No sabemos qué les dan de comer a los niños en Cataluña pero muchos de los directores debutantes más interesantes de los últimos años han salido de allí. Belén Funes, Carla Simón, Elena Martín, Elena Trapé... y ahora David Moragas, muchos de ellos procedentes de la ESCAC o la Pompeu Fabra y que han conseguido sacar adelante algunas de las películas más personales y honestas de los últimos años.
Moragas estrena su debut como director y guionista, 'A Stormy Night', una producción propia rodada en inglés y en blanco y negro que empezó como trabajo de fin de master, ha pasado por los festivales D'A y de Málaga y ganó el premio al Mejor Guion en el LesGaiCineMad. Ahora llega a los cines españoles de la mano de Filmin, y aprovechamos para mantener una conversación en la que el joven catalán se muestra tan franco e incontenible como su personaje Marcos, uno de los dos protagonistas de esta película sobre dos hombres gays confinados durante una noche en un apartamento de Nueva York.
Primero quiero empezar preguntándote: ¿de verdad tenías 27 años cuando rodaste la película?
Sí, de hecho tengo 27 años ahora, porque la hicimos muy rápido. En España se produce más lento, aquí habríamos tardado un poco más. Tardamos en total un año y medio desde que empecé a escribir el guion hasta que la hicimos.
Antes de rodar la película, tienes un camino que pasa por asistir a la Tisch School of the Arts, en la Universidad de Nueva York. ¿Cómo llegaste allí?
Estaba terminando la carrera en Barcelona, en tercero, y un mentor muy bueno, Manel Jiménez, me dijo que para hacer cine la trayectoria natural sería intentar complementar los estudios que había hecho, muy teóricos, con algo más práctico. Me propuso irme a estudiar cine a EE.UU., algo que para mí era un sueño irrealizable, pero él me indicó unas becas de la Fundación Obra Social La Caixa que pagan los estudios y también los gastos... Porque yo no tenía dinero. Me la concedieron, terminé la carrera y me fui a Nueva York. Allí vi cómo entienden en EE.UU. el cine, que es de una forma un poco más funcional. Y después de esos tres años estudiando en Nueva York, llegó mi proyecto de fin de máster, que es de hecho 'A Stormy Night'. Es mi trabajo de fin de estudios.
¿Y te han puesto nota?
No, porque no tenía dinero para hacer el cuarto año del programa que los alumnos dedican a ese trabajo de final de master. Yo necesitaba ponerme a trabajar, así que hice el proceso solo en tres años, pero entonces no me puntuaban el proyecto. De hecho a día de hoy creo que los profesores del master no saben que he hecho esta película.
Es muy interesante lo de la beca y que tuvieras que ponerte a trabajar. Supongo que hiciste 'A Stormy Night' robándole tiempo a los días. Normalmente no somos conscientes de que para hacer cine tienes que ser un poco privilegiado, tener unos recursos y un tiempo y un colchón.
Ese es mi tema favorito, porque aquí en España casi nunca se habla de dinero. Y hablar de cómo lo hacen los cineastas para hacer películas y pagar el alquiler es muy importante. Esto lo rodamos en mayo y después lo montamos en verano, cuando yo trabajaba ocho horas al día en otra productora y por la noche editaba la película. Luego se unió al proyecto la productora Oberon Media, que me ayudó a terminarla, y se relajaron mucho más los tiempos. De hecho la segunda mitad de la producción está muy descompensada con la segunda, porque nos adaptamos a cómo se hacen aquí las cosas, que son un poco más lentas.
¿Estuviste más ansioso en esa segunda mitad, o más relajado?
El problema es que yo dependía de esta película para legitimarme como director. Tenía ansias por terminarla y enseñársela al mundo. Hasta que la terminamos, sentí que no era un director de cine.
¿Ahora sientes que eres director de cine?
Sí, ahora ya he empezado a hacer la segunda película y en el momento en el que firmé el contrato como guionista dije: "Vale, ahora sí soy cineasta". Es un poco triste, pero sin el sistema legitimando que te dedicas a lo que quieres, es difícil sentirse así. De hecho, a día de hoy me da bastante vergüenza: cuando me preguntan qué hago siempre hablo de mis otros trabajos como diseñador gráfico. Porque me da vergüenza decir que hago películas, me parece una atrocidad: "¿Yo? ¿Qué voy a hacer yo pelis...?". Pero sí, ahora me lo creo más.
¿Ya te dedicas enteramente a esto?
Qué va, ojalá. Pero esto es algo que también debería hablarse más en España: aquí no puedes dedicarte solo al cine, tienes que hacer un multitasking muy agresivo. Si no estás haciendo una serie, una película y tres proyectos, y además alguna publi, no puedes vivir solo en el cine... a menos que tengas un piso de alquiler gratis o alguien te esté dando dinero. Yo lo combino con mi trabajo como director creativo.
Me llamó la atención que 'A Stormy Night' empieza con Alan (Jacob Perkins) riéndose de tu personaje, Marcos, diciendo que hace cine porno. Luego conforme va avanzando el metraje, al princpio, parece realmente una película porno: ese juego de dos desconocidos en una casa, uno se desnuda delante del otro, el otro le espía dormido...
