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ENTREVISTA ECARTELERA

Cristian Mungiu ('Los exámenes'): "Hay que ser muy estúpido para ser feliz muy a menudo"

El ganador de una Palma de Oro y del premio al mejor director en la última edición del Festival de Cannes reflexiona con nosotros sobre el sistema educativo y las corruptelas sociales.

Por Alejandro Rodera Herrero 27 de Noviembre 2016 | 14:17

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Suele haber un desfase entre la realidad que se vive en los festivales de cine y la que rige el resto del mundo. En los certámenes cinematográficos encuentran su refugio algunos de los directores contemporáneos más potentes e interesantes, que no tienen la misma acogida en las salas de los cines que visita el público general. Cristian Mungiu es uno de estos referentes cinéfilos actuales demasiado desconocidos fuera de ese pasional entorno especializado. Tras haberse alzado con la Palma de Oro en 2007, este año también triunfó en Cannes en el apartado de dirección con 'Los exámenes'. En su nueva película reflexiona acerca del proceso de corrupción en el que se sumerge un padre cuya hija ha sido víctima de un intento de violación antes de sus exámenes más decisivos.

Cristian Mungiu

eCartelera: ¿Es una tarea inevitable o una condena para las nuevas generaciones cargar con las frustraciones de sus predecesores?

Cristian Mungiu: Creo que eso es lo primero que hace cada generación. Heredamos el mundo que existe cuando empezamos a tomar decisiones trascendentales. Pero dependiendo de dónde has nacido, a veces la carga es más sencilla o no. Los jóvenes pueden decidir aliviar esa carga para las siguientes generaciones o pueden preferir huir y dejarle esa carga a otra persona. Sobre esto habla la película. Puedes considerar que esa herencia es muy pesada y al querer simplemente ser feliz solo te salvas a ti mismo, y por lo tanto no es justo juzgar a esa persona por querer ser feliz al rechazar una situación que ha sido pasada sin consulta posible. Pero al mismo tiempo, si eso sucede, ¿quién va a cambiar las cosas? Por lo que otra gente decide que, aunque no sea demasiado agradable, trabajarán por hacer algo; porque marcharse a otro lugar no es una solución, ya que ese lugar se convertirá en aquello de lo que huíamos cuando todos nos vayamos allí. Al fin y al cabo, estos problemas se dan en todos los sitios, solo que con diferente intensidad. Creo que los padres piensan más en el futuro de los niños que los propios niños. Los niños piensan en cosas más concretas.

eC: Durante tus años en el colegio, instituto y universidad, ¿cuál fue tu mayor frustración con el sistema educativo?

CM: Mi relación con el sistema es compleja, ya que, por supuesto, fui estudiante, pero también me convertí en profesor. Por lo que reflexiono desde los dos lados de la cuestión. Creo que la mayor frustración es que la gente termina su educación sin realmente poder expresar un punto de vista sobre las cosas. Siempre están acumulando información, pero no empleándola de manera productiva. Ese es el problema del sistema educativo en el que yo he estado. Trataba mucho sobre recordar cosas y recopilar datos, pero no tanto acerca de aprovecharlo de forma práctica para ser una mejor persona y tomar las decisiones correctas. En particular, una de mis frustraciones acerca del sistema es que me gradué en la escuela de cine sin ver las películas. Porque en la escuela no las tenían. Durante tres años estudié Historia del Cine, con un profesor maravilloso que hablaba con pasión acerca de las películas, pero eran los noventa y no tenían las películas. Ese no es el buen camino. Entiendo que siempre hay una razón, y por eso hice esta película. Siempre está esa razón por la que se les excusa. Hay pobreza, condiciones heredadas... Pero al final, si te quieres convertir en cineasta tienes que estar expuesto al cine de forma consistente y organizada, para entender que hay una evolución y la forma en que te vas a desarrollar. Mi educación fue muy errática en todos los niveles, pero sobre todo a nivel cinematográfico. No soy de Bucarest, así que no hay filmoteca en mi ciudad y veía las películas a medida que podía hacerme con ellas. Por lo que terminé queriendo ser director de cine porque me atraía la narración de historias, no porque fuera un cinéfilo.

