"Nunca pensé que pudiera vivir de escribir, era como un mito". La historia de Diana Rojo empieza como muchas otras: con una estudiante de Comunicación Audiovisual soñando con ser guionista. Pero no todos acaban cumpliendo su sueño como esta madrileña, que ahora se dedica a coordinar y escribir una serie vista por un millón y medio de espectadores cada tarde. Y todo ha ocurrido en menos de cinco años.
Antes había trabajado durante más de 10 años como editora de video, de forma intermitente. También dio clases de español, fue teleoperadora y camarera. Pero, siguiendo la máxima de que una crisis puede ser una oportunidad, aprovechó una etapa sin trabajo para apuntarse a clases de guion. De ahí a su primera oportunidad como escritora pasó poco tiempo: "Me presenté a una convocatoria de DAMA Ayuda, que es como un laboratorio de creación", nos cuenta en el festival Lo que viene. DAMA es la entidad de gestión de derechos de autor de obras audiovisuales más importante de España. "Allí seleccionaron un largometraje que tenía y estuve durante un año desarrollándolo. Eso me dio un poco más de seguridad para creer que podía tomármelo de una manera profesional".
En realidad, sus primeras oportunidades laborales surgieron de sus aficiones, lo que prueba otra máxima: lo más importante en esta industria son las ideas, y no importa de dónde vengan. A finales de 2014, un video montado por Rojo que le daba la vuelta al anuncio de la Lotería de Navidad se volvió viral. Con un millón de visualizaciones en YouTube, la ocurrencia hizo que muchos ojos se volvieran hacia ella en las redes sociales. Entre sus seguidores había guionistas y gente de la industria que estaban ahí, a un clic de distancia. "Las redes sociales para mí fueron fundamentales. Ya que me estaba siguiendo mucha gente a través de Facebook, puse que buscaba trabajo. Hubo un guionista que se puso en contacto conmigo, Marcos Mas, que trabajaba en un programa en Globomedia". Y así, tras una prueba "muy larga", a la que accedió porque su video había gustado al equipo, consiguió su primer trabajo como guionista en 'Los viernes al show'.
El gran salto a la ficción lo dio un año después, con otro video viral que montó como "ministérica". "Yo era muy fan de 'El Ministerio del Tiempo', y cuando surgió toda la crisis ante la posible renovación por una segunda temporada, me sumé a la comunidad e hice un vídeo de Hitler". Con unos subtítulos falsos, el Führer pedía exaltado explicaciones a RTVE por la no renovación. "Que es una tontería, porque en el fondo no era nada original", opina Rojo. Es cierto: la famosa escena de 'El hundimiento' con el recién fallecido Bruno Ganz lleva una década siendo un meme en YouTube, pero el montaje la puso en el radar de Javier Olivares, el creador de 'El Ministerio del Tiempo'. "Luego hice otro que igual sí era un poco más original: monté un discurso real de Hitler de forma que estaba muy preocupado porque decía que no iban a renovar la serie. Javier me dijo por las redes sociales que le había hecho gracia y tal", recuerda como quitándose importancia. Pero sus montajes consiguieron mucho más de lo que pretendían: no solo RTVE renovó la serie, sino que ella acabó en el equipo de guionistas.
Gracias a esos alardes de creatividad, Diana Rojo consiguió pasar de ministérica a escribir 'El Ministerio del Tiempo' en 2015. "Un día recibí una llamada de Anaïs Schaaff, que es la persona con la que siempre trabaja Javier. Me dijo que en la segunda temporada iban a meter a más guionistas y me preguntó si estaría interesada". Vaya si lo estaba. Aceptó hecha un manojo de nervios: "Estaba muy cagada de miedo, pero me dijeron: «Tampoco te presiones mucho, si vienes y no nos gustas no seguirás y ya está»". En la tele y el cine, como en la vida: inténtalo hasta que fracases. Y Rojo no fracasó: entró al equipo para elaborar la biblia de la segunda temporada y después escribió el primer episodio, 'Tiempo de leyenda', a cuatro manos con Olivares. Su primer trabajo en ficción y tenía que escribir el esperado regreso de una serie que le encantaba junto a un guionista al que admiraba. Sin presión. "Recuerdo que Javier me dio muchas notas, porque yo era muy novata. Pero me lo curré mucho e intenté dar lo mejor de mí. Fue una gran escuela". Acabó escribiendo otros dos episodios, 'El Monasterio del Tiempo' y 'Separadas por el tiempo'. Olivares solo tiene buenas palabras para ella: "A mí me gusta que un guionista sepa escribir imágenes y manejar las imágenes con palabras, y el video de Hitler enfadado me hizo mucha gracia, así que la llamé. Es lo que tienen los nuevos medios, que puedes demostrar lo que vales. Y a veces lo consigues antes que llamando a la puerta de un despacho".
