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ENTREVISTA ECARTELERA

Bernardo Moll ('La historia de Jan'): "Cuando tienes un hijo con síndrome de Down necesitas expresar tus miedos"

El director de 'La historia de Jan' nos cuenta cómo fue sacar adelante un proyecto centrado en los primeros seis años de vida de su hijo con síndrome de Down.

Por Alejandro Rodera Herrero 7 de Noviembre 2016 | 13:10

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El cine es una de las mejores vías de escape de emociones para un artista. Por eso Bernardo Moll Otto decidió coger su cámara y grabar momentos trascendentales de los primeros seis años de vida de su hijo Jan, diagnosticado con síndrome de Down poco antes de nacer. A lo largo del documental, Moll y su mujer, Mónica Vic, muestran las luces y las sombras de esa complicada paternidad, intercalando las entradas que escribieron en el blog que dio paso a la película. Con motivo del estreno de 'La historia de Jan', tuvimos la oportunidad de hablar con Moll en una cafetería cercana a su piso, en el centro de Madrid, justo después de haber conocido la sonrisa de Jan en persona. Como banda sonora teníamos a Madonna y otras divas del pop, y como tema de conversación las dificultades emocionales a asimilar para disfrutar de un hijo con tal dificultad.

La historia de Jan

eCartelera: ¿Cómo está viviendo Jan el proceso de estreno de la película?

Bernardo Moll: Lo está pasando bomba, para él es una fiesta. Lo que más le gusta es ver la película, y la ha visto ya muchas veces. Aparte él es fan de sí mismo, así que la puede ver en bucle durante horas. Está encantado.

eC: ¿Y cómo reaccionó durante la primera proyección de la película?

BM: Le entusiasma verse, entonces estaba alucinando. Cuando aparecía lo del fútbol gritaba '¡Gol!'. Notaba en ciertos momentos que estaba más callado, viéndola, o sea que la entendía perfectamente. Hay momentos también, como cuando está llorando en la película, que decía 'El bebé, que llora' y le decíamos que era él, y ya se va dando cuenta de que es su vida. Tiene que ser algo muy emocional para él, y también muy bonito e interesante. Luego también siente el cariño de todo el mundo, no solo el nuestro, sino el del toda la gente que tiene alrededor. Es muy bonito.

eC: En primera instancia grabaste con una videocámara y después pasaste a una cámara más profesional, ¿en qué momento decidiste que lo que estabas grabando se podía convertir en un documental?

BM: Es bastante desde el principio. Es verdad que los primeros vídeos eran bastante caseros, pero luego hay un momento en el que me di cuenta de que la gente que entraba al blog se identificaba mucho con las imágenes que subía. Enseguida pensé que tenía que hacer una película y me compré una cámara mejor. Luego había épocas en las que no sabía si podría hacerlo o no, pero yo seguía grabando y captando los momentos que creía que eran más importantes.

eC: ¿En alguno de los momentos más complicados consideraste dejar de grabar el documental?

BM: No, la verdad es que no. A veces grababa más como padre porque mi hijo había conseguido algún logro. Y otras sí que era más profesional y me separaba. Aunque era un momento duro tenía que grabarlo. Lo que sí me costó fue el momento en el que me pondría a hacer la película, y un día pare todo lo que estaba haciendo y me dediqué al documental.

eC: ¿Os sirvió el blog y grabar como una especie de terapia?

BM: Totalmente. Además el blog surgió como eso, como una terapia personal mía de necesidad de hacerlo social, de contarlo a la gente. Cuando tienes un hijo con síndrome de Down te vienen muchos miedos, te entran dudas, estás desconcertado, y yo necesitaba sacar esos sentimientos. Y sentí una respuesta maravillosa y de ahí nació todo. A nivel creativo, como yo soy montador y director, también es una forma de expresión, de expresar todos esos sentimientos a través de la cámara.

eC: ¿Era consciente Jan de la presencia de la cámara?

BM: Como nació con una cámara, para él es un juego. Está acostumbrado a ver una cámara y que después lo que pasa lo verá en una pantalla. Es muy divertido.

eC: En el documental muestras la pasión de Jan por el fútbol, ¿cómo empezó esa afición?

BM: Desde pequeño siempre le tiró el rojiblanco, aunque su madre es del Barça, yo soy del Atleti. Le gusta muchísimo el fútbol, porque él ha vivido cuando ganamos el Mundial, cuando el Atleti ganó La Liga. Entonces él ve que a nosotros nos gusta mucho y que disfrutamos y para él es una fiesta. Es ver la bufanda del Atleti y se vuelve loco.

La historia de Jan

eC: Tú te dedicas a la edición y te encargaste de montar la película, ¿cómo conseguiste abordar el material grabado siendo uno de los protagonistas del mismo?