'Los exámenes'

eC: Hace un par de meses, David Trueba publicó un artículo en el que afirmaba que toda carrera decepciona a aquellas personas que tienen grandes aspiraciones, ¿piensas que llegará el momento en el que el sistema educativo estará a la altura de las expectativas que se depositan en él?

CM: No lo sé [Risas]. Creo que no debería decepcionarnos no poder encontrar el mundo ideal. Es suficiente mejorar las cosas, tratar de estar más satisfechos. Tratar de tener una educación algo mejor que la existente. ¿Pero mejor en qué sentido? Por eso es tan complicado educar a la gente, porque la educación no se imparte solo en el colegio o las instituciones. Todo contribuye a la educación de los niños. Para educar mejor a la siguiente generación, necesitaremos comportarnos mejor como sociedad. Eso también es educación. Vamos a necesitar que ese discurso moral que se le transmite a los niños se implante también en nuestras propias vidas. De esa manera seremos un mejor ejemplo para ellos y reduciremos la brecha entre las cosas teóricas que se lee a los niños y las decisiones que se toman en la vida real. Si tu hijo supiera acerca de la vida real que llevas como adulto, las cosas se podrían poner un poco extrañas. Por lo que mi película también trata sobre esto: ¿cómo puedes tratar de impartir una educación exclusivamente a través de las palabras cuando tú no eres capaz de aplicar la mayoría de eso a tu propia vida? O ajustas tu educación a cómo funcionan las cosas o haces el esfuerzo de respetarlo. Porque no es justo mantener este doble discurso, y no es útil para los niños. La verdad siempre sale a la superficie. Y al final lo más importante en la vida es conocer la verdad sobre ti mismo.

eC: Teniendo en cuenta las similitudes entre Rumanía y España -la salida de una dictadura y el mantenimiento del vicio de la corrupción como tradición-, ¿te has fijado en los paralelismos entre ambos países?

CM: Reconozco las similitudes, pero no creo que existan exclusivamente entre Rumanía y España. Desgraciadamente, este es un modelo más extendido de lo que pensamos. Por eso la gente se identifica con la película. La cuestión es si hay una solución y cuál es esa solución. Conocemos bien la situación, pero ¿cómo se puede arreglar? Lo desconozco, pero creo que siempre es importante luchar. No resolverás la situación del todo, pero todo tipo de progreso es bienvenido, porque si no esta corrupción se propagará e invadirá tu vida privada. Hay muchos problemas generales y filosóficos, pero hay otros muy concretos, resultantes de la corrupción o la incompetencia. La incompetencia se asocia en cierta manera a la corrupción. Siempre que se tolera un progreso social no basado en el mérito es una forma de tolerar la corrupción. Aquí reside la frustración de la sociedad, en que no hay meritocracia, sino que se asciende a personas mediocres a partir de esta red de conexiones. El dilema en el que se encuentran padres y adultos es averiguar si hay una solución razonable a este problema en los próximos 20 o 25 años. Porque de ello depende que los niños crezcan ahí o que se salten un período histórico de ese país al ser enviados a otro lugar más favorable. Pero el problema que afecta a mucha gente de mi edad es que se pierde la esperanza. Cuando el ritmo del progreso es demasiado lento se pierde la esperanza. Por eso se considera que es tan difícil luchar y se alcanzan los actuales niveles de emigración.

'Los exámenes'

eC: Sueles componer tus películas a partir de planos largos o secuencia y enfrentando a los personajes en su interior, en vez de separándoles en planos individuales como se hace convencionalmente, ¿qué objetivo quieres alcanzar con tu estilo?

