Puede que no conozcas su nombre, pero deberías porque es probable que tu infancia haya sido marcada a fuego por su trabajo. Alan Menken, compositor de bandas sonoras de Disney inolvidables como 'Aladdin' o 'Hércules', nos concedió una entrevista en la que se mostró cercano y sencillo, incluso nos dio una agradable sorpresa al final. En la entrevista nos ha contado cómo fue el trabajo con Bill Condon y cómo se plantearon tanto las tres nuevas composiciones para 'La Bella y la Bestia' como la reedición de las clásicas. Como compositor de la banda sonora original, el equipo de la nueva versión ha tenido el privilegio de volver a contar con su talento.
El músico de 67 años ha participado en la banda sonora del remake 'La Bella y la Bestia', para la cual ha readaptado las canciones clásicas y ha compuesto nuevas piezas, llegando a colaborar con la cantante Céline Dion, con la que estaba "muy entusiasmado" a la hora de volver a colaborar, y a la que "está muy agradecido" debido a la implicación que tuvo con la canción 'How Does A Moment Last Forever', ya que la cantante pasaba por un momento muy difícil tras la muerte de su marido. A pesar de su emoción al trabajar en este proyecto, Menken nos confiesa por qué tuvo "miedo" cuando le dijeron que si quería participar en él. ¿Qué opinará entonces de los planes de revisitar clásicos en los que también trabajó como 'La Sirenita' o 'Aladdin'? Le preguntamos.
Queremos más
La idea de las nuevas películas que Disney está preparando se nos hace irresistible, sobre todo tras comprobar los éxitos que la fábrica de los sueños se está cobrando tras reboots como 'El Libro de la Selva' o 'Maléfica'. La idea de un remake de acción real de 'Aladdin' y otra de 'La Sirenita' no podría ser más tentadora.
7 claves por las que 'La bella y la bestia' es el mejor clásico Disney
Secundarios de oro
¿Qué sería del universo Disney sin sus inolvidables secundarios? Los clásicos del estudio seguirían siendo clásicos y millones de espectadores seguirían prendados de ellos, pero es innegable que sus protagonistas serían mucho menos relevantes sin la esencial aportación de sus compañeros y compañeras de aventuras. En el caso de 'La bella y la bestia', es imposible no esbozar una amplia sonrisa al recordar el cariño maternal de Señora Pott, la ternura de Chip, la comedia pura de Ding-dong o la elegancia sublime de Lumière.
Un conjunto de personajes que se iban ganando el corazón de Bella al mismo tiempo que el nuestro, apareciendo siempre en el momento oportuno, aportando corazón y risas al relato y protagonizando alguno de los momentos más memorables de la película. Ellos engrandecían la historia demostrando mejor que nadie lo importante que es contar con buenos secundarios para redondear una obra. Disney siempre lo ha sabido. Y 'La bella y la bestia' anda sobrada de ejemplos.
Alan Menken
'La bella y la bestia' es uno de los mejores musicales de la historia del cine. Tenemos la manía de olvidar el cine de animación cuando enumeramos los grandes logros del género, pero conviene tener en cuenta las imprescindibles aportaciones que ha hecho Disney al respecto. Con Alan Menken a la cabeza. Y es que el responsable de bandas sonoras tan redondas como 'La tienda de los horrores', 'Aladdin' o 'La Sirenita', entregó su mejor trabajo con esta colección de canciones inolvidables.
Ganador del Oscar a Mejor Canción por el tema homónimo y de Mejor Banda Sonora, Menken construyó una banda sonora repleta de música evocadora, estribillos que se anclaban en la memoria para siempre, números musicales de levantarse a aplaudir y emocionantes melodías escritas con letras de oro en el catálogo del estudio. Porque 'La bella y la bestia' no es solamente un cuento maravilloso, para nada, aquí tenemos un espectáculo musical de primera categoría. Y Menken es el principal culpable. Siempre agradecidos. Y a seguir tarareando.
And the Oscar goes to...
Si nos centramos en los datos y cifras, siempre fríos y carentes de la pasión que lleva implícita el cine, podemos señalar que uno de los puntos básicos para elevar a las alturas el poder de 'La bella y la bestia' es que fue la primera película de animación nominada al Oscar a Mejor Película. Una entrada por la puerta grande de la Academia que se vio acompañada por, nada más y nada menos, que cinco nominaciones más. Una situación privilegiada que se materializó con dos estatuillas, Mejor Canción Original y Mejor Banda Sonora, pero que supuso todo un punto de inflexión para el género.
Además, tenemos que sumar su indiscutible triunfo en los Globos de Oro, en los que arrasó en la categoría de Mejor Comedia o Musical con tres premios, incluyendo Mejor Película. Y, aunque los galardones sean casi igual de gélidos que los números, esa repercusión obtenida por 'La bella y la bestia' demostró que la industria podía hacer caso al cine de animación, tomárselo en serio, consiguiendo una apertura de miras de la que Pixar se aprovechó con toda la sabiduría (y justicia) posible. Pero no debemos olvidarnos de la pionera.
