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PRECRÍTICA

'Encarnación', el inexorable paso del tiempo

'Encarnación' es un retrato intimista que gira en torno a la autoaceptación y la madurez.

Por Óscar Martínez 5 de Junio 2008 | 18:45

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Protagonizada por Silvia Pérez, Martina Juncadella, Luciano Cáceres, Carlos Portaluppi, Osmar Núñez, Marcelo Aguilar e Inés Saavedra, 'Encarnación' es el segundo largometraje de la joven cineasta argentina Anahí Bernerí, que participó en la Sección Oficial del pasado Festival de San Sebastián.

La película cuenta la historia de Erni Levier, una antigua vedette entrada en años que sabe que sus mejores años ya han pasado. En su apartamento de Buenos Aires recubierto de posters de películas de serie B que ella protagonizó, lleva una vida sorprendentemente normal, tiene una feliz y cómoda relación con un hombre de mediana edad, mientras crea una página web para mantenerse en el ojo público... pero cuando recibe una invitación para el decimoquinto cumpleaños de su sobrina Ana, Erni decide regresar a su ciudad natal. Para Ana, es tiempo de descubrimientos. Para Erni, es un difícil retorno a sus raíces...

Cierta sensación de vacío

Historia mínima sobre el inexorable paso del tiempo es la que nos trae la directora de 'Un año sin amor', en la que el retrato de sus personajes a través de una visión contemplativa y un ritmo parsimonioso se convierte en su principal y único objetivo.

Aunque sea de un modo meramente referencial, podríamos decir que el personaje interpretado por Silvia Pérez pretende evoca a los personajes de Gloria Swanson en la maravillosa 'El crepúsculo de los Dioses' o de Bette Davis y Joan Crawford en la desasosegante '¿Qué fue de Baby Jane?', si bien la película de Anahí Bernerí se centra exclusivamente en la faceta dramática del inexorable devenir del paso del tiempo.

Sin dejarse llevar-al menos en apariencia- por la hiel de la nostalgia pero manteniendo de un modo casi subconsciente el recuerdo de un tiempo pretérito, 'Encarnación' retrata a un personaje incapaz de aceptar que su momento ya pasó, una mujer de físico exuberante y ocasional comportamiento de diva que chocará frontalmente contra su propio pasado al retornar a la tierra que la vio nacer. Allí, lejos del glamour de la ciudad y de unos amigos que mantienen el recuerdo de la antaño joven estrella, y donde su extrovertido comportamiento siempre ha sido considerado poco menos que obsceno por sus familiares, la protagonista deberá madurar y aceptar su verdadera condición y, simbólicamente, ceder el testigo a las nuevas generaciones encarnadas en su sobrina.

Así pues, 'Encarnación' deambula entre la autosuperación -o más bien aceptación- de la realidad de su protagonista y un conato de antiguas rencillas familiares, en una historia de corte minimalista y ritmo sosegado que, por desgracia, divaga en más de una ocasión sin ofrecer absolutamente nada al espectador. Destacar, eso sí, el simplista aunque acertado uso de la cámara, donde la innata sensualidad de los planos generales se intercala con unos primeros planos que nos muestran el inexorable paso del tiempo.

Una bella historia, melancólica, aunque demasiado simple en líneas generales.

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