BM: Tenía claro que yo tenía que montar la película, que si la hubiera montado otra persona habría sido otra película. Quizá maravillosa también. Yo conocía el material que había, más de 150 horas. Quise montarla solo, no le iba a enseñar nada a nadie hasta que estuviera montada. Traté de separarme como padre y ponerme como profesional, por lo que hay cosas que como padre no habría puesto en la película. Veo ciertas cosas y me dan como vergüenza, pero me parecía interesante como montador. Me lo pasé muy bien montándola y después se la enseñé a Mónica, que se quedó un par de días medio en shock. Yo había llegado a un acuerdo con ella de que si quería quitar cualquier cosa la podía quitar, pero me dijo que lo dejara todo como estaba.

eC: ¿En qué sentido crees que habéis cambiado en estos seis años?

BM: Me doy cuenta de cómo hemos evolucionado como personas los tres. Me siento mucho más maduro, asentado en la vida y más sereno que entonces. Hemos pasado de ese primer dolor y sufrimiento, que cada uno lo expresaba de diferente manera. Mónica lo mostraba verbalmente, y yo a través del blog. Al final se nos ha olvidado aquello y disfrutamos totalmente de nuestro hijo.

eC: ¿Qué habéis aprendido Mónica y tú de Jan?

BM: He aprendido a conectar mucho con lo emocional, porque muchas veces estaba más en los pensamientos. Y me hace más tocar lo que es el cariño y el amor. También he aprendido a aceptar, a sacar el lado positivo de las cosas y el sentido del humor para dar la vuelta a las cosas. Siempre sin olvidarse de pasar por el dolor, porque para hacer el duelo tienes que ser consciente de lo que te está pasando para luego transitar por eso. Y luego he aprendido a parar un poco, porque en esta vida que llevamos de caos, ruido, tráfico, problemas, envidias... Aprendes a ver la vida de otra manera. En este sentido de alguna manera es un poco extraño, porque yo he tenido momentos de sentirme hasta afortunado. Es algo excepcional que le pasa a pocas personas, te toca. Es duro, no lo vamos a negar, pero por otro lado tiene tantas cosas positivas que te hacen ver la vida de otra manera, que de alguna manera te puedes sentir afortunado.

eC: ¿Cuáles fueron los momentos más complicados y los más bonitos de recordar?

BM: Lo más complicado fue la noticia, cuando nos confirmaron que tenía síndrome de Down. También fueron duros los ejercicios de Vojta, en los que tenía que hacer llorar a Jan. Fue difícil también que tardaran tanto las cosas en llegar. Y lo más bonito fueron los pequeños logros y el día a día. Él en sí es maravilloso, su mirada, lo guapo que es, todo el cariño que te da.

eC: ¿Qué atesora esa mirada que no tenemos los demás?

BM: Tiene mucha sinceridad, mucha verdad. Está muy cargado de energía y vitalidad, te viene por la mañana con una energía. A mí me sorprende cómo se despierta, porque en general sus despertares son muy alegres. Él siempre vive el presente y es feliz con muy poco.

Bernardo Moll

eC: A nivel político, ¿qué esperas que mejore con el nuevo gobierno de la cobertura de necesidades de la gente con síndrome de Down?

BM: Es un tema complejo. Toda la ayuda siempre es poca. Una cosa que se ve en la película es la cantidad de dificultades que tiene una familia para sacar adelante a un niño con síndrome de Down, cuando esa es una de las discapacidades más conocidas y con más ayudas. Pues imagínate un niño con autismo o parálisis cerebral que es más complejo. Es una pasada la cantidad de dinero que tienes que invertir por tu hijo. Hace falta que haya esas ayudas para la gente, para que los padres se puedan dedicar a su hijo. Nosotros tuvimos la suerte de ser autónomos y tener tiempo para dedicarle. Pero hay familias que no tienen tiempo ni dinero para hacerlo. Por lo que es muy importante que la gente se conciencie de eso, que es una necesidad vital. Otra cosa muy importante es que la información esté más cercana, porque hay ayudas, pero hay que encontrarlas y hacer mucho papeleo para conseguirlas.

eC: ¿Sería el primer paso que la gente se conciencie de que una persona con síndrome de Down no es algo extraño?

BM: Por supuesto, la película trata de normalizar, que la gente lo vea como algo normal. Que son personas que pueden llegar a hacer cosas como cualquier otro. Darles un lugar, aprender de ellos, es muy importante. También a nivel educacional desde las propias familias. Ahora tenemos mucha información, pero hace tiempo a los niños se les encerraba por miedo a que les vieran, y no estamos hablando de hace mucho. Eso es terrible. Siempre sigues escuchando frases que no son muy acertadas, pero eso es porque falta información y para eso está 'La historia de Jan', que creo que puede ser de mucha ayuda.

eC: ¿Dónde te gustaría ver a Jan en el futuro?

BM: Pienso que puede llegar a ser músico, porque le encanta la música. Me encantaría que disfrute de cualquier cosa que le haga feliz. Me encantaría verle independiente, pero trato de no poner metas demasiado exigentes, ni para él ni para nosotros. Si llega a ser independiente y se echa novia, genial. Y si no pues no pasa nada. De eso trata precisamente la película, de aceptar. Siempre le apoyaremos para que sea feliz, y para que nos haga felices a todos, que esa es la clave.

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