Cuando la gran pantalla reúne en escena a dos bestias de la interpretación suele suceder que se complementan a la perfección. O que se devoran. Y en el caso de Bette Davis y Joan Crawford parecía que el destino estaba bastante claro cuando Robert Aldrich les ofreció compartir cartel a principios de los sesenta. Acostumbradas a brillar durante décadas en el firmamento hollywoodiense, estas dos reinas tuvieron pocos reparos a la hora de despellejarse en directo y sin vaselina.
'¿Qué fue de Baby Jane?' apareció en sus vidas como una oportunidad de oro desde el punto de vista profesional. Al mismo tiempo, la propia ficción las enfrentaba en escena y el proyecto se convirtió en el perfecto campo de batalla para que desarrollasen un enfrentamiento latente. En este sentido, los enormes egos de las artistas complicaron un rodaje marcado por una tensión constante y un profundo malestar. Mientras Davis acusaba a su partenaire de beber continuamente vodka en pleno set, Crawford hacía malabares por parecer más joven que su enemiga.
A pesar de que la leyenda sobre su rivalidad incorpora más de una exageración, lo cierto es que se llevaban como el agua y el aceite. Y todo ello a pesar de que las dos presentaban importantes rasgos en común: un complicado historial amoroso, unas turbulentas relaciones con sus hijos y una inseguridad casi obsesiva. No obstante, las descalificaciones y las pullitas se convirtieron en algo casi constante dentro de su relación regalándonos declaraciones de la talla de "Esta mujer está llena de mierda". Por supuesto esta frase saldría de la boca de la tremenda e insuperable Bette Davis. Pobre Crawford.
Papá Murphy
Ryan Murphy rescata una vez más uno de esos mitos del Hollywood más oscuro y cruel. Porque Davis y Crawford volverán a la vida en 'Feud', nueva antología televisiva del productor y guionista estadounidense. Todavía quedan unos meses para que podamos comprobar el trabajo interpretativo de Susan Sarandon y Jessica Lange dentro de esta esperada miniserie . Nosotros revisamos mientras tanto el caso real que inspirará el futuro material de FX. Que vuelen los cuchillos.
13 anécdotas del enfrentamiento entre Bette Davis y Joan Crawford
El germen del odio
En su momento las malas lenguas comentaron que la enemistad entre las artistas tuvo un claro punto de inicio. Y es que al parecer Miss Davis rechazó una propuesta de tipo amoroso-sexual por parte de Crawford. (A este respecto, la intérprete de 'La estrella' comentó desconocer con exactitud si su archienemiga era lesbiana ya que "nunca dejó que se le acercara tanto"). No obstante, no todas las fuentes terminan de decantarse por el mismo elemento como motor desencadenante de la popular tormenta de reproches y humillaciones posteriores. Para algunos periodistas, ambas artistas desarrollaron semejante desprecio a raíz del rodaje de '¿Qué fue de Baby Jane?' ya que hasta el momento no eran grandes conocidas.
Tensión previa al rodaje
A principios de enero de 1962 tuvo lugar un primer contacto entre ambas a propósito del proyecto que dirigiría Robert Aldrich. Según testigos allí presentes, Bette Davis fue increíblemente grosera con la que sería su partenaire en la cinta. Por aquel entonces, la intérprete de Massachusetts se encontraba representando una obra de teatro en Broadway y Crawford acudió a su camerino para hablar del guión de la película. "Siempre he querido trabajar contigo", reconoció esta última ante la sorpresa de Davis. No obstante, estas palabras no ablandaron el corazón de la intérprete estadounidense ya que tiempo después reconocería haber pensado en ese momento: "Esta mujer es una mentirosa". Pobre Joan.
