El terror gótico toma la gran pantalla. Tras su paso por festivales como la 67 Seminci de Valladolid o el 60 Festival de Gijón, donde obtuvo el premio RTPA al mejor largometraje asturiano, llega a salas comerciales 'Cuerpo abierto', el radical salto a la ficción de la cineasta Ángeles Huerta. Un relato ambientado en la Galicia de inicios del siglo XX, que convierte a Tamar Novas en un profesor que llega a un pueblo en el que el misticismo y la razón se difuminan. "En la realidad, hay ciertas situaciones que se escapan a los límites, que son nada claros", defiende el intérprete gallego.
Año 1909. Miguel (Novas) es un joven profesor destinado a un pequeño pueblo de montaña en la frontera entre España y Portugal: Lobosandaus, una aldea inhóspita y de tradiciones ancestrales. Es un hombre de razón, pero no puede controlar sus deseos pasionales y, conforme se acerca el invierno, siente cómo la oscuridad se apodera de todo a su alrededor al tiempo que crece su fascinación por la enigmática Dorinda (Victória Guerra). En un lugar dominado por la superstición, la extraña muerte de un vecino del pueblo libera a un espíritu libre en busca de un cuerpo que le permita seguir con su existencia, que llevará a Miguel a cuestionar los límites entre el mundo de los vivos y los muertos.
Tras dirigir el documental 'Olvida Monelos', Ángeles Huerta presente un trabajo completamente opuesto, un relato de género que, sin embargo, la propia cineasta ve enlazado con su anterior largometraje. "A todo el mundo le sorprende, creo que mi anterior proyecto tenía un tono muy melancólico y reflexivo, pero era, ante todo, cine arrebatado. Eso lo es también 'Cuerpo abierto'. Ambas películas son muy apasionadas y no veo tanta diferencia. Lo único es que cambia el formato, pero porque ambas demandan un estilo distinto. El relato de Ferrín, me atrajo ese potencial sensorial que tenía", declara la directora en una entrevista concedida a eCartelera en Madrid.
Es más, Huerta ve en el documental y en géneros como el terror o lo fantástico un punto en común. "El terror o lo fantástico son los géneros más libérrimos que tiene el cine de ficción, en eso me recuerda al documental, que también es un formato muy libre", defiende. "La película tiene un visionado que deja mucho a la interpretación. Lo importante es que crea una sensación de expectación que engancha. También es de esas producciones que, en un segundo visionado, ofrece un mensaje distinto al que se tenía inicialmente, deja mucho espacio a diferentes interpretaciones, desde las más racionales hasta las más esotéricas. Ese es el equilibrio del que goza", añade Tamar Novas.
"Lo gótico es una exaltación del romanticismo"
Tanto al actor como a María Vázquez, quien encarna a Obdulia, una mujer que parece ser poseída por el espíritu del antiguo amante de su cuñada Dorinda, coinciden en que se trata de un proyecto que les llamó la atención por lo arriesgado y diferente que resulta dentro de la propia industria. "Querer hacer una película cuya narrativa y tema son muy particulares, fue lo que me atrajo. Tanto los personajes, la puesta en escena como la historia me parecieron una propuesta muy extrema y particular", señala Novas. "Aunque sea una película de época, narra varios temas de actualidad y varios de ellos difíciles. También que cuenta con una riqueza, a nivel de diversidad, que me atrajo mucho. Es una producción de género, pero está muy enlazada con los idiomas, con el lugar", comparte Vázquez.
En esa diferencia, está en que Huerta, quien firma el guion de esta adaptación de un relato de Xosé Luis Méndez Ferrín, apuesta por narrar una historia de terror ambientada en la Galicia de inicios del siglo XX, combinando tradición, folclore y misterio, recordando, justamente al terror gótico. "En el relato de Ferrín tiene ese enfoque romántico, que está en lo gótico, que es una exaltación del romanticismo, hablamos de pasiones que van más allá de la muerte, con un componente esotérico y erótico. Estéticamente también me parecía muy atractivo ese mundo. Por otro lado, nos permitía hablar de temas contemporáneas, como la indeterminación de las fronteras, esos límites ilusorios que construyen nuestras identidades, pero que están más en nuestra cabeza que en la realidad en muchas ocasiones", expone.
"Las fronteras entre lo masculino y lo femenino no son tan claras", añade Novas, haciendo referencia al personaje encarnado por María Vázquez, una mujer que es poseída por el alma de un hombre. "Obdulia me encantaba, me pareció un reto para mí, también porque huye del cliché, precisamente porque el film va más allá de la frontera de lo masculino y lo femenino", añade la actriz.
Esa difuminación de las fronteras, la más explícita es la relacionada con la lengua, al ser un proyecto que combina español, portugués y gallego. "Una frontera es eso, donde la gente habla diferentes lenguas y las usa para comunicarse y no para lanzárselas a la cabeza. Al final, lo de las lenguas, en la película, es la primera capa de esa indeterminación, pues no queda claro donde comienza Portugal y donde termina España. Es fascinante. Después de esa primera capa, vamos a lo que separa lo masculino y lo femenino y, finalmente, a la línea que marca la diferencia entre los vivos y los muertos", explica Huerta. "Es muy bonito esto en cuanto a mostrar la convivencia de las lenguas, especialmente en este momento, en el que todo está muy polarizado. La sociedad va mucho más avanzada que la política, nuestro país es mucho más diverso de lo que nos venden, se convive mucho mejor de lo que se cree", coincide Vázquez.
