'Juego de Tronos' ha hecho historia, una vez más. La afamada producción de HBO se ha alzado con el premio a la mejor serie dramática en la 71ª edición de los premios Emmy. La ficción ha entrado en el podio de las series más premiadas en esta categoría, al haber conseguido ganar en esta sección en cuatro ocasiones, igualando el récord de 'Mad Men', 'Canción triste de Hill Street', 'La ley de los Ángeles' y 'El ala oeste de la Casa Blanca', que comparten el título de ficción dramática más galardonada.
"Estos últimos diez años han sido los mejores de nuestras vidas, no puedo creer que lo hayamos hecho, creo que nunca volveremos a ver algo así", declaró el showrunner David Benioff al recoger el premio. "Es increíble que sigáis vivo", dijo mirando a los miembros del reparto su subieron con los creadores de la ficción. "Gracias a todo nuestro encantador e increíble reparto , hacen que todo lo que escribimos sea mejor", agregó Dan Weiss. "Los queremos más y más por cada minuto que hemos pasado con vosotros", comentó.
Una victoria con sabor agridulce
La gala ha cumplido con el guion y 'Juego de Tronos' obtuvo el máximo premio para una serie dramática. Pese a arrasar en el número de nominaciones y a triunfar con 10 premios en los Emmy Creativos, no ha llegado a tenerlas todas consigo. El motivo es que, pese a triunfar como mejor ficción de drama del año, la adaptación de la saga literaria de George R. R. Martin no ha brillado en una noche en la que parecía destinada a ser la principal protagonista, al obtener solamente dos premios, puesto que al de mejor serie dramática solo se sumó el Emmy al mejor actor de reparto para Peter Dinklage.
Con lo cual, la victoria tiene cierto sabor agridulce, especialmente porque 'Fleabag', 'Chernobyl' y 'Ozark' le robaron protagonismo a la serie de HBO. La comedia creada, dirigida, escrita y protagonizada por Phoebe Waller-Bridge fue la auténtica sensación de la noche, al obtener cuatro de los seis premios a los que optaba, incluyendo mejor comedia del año, superando a otras favoritas como 'Veep' (una veterana gran premiada que se ha ido de vacío) o 'La maravillosa Sra. Maisel'.
Por otro lado estuvo 'Chernobyl', que reinó en las categorías de miniseries, la aplaudida ficción de Craig Mazin obtuvo tres de los seis premios Emmy a los que optaba, incluyendo el de mejor miniserie del año, mejor guion y mejor dirección. Otra serie que le 'robó' protagonismo a 'Juego de Tronos' fue 'Ozark', la ficción distribuida por Netflix ganó dos galardones clave que sorprendieron a la audiencia, las de mejor actriz de reparto y mejor dirección.
Jodie Comer pudo con la Khaleesi
En la primera, una joven Julia Garner derrotó a las cuatro heroínas de Poniente, pese que Gwendoline Christie y Maisie Williams sonaban como firmes candidatas; mientras que en la segunda, Jason Bateman pudo contra los cuatro directores de 'Juego de Tronos' que aspiraban al premio. Eso sin mencionar que Jodie Comer le dio a 'Killing Eve' su único Emmy de la noche, dejando fuera a la mismísima Khaleesi de Emilia Clarke y que Billy Porter y 'Pose' pudieron contra el Guardián de la Noche de Kit Harington.
Pese a todo, 'Juego de Tronos' cumplió, agrandando más su prestigioso legado , al seguir siendo la ficción más premiada de la historia de los Emmy. La victoria de su octava y última temporada sirve también de broche para una serie que ha hecho historia, pese a la polémica sufrida por la tanda de episodios final.