Ha ganado un Oscar, y ha sido nominado en otras tres ocasiones. Ha trabajado con muchos de los grandes, e incluso se ha convertido en uno de los últimos "villanos" de Marvel. Ahora se convierte en una leyenda, en el hombre que salvó a la humanidad de una invasión, en el mítico Mazer Rackham. Sir Ben Kingsley adopta uno de los papeles más importantes de 'El juego de Ender', la adaptación de Gavin Hood de la novela de Orson Scott Card.
El británico visitó Madrid recientemente para promocionar su nueva película de ciencia ficción, y nosotros tuvimos la oportunidad de charlar con él de su personaje y de la compleja historia mostrada en el libro. En el filme, Kingsley coincide de nuevo con Asa Butterfield, protagonista de 'La invención de Hugo'. El actor recuerda cómo ha considerado siempre al joven un intérprete a la misma altura que cualquiera: "Es un mito de la antigüedad, es como un mito griego de 3.000 años. Un hombre que ha parado de vivir es devuelto a la vida de la mano de un niño, es una ecuación tremendamente bonita. Y dado que es una ecuación, de un lado el que quiere olvidar y del otro el que insiste en hacerle recordar, tienes dos actores iguales. Y eso es lo que descubrí de Asa, y Martin (Scorsese) siempre trató igual a Asa, como un actor, y yo siempre trabajé con Asa como un actor. Como Georges (Meliés), cuando Asa llega a mi tienda, apoyando su naricita en el mostrador, queriendo saber, sintiendo curiosidad por mí, yo le empujé muy fuerte, mi interpretación lo hizo y Georges lo hizo. Porque cuanto más fuerte empujaba a un actor igual, más fuerte tiene que responder para convertirse en héroe".
Ben Kingsley continuó con los símiles mitológicos, asegurando que 'El juego de Ender' era como las siete pruebas de Hércules para Asa Butterfield, y él era uno de esos retos: "Yo soy una de las pruebas de Hércules, este guerrero. Mr. Harrison Ford es otra fuerza en la forma de un comandante muy tozudo, Viola Davis es otra en la forma de una madre, básicamente. Y una hermana cariñosa, y una camarada cariñosa. Lo que consigues es una extrema y constante presión masculina sobre Asa en esta película, y una presencia femenina de apoyo, comprensiva y cariñosa, es bastante interesante cómo se dividen. Por eso, yo tengo que conocer mi trabajo en la película, incluso trasciende al personaje. Mi trabajo es provocar a Asa de cierta manera para que reaccione. Si no lo hago, no hay espectáculo. Así que le tengo que poner retos que debe superar, y es en esa superación donde vemos el camino heroico de Ender". Kingsley explica que, si el protagonista hubiera estado rodeado por gente narcisista o que no le trataran como un igual, ese camino no existiría.
Su personaje comparte con el Mandarín de 'Iron Man 3' o con su papel en 'Sexy Beast' la característica de no aparecer hasta bien entrados en harina, pero es mencionado desde la primera escena: "Creo que es un elemento narrativo que prepara al oyente para la aparición puntual del personaje. Desde la perspectiva del actor es interesante, no sé por qué siempre pasa conmigo pero sí estoy de acuerdo con que ocurre". El británico cita a Shakespeare como un autor que utiliza mucho está técnica, que ha convertido en una de las bases de su carrera: "Yo le diría a cualquier aspirante a actor: No lo sueltes todo en la primera escena, tienes que dar al público la oportunidad de descubrirte, y si les golpeas con toda la información que tienes de un personaje, eso no lo hacemos en la vida, dejas a la gente sin nada que descubrir. Así que parte de la técnica que he desarrollado a lo largo de mi carrera es que no se puede soltar todo desde el primer momento en el que el director dice 'acción'. Pásaselo al público en fragmentos que puedan absorber, digerir y apreciar. Ya tienes el papel, no hagas la prueba para ello, eso es lo que digo".Los tatuajes maoríes
Mazer Rackham tiene un detalle físico muy importante, que le convierte en un personaje más "guerrero": un tatuaje maorí en la cara. Gavin Hood pensó que el actor no querría llevarlo en la película, pero Sir Kingsley se defiende: "Hubo un punto en el que pensó que me negaría a llevarlos, no sé por qué. Pero le convencí rápidamente, le dije: 'mira, si lo necesitas para la historia, por supuesto que me lo pondré, solo tengo que ir a maquillaje y ponérmelo, es así de simple'. De lo que no me daba cuenta era que una vez que me ponía esos preciosos tatuajes maoríes que contaban una historia, es que cuando llegué al set, casi todos estaban allí porque era una escena enorme, todos me miraban de forma diferente. Yo no estaba haciendo nada distinto como actor, sólo entré en el set y el efecto fue extraordinario".
A lo largo de la conversación, casi más una ponencia que una entrevista, el actor demuestra una pasión total por lo que hace. Y nos lo deja claro citando a la escritora Clarissa Pinkola Estés: "En el prefacio (del libro 'Mujeres que corren con los lobos'), que es uno de mis favoritos, comienza diciendo: 'Es mi creencia que el contar historias es profundamente curativa'. Por una razón u otra, tendemos a aferrarnos a frases como esa, que tienen presencia, significado, profundidad. Directa al corazón. Intelectualmente no puedo debatirla, pero intuitivamente creo que tiene toda la razón. Hay algo profundamente curativo en el contar historias". Nos vuelve a mencionar 'Sexy Beast', marcando como ejemplo de ese poder positivo el haber interpretado a un personaje tan violento como el de la película de Jonathan Glazer: "No tienes que interpretar a un hombre bueno para formar parte e una historia curativa, puedes ser cualquier papel pero esencialmente creo que contar historias es algo curativo. Provee consuelo, un significado y es alimento para la imaginación. Así que lo que me llevo a una experiencia cinematográfica o a cualquier rodaje o cualquier escena en la que aparezca es que estoy contando una historia y eso es algo bueno. Se reduce a algo tan simple, y eso es realmente lo que me encanta de lo que hago". A partir del 8 de noviembre podremos ver en cines a Ben Kingsley de nuevo junto a Asa Butterfield en 'El juego de Ender'.