En 2006 el reputado dramaturgo madrileño Juan Mayorga, estrenaba sobre las tablas la estupenda obra 'El chico de la última fila', una magnética historia sobre la obsesión de un profesor de literatura por los relatos de uno de sus alumnos, de cuya adaptación al cine se ha encargado el irregular cineasta francés François Ozon, autor hiperactivo, con innegable sello propio y cuya filmografia gira muy a menudo en torno a retorcidas relaciones entre la fascinación y la autodestrucción; como en su primer éxito 'Gotas de aguas sobre piedras calientes' , en la impactante 'Amantes Criminales' o en aquella 'Swimming Pool' con la que tiene no pocos puntos en común esta estupenda 'En la casa'.
El parisino Fabrice Luchini, habitual del cine de Rohmer y que ya trabajara con Ozon en la aplaudida comedia 'Potiche', es un actor notable aunque a menudo tendente al exceso, que en esta ocasión ofrece un memorable recital en la piel de un profesor desencantado con el pésimo interés y capacidades de sus nuevos alumnos de secundaria, que se ve atrapado en un retorcido juego intelectual propuesto por un brillante alumno, que consiste en la entrega de sucesivas redacciones en las que narra los entresijos familiares de los que el joven es testigo cuando acude al hogar de uno de sus compañeros, al que ayuda con las matemáticas. La interesante propuesta, coloca así al maestro (y de paso al espectador) en una sugestiva posición de privilegiado voyeur de la cotidianidad ajena.
La relación alumno-maestro, se va enturbiando a medida que el adolescente narra asuntos crecientemente escabrosos y la frontera entre lo real y lo ficticio se difumina para dar paso a una incertidumbre muy estimulante, dentro de una peligrosa espiral de fascinación y dependencia, que pondrá al profesor en una situación comprometida tanto en su trabajo como en su vida privada. Mientras tanto, el espectador disfruta con una vigorosa narrativa que propone un vibrante y muy logrado juego de espejos, con un extraordinario trabajo de dirección, que logra que el relato nunca llegue a acusar la teatralidad del material original.
Las vidas ajenas
La película cuenta con otras bazas ganadoras, como un reparto excepcional en el que brilla no solo Luchini, sino también Ernst Umhauer que le da una perfecta réplica en la piel de su pupilo; Kristin Scott Thomas, como la mujer del profesor que regenta una galería de arte moderno (al que el guion se encarga de satirizar sin piedad); o Emmanuelle Seigner, como la madre de la familia "espiada" por el alumno. Es curioso ver a Seigner, esposa de Roman Polanski, en el reparto de un thriller que en varios momentos destila un aire genuinamente polanskiano. También destaca una envolvente partitura de piano de Philippe Rombi y la estupenda fotografía de Jérôme Alméras.
'En la casa' exprime por tanto al máximo una apasionante historia de aprendizaje mutuo, obsesión y morbo por la vidas ajenas y propone una inmersión muy inteligente en los entresijos del proceso creativo, ofreciendo un juego entre ficción y realidad que complementa perfectamente a otra muy inteligente película actualmente en cartel: la americana 'Ruby Sparks'. Solo queda disfrutar de todas las sugerentes capas que posee el excelente film de Ozon y lamentar que este proyecto se le escapara al cine español...
