Santiago Segura es un chico listo y sabe rodearse de grandes "amiguetes". 'Torrente 5: Operación Eurovegas' vuelve a contar con un interminable reparto repleto de cameos de personajes de lo más variopintos, pero también de grandes genios del humor. En esta entrega el policía más inepto y casposo de nuestro cine intentará robar un casino con la ayuda de un equipo, en el que encontramos a Julián López y Carlos Areces, dos cómicos surgidos de 'La hora Chanante' que han conseguido hacerse un hueco en el difícil mundo del cine.
Desde el Casino Gran Madrid Colón, ambos actores nos cuentan su experiencia en esta quinta parte de la saga española más rentable, y avisado estáis que es mejor no tomarse sus respuestas muy en serio. Demostrando su constante buen rollo y una enorme complicidad, tienen claro cómo ven al actual José Luis Torrente. "Yo lo veo bien, un poquito más delgado, pero bien. Ha hecho deporte, muy sano", dice Areces, quien opina que le falta un poco de papada.
Ambos consiguen robar la atención en todas las escenas en las que aparecen, cosa que no hubiera sido posible sin la colaboración de Segura. "Torrente no se entiende sin que Santiago no esté en alguna secuencia. Pero él también, pese a lo que pueda parecer, es bastante generoso. Cuando cuenta con nosotros, él quiere que todo el mundo esté divertido, brillante", aclara Julián López. A la hora de definir la película con tan solo una palabra, López se decanta por la palabra inventada "Siberet", mientras que Areces va un paso más allá y escoge "inconspicuo". "Esta no es inventada. No os voy a decir qué significa, porque prefiero que lo hagáis vosotros (consejo de viejo). Abrid un libro, y por favor leed e ilustraros".
Areces interpreta a un hombre parco en palabras, pero cuya apariencia y ocurrencias no dejará a nadie indiferente. "Sabes que pasa, que no me cuesta tanto como parece. Hay algo de cercanía con el personaje, que a lo mejor si tengo que hacer de marine que viene de la guerra destrozado y traumatizado (que ya me lo han propuesto varias veces), eso me cuesta más, pero sin embargo, que me digan ven aquí, haz de mongolo y saca papada es mi día día", dice sobre el proceso de preparación. El protagonista de 'Balada triste de trompeta' ya apareció en un breve cameo como violinista búlgaro en la cuarta entrega de la saga, pero parece que le supo a poco. "Yo más bien por vosotros, porque pensaba que necesitabais tenerme más tiempo en pantalla. Yo soy consciente de estos dones que me han sido otorgados, no solo físicos, sino también un poco mi saber estar, mi presencia".
Por su parte, el recordado Juancarlitros de 'No controles' hereda un personaje antes visto en la saga, pero interpretado por otro actor al que dice no haber intentado imitar. "Yo creo que hubiera sido un error imitar a un actor haciendo un personaje. Cada uno de ellos tiene unas características, unos mimbres, y luego tú ya decides depende de la escena cómo lo vas a llevar, si le quieres dotar de más o menos comicidad. Yo soy una persona que personalmente cree que menos es más, sin muchos aspavientos", asegura.
Además, reconoce que aunque está contento con el resultado, hay algo que no le permitió hacer Santiago Segura y que seguro le hubiera valido una nominación al Goya. "Sí había una cosa, un tic nasal que quería incorporarle al personaje, que le ponía muy nervioso a Santiago y me lo prohibió. Aunque yo pensaba que era para una nominación de Goya". Por su parte, Areces se muestra mucho más optimista: "A mí, sin embargo, me lo ha dado todo. Este va a ser mi vehículo para el Goya, qué digo, el Oscar".
Los problemas de la fama
La popularidad puede ser un grave problema, pero ellos dan gracia que les haya llegado pasada la adolescencia. "Nosotros nunca hemos tenido una pretensión de ser mediáticos, nos hemos dejado llevar por las ganas de aprender y disfrutar de nuestra profesión. Lo bueno también es que nos ha pillado en una franja de edad importante para que no te vuelvas completamente gilipollas y para relativizar todo", dice López, a lo que apostilla Areces, "a ver, un poquito creidíto nos lo tenemos. Esto nos llega a pillar con 17 y estaríamos de un idiota subido que no habría quién nos aguante".