Con el pie izquierdo
Bette Davis aceptó participar en el proyecto siempre y cuando se cumpliesen una serie de condiciones. Entre estos requisitos destacaron una primera posición en los títulos de crédito, interpretar el papel de Jane Hudson (su hermana le parecía "una estúpida puta en silla de ruedas") y cobrar dinero adicional para gastos semanales. Pero tal y como relata Juan Tejero en '¡Este rodaje es la guerra!', cuando ambas actrices firmaron sus contratos Joan Crawford recibió el documento de Davis por error descubriendo el pastel. Es por ello que la viuda de Alfred Nu Steele insistió en que se añadiese una nueva cláusula en su contrato que la igualase a Davis en términos económicos. Por aquel entonces ya empezaba a masticarse la tragedia.
Utilizando pelo del enemigo
Resulta curioso que Bette Davis emplease (durante el rodaje y sin saberlo) unos rizos rubio platino que ya había utilizado su rival en otra película. Y es que en un primer momento, Aldrich quedó descontento con una peluca provisional confeccionada para Davis por lo que optó por pedir ayuda a Peggy Shannon. Esta, que era la peluquera personal de Joan Crawford, rescató del armario una enorme cabellera que había utilizado su cliente en un antiguo film de la Metro. De este modo, la protagonista de '¿Qué fue de Baby Jane?' pasea en escena el mismo peluquín con tirabuzones que llevaba Crawford en 'The Ice Follies of 1939'.
Batalla por la bebida
El 23 de julio de 1962 arrancó el rodaje de este inolvidable drama. Y lo hizo por la puerta grande con conflicto incluido. Al parecer, Joan Crawford tenía la costumbre de instalar una nevera de Pepsi-Cola en los sets debido a su estrecho vínculo con la marca (era la viuda del antiguo presidente y ejercía de embajadora). Por su parte, el director de la cinta presentaba una tradición bastante diferente en cuanto a bebidas refrescantes: Aldrich mantenía un importante contacto con los altos cargos de Coca-Cola y siempre mandaban sus productos. Una vez planteado el enfrentamiento, Bette Davis tardó poco en decantarse por un bando y utilizaba todos los días una máquina dispensadora de Coca-Cola ante la mirada incisiva de Crawford.
Luchando por el favor del director
La rivalidad entre las dos actrices principales se hizo más evidente a partir de la segunda semana de rodaje. En este sentido, Robert Aldrich tuvo que mediar entre ambas para evitar mayores desastres. Este contaba que las dos intérpretes contactaban con él para quejarse de su oponente casi todas las noches. B.D. Merill, la hija de Bette Davis, era consciente de este tenso y áspero ambiente: "Mamá estaba al teléfono con Robert durante al menos una hora cada noche. Hablaba de todo lo que había sucedido en el set ese día, y de las cosas terribles que Joan le había hecho. Después se ponían a discutir las escenas de la jornada siguiente y hablaban de cómo iban a ajustarle las cuentas a Joan. Y yo siempre tenía la imagen de Crawford llamando a Aldrich y diciéndole exactamente las mismas cosas".
Descontentas con su aspecto
El montador de la cinta, Michael Luciano, se sorprendió ante la reacción de Bette Davis y Joan Crawford cuando se vieron por primera vez en pantalla durante la fase de producción. Ambas quedaron increíblemente horrorizadas con sus físicos. De hecho, Crawford no podía parar de llorar y lamentarse. Ante esta situación, su compañera de escena le propuso intercambiarse los personajes. "No puedo hacer tu papel. Tú eres el doble de fea", le espetó Crawford cuando su oponente le ofreció tal solución.
La broma de la rata
El set de rodaje de '¿Qué fue de Baby Jane?' estuvo inundado de travesuras por parte de Davis. Una de sus bromas más destacadas fue aquella relacionada con un animal. Al parecer, la intérprete de 'La loba' propuso cierto cambio en el guion para que su personaje le sirviese a Blanche una rata muerta en lugar de un pájaro. Una vez incorporada dicha modificación, Joan Crawford sufrió las consecuencias. Y es que la actriz, que desconocía por completo el cambio, se desmayó tras levantar la tapa de la bandeja y observar al fallecido roedor. Por su parte, Davis no podía parar de reír.
