a Julia Louis-Dreyfus por 'Veep'. Predecible, sí, pero también merecido. Con este premio, Dreyfus rompe nada más y nada menos que tres récords: es la actriz con más Emmys conecutivos (seis) por interpretar al mismo personaje, la intérprete que ha ganado más veces el Emmy en una misma categoría (siete en total a mejor actriz de comedia) y la actriz con más Emmys en total (ocho), empatada con Cloris Leachman. HBO ha anunciado que la séptima temporada de 'Veep' será la última. ¿Seguirá Julia batiendo récords el año que viene? Contad con ello.
Mejor: 'San Junipero' y la representación LGBTI
Además de ser unos premios feministas, reivindicativos y racialmente diversos, también hubo hueco para el colectivo LGBTI. Lena Waithe, ganadora junto a Aziz Ansari del Emmy a mejor guión de comedia por 'Master of None', dedicó su premio a su "familia LGBTI", a la que animó a "ponerse la capa imaginaria y salid al mundo". Y por supuesto, no podemos olvidar el triunfo de 'San Junipero', el episodio de 'Black Mirror' que cuenta un precioso romance entre dos mujeres, ganador de dos Emmys, mejor guión de miniserie y mejor película para televisión.
Mejor: Margaret Atwood sube al escenario
El gran premio con el que terminaba la noche, el de mejor serie dramática, fue a parar a 'The Handmaid's Tale', una distopía políticamente relevante y tristemente de actualidad cuyo triunfo significó toda una bofetada en la cara de la administración Trump. El equipo de la serie subió al escenario para recoger el galardón, que el showrunner, Bruce Miller, dedicó entre otras personas a la venerada autora del libro en el que se basa la serie, Margaret Atwood. La escritora fue recibida con una gran ovación por parte del público. John Lithgow, especialmente entusiasmado de verla, se puso en pie para aplaudir.