Hasta Madrid han volado el director y su actriz principal, Adèle Exarchopoulos, para presentar a los medios este admirado (y controvertido) trabajo. Desde el hotel Santo Mauro, Kechiche atiende a la prensa, incluida eCartelera, de una manera afable y distendida.
El director se niega a hablar de su película como si de una historia de amor entre mujeres se tratara, ya que eso "es accesorio. Es una historia de amor antes que nada. Y el hecho de definirlo así o de llamarlo así hace que se limite, que se reduzca la película a una película de mujeres, que la haría una película de una comunidad. Mi aspiración era llegar o alcanzar de manera directa el corazón, el interior del espectador, independientemente de que fuera hombre o mujer, homosexual o heterosexual".
Muchas voces en contra de la película han denunciado que, aunque se aborde el tema de la homosexualidad femenina, no deja de sobrevolar la visión masculina de su director. "Si se erige como ley en el cine el hecho de que un hombre trate historias de hombres y una mujer historias de mujeres se acabará, porque no podremos hacer películas sobre la mina, porque no hemos vivido en la mina, o no podremos hacer películas sobre un cierto campo, porque no conocemos o no hemos vivido ese campo. Es crear clanes, crear comunidades. Incluso, es peligroso pensar que un hombre no puede hablar de una historia de amor entre mujeres o que un homosexual no pudiera hablar de una historia de amor heterosexual".
Abedellatif Kechiche nos corrige cuando hablamos que en la película podemos ver el aprendizaje sexual de la protagonista. "Igual que andar es algo instintivo que no se aprende, el deseo sexual, el impulso sexual es algo instintivo también. Lo difícil es escuchar tus impulsos y tus deseos independientemente de los tabúes, de la cultura. La película cuenta el recorrido iniciático de una joven".
También tuvo grandes palabras para hablar de la mujer: "Una mujer completa lleva consigo un ser completo. Al escuchar a los demás, al escucharse a sí misma, valiente y libre sobre todo. Porque no tiene que estar fingiendo en representación para existir. Es con la donación de sí misma, con la donación de lo que ha aprendido, con lo que quiere seguir".
La película ha estado marcada por la polémica, sobre todo desde que sus dos actrices protagonistas se quejaron públicamente del trato recibido por parte del director durante el rodaje. ""Me ha parecido malsano todo lo que ha ocurrido. Y verdaderamente una lástima para la película. En el rodaje ha habido, como en todos, muchas dificultades. Y he actuado con los actores como siempre actúo en todos ellos; siendo amable y cuidadoso".
A lo que añadió: "Hubo un cambio de actitud por parte de Léa Seydoux completamente ilógico y contradictorio, que nos obliga a plantearnos en qué momento es hipócrita y en qué momento es sincera y verdadera. Cuánto es culpa de la manipulación de alguien de su entorno que le ha llevado a hacer este tipo de cosas y cuál es el interés de la gente que le rodea. Son más perversos todos los que le han intentado comer un poco el coco. Y es ella la que tiene que explicarse sobre este cambio esquizofrénico. Es lamentable para ella, para mí, para la película".
También advierte que hay que ir a ver la película sin ningún tipo de prejuicio: "Lo ideal es entrar a ver la película independientemente de lo que pensemos, de nuestras preferencias, de nuestras orientaciones sexuales, y que al salir de verla digamos es verdad, era la historia entre dos chicas. Espero que los que todavía tengan problemas con la homosexualidad se puedan liberar de este problema. Creyendo también que es un problema del pasado".
El director de 'La vida de Adèle' no le molesta que para algunos sectores sus obras no sean comprendidas: "En primer lugar tendría que comprenderme a mí mismo. No tengo tampoco la sensación de ser un incomprendido. Creo que hay bastantes personas que aprecian mis películas. No puedo interpretar el papel de artista maldito e incomprendido".
Problemas en el país galo
"Es una realidad el decir que el cine francés está mal, solo hace falta mirar los números. No las cifras en términos de taquilla, sino lo que cuesta el cine francés y a dónde va el dinero del cine francés. Porque es fácil tomar como ejemplo este cine diciendo que también está financiado por el dinero público, pero dónde va ese dinero público, para qué sirve y a quién beneficia", dijo el director al dejar constancia que la crisis cinematográfica no solamente afecta a nuestro país.
La adaptación cinematográfica también ha levantado algunas voces críticas, incluida la de la autora, debido a unos cambios sustanciales con respecto al material original. "Transformando a los personajes me di cuenta que había uno que para mí era más importante. Y me parecía una pena que ese personaje tuviera que morir, que la pasión amorosa lleve a la muerte. Pensaba todo lo contrario, que la pasión amorosa, a pesar de la ruptura, a pesar del dolor, tenía que dar fuerza para vivir y dar ganas de vivir", se justifica Kechiche.
Para acabar, el director deja la puerta abierta a abordar de nuevo en el futuro al personaje de Adèle. "Este personaje es uno que tengo ganas de volver a ver, quizás no en esta misma historia, quizás en la edad de treinta o cuarenta, o incluso más".