CM: Recurro a este estilo porque concuerda con mi punto de vista acerca del cine. Hay una cierta obligación de comprender cómo se compone la vida. No tiene interrupciones, edición, música... Por lo que creo que es justo hacer un tipo de cine en el que permites al espectador la libertad de decidir qué es lo importante de cada situación, como ocurre en la vida real. Nadie interpretará una situación por ti, simplemente sucede. ¿Son buenas o malas? No, solo pasan. Es tu responsabilidad, influida por tu educación, interpretarlas y decidir si es positivo o negativo. Por lo que trato de hacer lo mismo en mis películas. De ahí la captación de una perspectiva única, para plantear una distancia entre la situación y el espectador. De esta manera toda la emoción se extrae de los actores. Es muy sencillo utilizar muchos violines y hacer llorar a la gente. Pero hay que preguntarse si es justo hacer eso. ¿Es ese el tipo de cine que quieres hacer? No estoy seguro. No es el cine que quiero hacer yo. No digo que no sea una opción, a lo mejor lo es para otra gente, pero es importante hacer el tipo de cine que encaja con tu punto de vista. Y yo quiero hablar de la vida y mantener la complejidad que la caracteriza. Cuando el cine está bien hecho en ese sentido, el espectador puede descubrir, y entender mejor, aspectos de su propia vida.

eC: En tu cine suelen ser las mujeres las que sufren los conflictos más complejos. El aborto en '4 meses, 3 semanas, 2 días'. La represión en 'Más allá de las colinas'. Y el intento de violación en 'Los exámenes'. ¿Crees que las mujeres son las principales víctimas de la sociedad en la que vivimos?

CM: Cuando hago películas trato de no pensar en esta batalla de géneros. No empiezo por los personajes cuando hago una película, y tampoco por sus géneros, pero es cierto que, al final, lo que dices es cierto. Las mujeres son más víctimas en la vida real, y por eso lo son en mis películas. Porque están mucho más expuestas y son más frágiles. Son víctimas más frecuentes porque realmente no pueden defenderse en una sociedad más o menos dominada por hombres. Y como hablo de aspectos complejos de la vida, termino recurriendo a más personajes femeninos que masculinos que sufren por algo. Pero creo que esta película también habla de los problemas de él. Sus problemas no son de hombre. Son...

eC: Problemas humanos.

CM: Sí, problemas humanos. Cómo acomodar la verdad en tu vida no es algo de mujeres u hombres. Al mismo tiempo hay mucho de mí en mis personajes, también en los femeninos. Tenía una gran preocupación por la relación entre la fe, la religión, la superstición y la Iglesia como institución, como la que tenían los personajes de 'Más allá de las colinas'. También estaba preocupado por la idea de libertad, paternidad, sobre el aborto y las responsabilidades en '4 meses...' como hombre, y no me impidió pensar en todo eso. No soy el tipo de cineasta militante, que trata de hacer películas acerca de los problemas de los oprimidos. Todos estamos oprimidos en la vida. Todos tenemos problemas, y cuanto más pequeños son, más grande es el drama que los envuelve. Así que trato de centrarme en pequeñas cosas que podrían pasarle a cualquiera, y creo que es un ejercicio justo para todos para tratar de no pensar en exceso en batallas de géneros.

eC: ¿Crees que la chica protagonista puede llegar a ser feliz en su vida después de lo que ha sufrido, como su padre le pide cuando le toma la fotografía?

CM: ¿Cómo lo puedo saber? [Risas] La vida es complicada y es difícil decir qué te hace feliz. Al final no estoy tan seguro de que lo único importante en la vida sea ser feliz. Tener una paz interior en tu mente contigo mismo está bien. Si eres feliz de vez en cuando, bien. Pero viendo cómo es el mundo hoy en día, creo que hay que ser muy estúpido para ser feliz muy a menudo. Porque si sientes cualquier tipo de responsabilidad acerca de lo que sucede, estarás más preocupado que feliz. Si piensas en la dirección que está tomando el mundo, solo puedes estar inquieto. Sobre todo, si eres padre, estarás más inquieto. Yo soy padre y me gustaría que mis hijos sean felices, pero al mismo tiempo es bueno mantenerse racional. Hay que mantener un balance entre los momentos en los que necesitas ser feliz, para poder extraer de ellos la energía suficiente con la que reflexionar acerca de las soluciones que puedes encontrar para tu vida y el mundo en general.

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