Está hecho con toda la intención y es un poco un chiste que tiene una explicación muy larga. Siempre me han dicho que cuando los festivales seleccionan películas lo más importante son los primeros 10 ó 20 minutos y el primer impacto. Además hay una cosa que me frustra un poco de muchos festivales de cine LGTB: siempre se apalancan mucho en el aspecto erótico-festivo de las películas, como reclamo. Ni me parece bien ni mal, pero me molesta el exceso. Por ejemplo, vas a sesiones de cortos de estos festivales y parecen catálogos de cuerpos normativos, de tíos cachas... a los primeros 10 segundos alguien se quita la camiseta y el corto no va de nada. Y esos cortos me encantan, ¿eh?, no los estoy juzgando, pero no puede ser que sustentemos todo el cine LGTB en esta idea. En Barcelona hace poco hubo un festival de temática gay y el anuncio parecía un anuncio del Circuit. Y a mí por supuesto me encanta ver a tíos cachas, pero el cine LGTB no es solo eso. Entonces, con todos estos elementos quería hacer un chiste y cargar esos primeros 20 minutos de la película con la pregunta de "¿van a follar o no?". Pero después de los primeros 10 minutos la película va un poco más allá y empieza el "fato", como decimos en catalán, la parte conversacional.
Podríamos decir que es una película porno truncada.
Tampoco quería alejarme de eso: lo que no puede ser es que pongas a esos dos personajes en la casa y no se hable de follar, porque eso tampoco sería verosímil. Entonces lo quise poner en los primeros 10 minutos y así esa tensión sexual queda falsamente resuelta.
Lo que más me gusta de la película es que no ofrece respuestas claras a las preguntas que plantea, por ejemplo, en torno a la monogamia.
Es que no hay respuesta correcta porque nadie la tiene. El cine ha definido una norma en las relaciones heterosexuales, están muy definidas en el imaginario cultural porque llevan años y años haciendo películas y contando historias sobre ellas, pero lo que está fuera de la norma no dispone de estas herramientas. Nosotros no tenemos ni los referentes para poder basar una opinión u otra.
Ante esta falta de referentes, ¿querrías hacer una comedia romántica LGTB comercial, al uso, en España?
Yo quiero seguir haciendo películas, y las voy a hacer desde mi forma de entender el mundo y las relaciones. Si en algún momento hay una intersección entre el cine comercial y mi forma de contar las historias que quiero contar, lo voy a celebrar, pero creo que nunca partiría desde esta premisa: hacer una película al uso. Yo sería incapaz de hacer eso. Hay gente muy buena que sabe muy bien hacerlo, pero no es mi caso.
Hay gente heterosexual que sigue diciendo que no se ve representada en el cine LGTB, ¿qué les decimos?
Que se jodan. Ya hay suficientes películas que les representan, si no se ven representados en películas con personajes homosexuales, así es como nosotros nos hemos sentido durante años y años de normativa heterosexual. Es un error intentar hacer películas que le gusten a todo el mundo, aunque a los productores les encante pensarlo. Yo he oído esto muchas veces como un cumplido "ah, tu película es para todo el mundo", pero para mí no es un cumplido.
Sobre tu nuevo proyecto, he leído que es un thriller intimista LGTBI. ¿Lo sacarás en las mismas condiciones que 'A Stormy Night'?
No, este proyecto va a seguir una trayectoria mucho más industrializada, porque lo estoy desarrollando con Oberon Media, la misma productora que me ayudó a terminar 'A Stormy Night'. Esta vez vamos a pedir las ayudas y subvenciones, le hemos dado luz verde y está en fase de desarrollo, lo estoy escribiendo ahora mismo. Tengo muchas ganas de seguir rodando, y lo voy a hacer cuanto antes.
Antes de la noche tormentosa
Para terminar: 'A Stormy Night' tiene como uno de sus grandes referentes la trilogía de Richard Linklater, 'Antes del...'. ¿Volverías dentro de 10 años a ver cómo les va a estos personajes?
Sí, totalmente. Tengo una idea muy ambiciosa de hacer cinco películas a partir de 'A Stormy Night' para ir revisitando la historia de estos dos personajes. La última de hecho quiero que ocurra estando confinados en un crucero para jubilados gays.
(Risas)
No es broma esto, ¿eh? Quiero hacer cinco películas, lo tengo estudiadísimo, no estoy bromeando.
¿Y lo has hablado con Jacob Perkins y todo?
No, es la primera vez que lo hablo con alguien, contigo, después de decírselo a la productora Alba (Bosch-Duran). Lo guay de estos personajes es que los escribí en un momento de mi vida en el que yo mismo estaba aprendiendo muchísimas cosas. Así que sí, tengo cuatro ideas más que les pueden ocurrir a estos personajes, y cada película sería sobre un tema distinto e iríamos viendo cómo estas dos personas evolucionan y cambian a medida que crecen.
Pues ojalá ocurra.