Una máquina que no puede parar
Un año más tarde tuvo que dar otro salto de fe, de 'El Ministerio del Tiempo' a 'Amar es para siempre'. Buscaban alguien que no tuviera ideas preconcebidas sobre lo que es trabajar en una serie diaria, así que contactaron con ella. "Una diaria es una máquina que nunca puede parar", admite Rojo. "En 'El Ministerio del Tiempo', entre escaleta, diálogos y revisiones, un capítulo estaba hecho en entre tres semanas y un mes. Y en 'Amar es para siempre' sacamos seis capítulos de una hora a la semana, funcionamos por bloques". Pero, de nuevo, Rojo demostró que es más capaz de lo que ella creía. "Yo había ido a charlas de series diarias y pensaba que jamás podría, que me daría un ataque de ansiedad por el ritmo que llevan". Pero, tal y como hizo con su carrera de guionista, "una vez que empiezas y te subes sigues, para adelante".
Desde que entró en Diagonal en 2016, Rojo lleva cuatro temporadas de 'Amar es para siempre', un tiempo en el que ha seguido avanzando. De escribir los guiones ha pasado a coordinar un equipo que cuenta con casi una veintena de guionistas, entre los que hacen escaleta, diálogo, coordinación, rediálogo y los que están en plató. "No es algo que estuviera buscando, porque coordinar tiene su parte de marrón", confiesa. Los coordinadores crean la biblia inicial cada temporada, dirigen todo el trabajo y toman las decisiones finales; una labor creativa pero también de supervisión. "A veces adelantas tramas pero tú no escribes el capítulo, tu trabajo es más el de editar. Esa parte de creación a veces la echo de menos". Por suerte para ella, el equipo de 'Amar es para siempre' ha adoptado una organización rotativa del trabajo: cada cuatrimestre, dos personas toman el relevo. "Es lo mejor para la serie y para nuestra salud mental, porque es un puesto que agota".
Por suerte, escribir una serie con tanto público tiene su parte buena. Aunque la audiencia que sigue 'Amar...' no es tan proactiva y ruidosamente apasionada en redes como los ministéricos, los guionistas tienen sus formas de recibir feedback, como los foros tradicionales ("nos reímos mucho cuando entramos a leerlos") o Facebook. "Pero las redes sociales son muy extremas, está la gente muy enfadada porque has matado a algún personaje y luego está la otra cara, que es gente muy amorosa encantada con las tramas". Como la historia de amor de Luisita y Amelia, que se ha convertido en un fenómeno de visibilidad lésbica que ha trascendido el público tradicional de la serie. "Hay señoras que escriben a las actrices [Paula Usero y Carol Rovira] comentando que les gustan las mujeres y no se habían atrevido a decirlo antes".
Un ejemplo de lo importante que puede llegar a ser su trabajo en la ficción, algo que ilustra emocionada con una anécdota: "Cuando fue el huracán de Puerto Rico, me mandaron un pantallazo de una señora que había estado sin electricidad y cuando le volvió la luz escribió en un foro que ya tenía las dos cosas que más necesitaba: la nevera y la novela. Aunque sea porque se entretiene por la tarde, le acompaña, le dice algo o le hace reflexionar, es algo muy bonito". Diana Rojo cumplió su sueño, y ahora se dedica a hacer soñar a los demás.