Un film que evoca a Henry James y Bram Stoker
En esa inspiración gótica, en 'Cuerpo abierto' se ven similitudes con historias como 'La leyenda de Sleepy Hollow' de Washington Irving u 'Otra vuelta de tuerca' de Henry James. De hecho, la propia cineasta explica que Ferrín se inspiró en el 'Drácula' de Bram Stoker para su relato. "Sí, mucha gente me ha mencionado 'La leyenda de Sleepy Hollow', también 'Otra vuelta de tuerca' de Henry James. El profesor llega en diligencia leyendo 'Retrato de una dama', además. Fue un guiño que quisimos meter ahí. El propio Ferrín comentó que, a la hora de escribir el relato, tenía en su mente 'Drácula', de Bram Stoker. Eso se ve justo con el protagonista llegando en diligencia a un destino inhóspito, un personaje que proviene de un mundo civilizado que entra en mundo que parece anclado en un lugar fuera de tiempo", explica.
"En este caso, eso lo llevamos a una región entre fronteras, con una mirada atemporal, ajeno a determinaciones espaciales, incluso a determinaciones tan trascendentales como la línea que separa a los vivos de los muertos, entrando en una especie de limbo, que sirve también para mostrar ese punto en el que existen muchas realidades", continúa.
Esa espiral hacia el oscurantismo que vive el profesor protagonista, deja en evidencia también como el hombre ilustrado, el que representa la razón, se ve prisionero de su propia incredulidad, al querer encontrar explicación lógica a escenarios que se le escapan. "El profesor, se supone que representa el progreso, que es ilustrado, también sucede hoy. Me genera más desconfianza alguien con un discurso que comulga con el mío, pero sus formas, su carácter y su comportamiento son más rígidos. Me puede provocar más rechazo incluso frente a alguien con un discurso opuesto o menos elaborado, pero que es flexible y eso se ve en sus actos. Lo dogmático es peligroso. Hay una especie de fundamentalismo de la razón", comparte el actor. "Hay que dejar espacio al misterio, no todo puede tener una razón. Quien cree que todo puede explicarse, no ve que la vida va mucho más que eso", añade Vázquez.
'Cuerpo abierto', además, toca un tema que está de actualidad, la visibilización de las enfermedades mentales, representando también cómo, históricamente, se ha utilizado este problema en clave misógina. "La historia de la psiquiatría es tremenda, especialmente con la mujer. Los escritos de Freud son tremendos. Al final, había una forma de control social muy importante ahí, con esas mujeres encerradas que, por cierto, son un tópico recurrente en la literatura victoriana escrita por mujeres", manifiesta Huerta.
"De nada sirve decir que es el mejor año del cine español si el público no va a las salas"
Desde una perspectiva gótica y alejada de los cánones habituales, Ángeles Huerta sigue la estela de otras mujeres cineastas cuya presencia ha ido siendo más notable en los últimos años en la industria española. "En los últimos trabajos, me ha tocado trabajar con cineastas noveles, varios de ellos mujeres. No sé si tendrá que ver con que sean de una nueva generación o porque sean mujeres, pero tienen otra forma de concebir el cine, más cooperativa y menos jerárquica", defiende Tamar Novas. "Pienso que esta nueva generación ve el cine de otra manera y está provocando un cambio, se ve el proyecto de forma transversal y eso es maravilloso. Al final, una película está producida por todo un equipo. Es muy importante que haya sintonía y que se pueda opinar", añade María Vázquez.
"Ciertas cosas responden a una visión particular. En este caso, es la mía modulada por un equipo que, cada uno, desde su sitio, conforma una visión que, aunque dirija yo, termina siendo de todos", argumenta Huerta, quien destaca que la atemporalidad de las grandes obras son las que permiten que existan reinterpretaciones modernas, muchas de ellas en clave femenina. "Yo adapto un escrito publicado a principios de los 90, por un señor que ahora ha sobrepasado los 80 años. Es normal que, si esta historia se adapta en el 2022 y, además, la dirige una mujer, aparezcan otras cosas que, por otro lado, estaban potencialmente ahí. Es lo que tienen las grandes obras, que tienen elementos que están presentes en potencia y tienen relecturas maravillosas muchos años después y que, a la luz de la época, tienen diferente valor", detalla.
Desde una mirada independiente, Huerta desea que su relato conquista al espectador, el cual es el que tiene el poder de que la industria siga moviéndose, especialmente en un momento tan delicado para las taquillas y la asistencia a las salas, tanto en España como a nivel internacional. "Creo que levantar cualquier película independiente, ya de por sí, es una misión titánica y llegar a hacerla es un milagro y que puede verse en salas es un regalo. Al final, lo importante es que la gente vaya al cine. Se nos llena la boca de que estamos viviendo el mejor año de cine español, pero esto de nada sirve si no tenemos público que nos vea. Si los espectadores no acuden a las salas, esto se muere", concluye.
'Cuerpo abierto' está dirigida por Ángeles Huerta, quien escribe el guion junto con Daniel García. Protagonizada por Tamar Novas, Victória Guerra, María Vázquez, Federico Pérez, Elena Seijo, Miquel Insúa, José Fidalgo y Nicolás Otero. Con música de Mercedes Peón y fotografía de Gina Ferrer. Producida por Gaspar Broullón y Daniel D. García. Coproducción entre España y Portugal, una producción de OlloVivo Producións, Fasten Films y Cinemate, en colaboración con Xunta de Galicia, Axencia Galega das Industrias Culturais, RTVE, Televisión de Galicia (TVG) y el ICAA. Disponible en salas de cine desde este 9 de diciembre, de la mano de Filmax.