Apasionadas escenas de violencia
Las escenas que implicaban algún tipo de agresión fueron otro motivo para que saltasen chispas entre las dos divas. A pesar de que se utilizó un maniquí para los primeros planos en los que el personaje de Bette Davis lastima a su hermana, Joan Crawford tuvo que emplear su propio cuerpo para las tomas más largas. Cuestión que desencadenó un ligero contratiempo ya que el pie derecho de Davis tocó sin querer la cabeza de Crawford en uno de los ensayos (evento que provocó que un periodista presente en el rodaje hablase de tres puntos de sutura). Por su parte, se dice que el 24 de agosto de 1962 Crawford quiso vengarse y se colocó un cinturón especial de levantador de pesas con el objetivo de que Davis sufriese mientras la arrastraba en escena. La intérprete de Massachusetts necesitó cuatro días de descanso para recuperarse de problemas de espalda.
Sin tregua
El lanzamiento de la película fue todo un éxito y consiguió reorientar la carrera de sus dos actrices protagonistas. El retrato de dos viejas glorias en proceso de decadencia llamó la atención del público y obtuvo muy buenas críticas. Eso sí, la gran acogida del film no calmó la eterna batalla entre sus dos grandes figuras. Mientras que una envidiosa Crawford planeaba innumerables venganzas contra su antigua compañera de escena, Davis le dedicaba temibles frases ahora inolvidables: "No mearía sobre ella aunque estuviese ardiendo" y "Se ha acostado con todas las estrellas de la MGM menos con Lassie".
Malentendidos durante la promoción
Las apariencias (y las fotografías) engañan y Jack L. Warner no mantenía una relación especialmente cordial con las dos actrices principales de '¿Qué fue de Baby Jane?. De hecho, en un primer momento el propietario de la Warner Bros tuvo palabras más bien duras hacia la pareja protagonista: "No daría ni un duro por ninguna de esas dos viejas putas". Lapidaria frase que Bette Davis confesó a cierto periodista durante la campaña de promoción de la cinta sacando a relucir el duro carácter del empresario. No obstante, el comentario llegó a oídos de Joan Croawford, quien malinterpretó la situación pensando que el insulto salía de la boca de su compañera de reparto. "A partir de ahora, cuando hables de mí, no me llames vieja puta", le espetó a Davis vía telegrama.
Guerra abierta en la 35º edición de los Oscar
Que Crawford tenía un poco de mala baba nunca fue un secreto para los miembros de la industria cinematográfica. La intérprete aprovechó la ceremonia de los Oscar de 1963 para dejar claro a Davis que quien ríe el último ríe mejor. Al parecer la nominación de esta última en la categoría de mejor actriz por su papel en '¿Qué fue de Baby Jane?' no le hizo especial ilusión a su compañera de reparto en la cinta. Es por ello que Crawford, que se quedó sin reconocimiento, se ofreció a recoger el Oscar en el caso de que Anne Bancroft obtuviese la estatuilla dorada ese año (esta tenía previsto ausentarse). Para desgracia de Davis, su enemiga se salió con la suya y subió con una sonrisa a recoger el premio. Y es que aunque no fuese por mérito propio, la actriz de Texas fue finalmente la que consiguió pisar el escenario entre gritos y aplausos. Años después reconocería haber disfrutado humillando a su rival.
La muerte las separa
La actriz de 'Eva al desnudo' siempre fue una mujer de ideas fijas e inamovibles. Una dama sin pelos en la lengua. Es por ello que cuando la Crawford murió en 1977, la estadounidense se mantuvo coherente respecto a la intensa rivalidad que habían mantenido en vida. Pues tal y como recoge Rafael Dalmau en su libro 'Los pecados del cine', la intérprete de Massachusetts dejó caer más de una frase que pasará a la posteridad por su cómica crueldad. "Porque esté muerta no quiere decir que haya cambiado" o "Uno nunca debe decir cosas malas sobre los muertos, sólo se deben decir cosas buenas... Joan Crawford está muerta, ¡qué bien!", son solo algunos ejemplos de comentarios ácidos a pie de funeral.