Perfección técnica
Menuda manera de comenzar los 90. Disney llegaba arrasando con 'La bella y la bestia' a una década repleta de obras maestras que llevaron al estudio a una segunda edad de oro que se situaba a la misma altura, quizás más alto, que su etapa predecesora de gloria. Y lo primero que impactaba en esta primera demostración de talento era el acabado técnico de una propuesta que enamoraba a primera vista gracias al cuidado por el detalle, la inmensidad de sus decorados, la perfecta mezcla establecida entre la tradición y los nuevos trucos digitales que iban naciendo en aquellos años como pequeños descubrimientos que podrían cambiarlo todo. Y que terminarían haciéndolo.
Afortunadamente, los responsables de 'La bella y la bestia' nunca sobrepasaron los límites y redondearon un trabajo de artesanía e innovación que hipnotizaba con suma facilidad, permitiendo que el espectador quedara prendado para siempre del pequeño pueblo de Bella, la cantina de Gastón o el castillo de Bestia. Y su biblioteca. Y sus jardines. Y sus salones. Todo. La perfección de la animación inmortal.
Drama y oscuridad
Ok, puede que respetar al cien por cien la historia original de Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve hubiera provocado un altísimo número de pesadillas en un buen puñado de espectadores en todo el mundo. Y es que imaginad el cuerpo que se nos habría quedado si Disney se hubiese mantenido fiel a un relato que nos hubiera permitido conocer la verdadera cara de las hermanas de Bella, quienes no se toman demasiado bien la vida de lujos y riquezas que lleva su hermana en el castillo de Bestia, empeñándose en convencer a la protagonista de que pase más tiempo en casa que los siete días que le permite su 'carcelero'. Algo que sería comprensible y hasta coherente si las motivaciones de las hermanas no fueran provocar a Bestia para que la comiera viva.
Disney, siempre alerta y especializada en transformar la oscuridad en luz, apostó por variar la historia hasta hacerla accesible a toda la familia, convirtiéndola en una conmovedora historia de amor verdadero. Pero, cuidado, eso no significa que 'La bella y la bestia' no esté repleta de detalles y momentos en los que el lado tenebroso de sus personajes parezca estar muy cerca de estallar, o de escenas que coquetean con el terror gótico más clásico. No hay sustos, ni sangre, ni sobresaltos, pero estamos ante una de las películas más adultas del estudio, capaz de llevar los elementos dramáticos del relato hasta el límite, dentro del contexto del que estamos hablando. La brutalidad original se anula, bien, pero no caemos en la cursilería constante. Un importantísimo punto a favor.
Bella
El catálogo de princesas Disney es tan amplio como interesante a la hora de analizar los distintos papeles que han ido jugando cada una dentro de la trayectoria y la obra del estudio. Del mismo modo, también permiten establecer un interesante debate sobre la evolución que han ido sufriendo con el paso del tiempo y las películas. Un tema que muchos empeñan en convertir en conversación repleta de tópicos e insultos gratuitos, tachando de machista todos los tratamientos que se han dado a lo largo de la historia de la compañía pero que, con casos como el de Bella, terminan anulados por pura evidencia.
Y es que la protagonista de 'La bella y la bestia', pese a comenzar convertida en el manido estereotipo de damisela en apuros, no deja de mostrar constantemente una personalidad fuerte, un temperamento y carisma con el que es capaz de enfrentarse a un auténtico monstruo y que, al mismo tiempo, no le impide tener interés en intentar ver más allá, llegar al fondo sin que la aterradora forma marque el camino de prejuicios. En definitiva, un personaje femenino repleto de matices, valiente, atrevida, inteligente y tolerante. Una joya que, estamos seguros, Emma Watson conseguirá llevar un paso más allá. Bella, mucho más que una princesa.
Espíritu de cuento
No importa las numerosas licencias tomadas por los genios de Disney a la hora de adaptar una historia que, en su primera versión, contaba con muchas más dosis de terror y tragedia de lo que el público objetivo del estudio hubiera soportado. La clave está en que, por encima de todo, estamos ante un cuento de resonancia universal, en el que todos podemos vernos reflejados en algún momento de la historia, ya sea en las inseguridades físicas, la capacidad de enamorarnos sin barreras, la tolerancia y la honestidad con lo que nos es extraño, y por supuesto, la emoción que siempre despierta un final feliz.
Por eso no importa el número de veces que hayamos disfrutado de 'La bella y la bestia' porque siempre nos vuelve a situar frente a nosotros mismos, junto al niño que siempre seremos, deseoso de perderse en un universo en el que, pase lo que pase, sabemos que todo acabará bien. Es puro Disney, esencia de un estudio que casi siempre se ha mantenido fiel a sí mismo y que en sus mejores momentos, que ganan por goleada a sus titubeos, ha sabido transmitir el espíritu tradicional de contar historias de una manera única. Y aquí tenemos uno de los casos más evidentes.