'Qué festín'. 'Príncipe Alí'. 'Bajo el mar'. Canciones que te sabes de memoria de películas que habrás visto un millón de veces. Pero probablemente no sepas quién está detrás de esas canciones y cuánto influyó en que la segunda edad dorada de Disney fuese tan importante y exitosa. Por eso, es hora de que conozcas a Howard Ashman, el hombre detrás de las letras que fraguaron tu amor por esas películas.
Disney+ estrena el 7 de agosto el documental 'Howard', centrado en el letrista de los temas de 'La sirenita', 'Aladdin' y 'La bella y la bestia'. Se trata de un retrato muy personal del hombre que llegó a la compañía lleno de ideas, creatividad a imaginación y que fue clave para dar forma a esas películas. Y que, por desgracia, no pudo desplegar su talento durante más tiempo porque murió en 1991 por complicaciones derivadas del SIDA. Ni siquiera llegó a ver terminada 'La bella y la bestia'.
Don Hahn, productor de 'La bella y la bestia' y autor del documental que profundiza en esa segunda edad dorada de la compañía, 'Despertando a la Bella Durmiente' (también en Disney+), dirige esta película en la que su único objetivo era "que fuera Howard quien contara su propia historia". En una charla que tuvimos con el director, nos explicó: "Tuve claro muy pronto que lo que no quería era grabar un montón de cabezas parlantes ni expertos en animación o en Broadway para hablar de Howard". Eso puede suponer un reto, sobre todo de un letrista que no suele tener un montón de entrevistas o material de archivo. Pero 'Howard' se desvela como un álbum de fotos y videos en el que son sus familiares y compañeros más cercanos, además del propio Ashman, quienes nos llevan a través de su vida y obra.
La principal preocupación de su director fue que la familia, sobre todo la hermana de Howard, Sarah, y su pareja hasta el día de su muerte, Bill, formaran parte del documental, pero se encontró con una respuesta que no imaginaba: "Me abrieron sus puertas y me dieron sus videos y fotos personales, cosas muy íntimas, pero eran esas historias las que quería incluir y lo que quería contar. Tuve la suerte de tener una respuesta muy abierta por parte de su familia. Eso es lo que me dio la autenticidad que quería". En vez de optar por esas "cabezas parlantes", prefirió sentarse con ellos a charlar solo con un micrófono y una grabadora, por una sencilla razón: "Las cámaras, iluminación y maquillaje hacen que la gente se cierre y hagan respuestas demasiado calculadas. Pero con un micrófono a los cinco minutos se olvidan de que están siendo grabados y podemos simplemente sentarnos y hablar, puedo tener dos horas con ellos y en ese tiempo la gente se abre y saca emociones realmente profundas que no habrían sacado delante de luces y cámaras. Un poco es esa técnica, otro poco es que conozco a esta gente y por alguna razón creo que saben que pueden confiar en mí. Quizás no es la historia que ellos creen pero saben que será auténtica".
Para Disney+, y en gran medida para Disney en general, 'Howard' es un salto enorme hacia la diversidad porque no esconde en ningún momento que su protagonista era un hombre gay, que estuvo enamorado de otro hombre y que tuvo que enfrentarse al SIDA en sus últimos momentos. "Sinceramente no tuve casi ninguna reticencia por parte de Disney", admite el director. "No puedo hablar en nombre de Disney, pero lo que encuentro interesante es que queremos hacer películas para un público y un gran segmento de ese público forma parte de la comunidad LGTBQ. Y es un segmento maravilloso y muy leal. Por eso quieres poder contar también esas historias y hacerlo de forma abierta y sincera. En el caso de este documental no es el tema central pero es algo de lo que no iba a huir si quería ser sincero. Y quería ser sincero con la vida de Howard y el hecho de que fue un hombre gay es inherente a la historia, forma parte central de quién era como persona. Quería que el público pudiera ver lo que eso significaba, lo que suponía ser un hombre gay durante la crisis del SIDA. Yo no puedo imaginar lo que era y Howard tenía que lidiar con todo eso, con la posibilidad de perder su seguro, tener miedo de contarlo en Disney porque podía ser despedido, todo eso tuvo que ser terrorífico, y todo esto mientras escribía estas canciones tan alegres. Creo que eso crea una historia que el público puede disfrutar pero también sirve para generar empatía. Creo que somos muy proclives a juzgar al otro y creo que un personaje como Howard muestra que todos somos humanos y todos lidiamos con la vida solos. Él pudo llevar la alegría a mucha gente mientras lidiaba con una de las epidemias más terribles de la historia. Y lo sorprendente es que ahora eso es totalmente actual. El doctor Fauci, el médico a cargo de la crisis de la COVID estuvo también a cargo de la crisis del SIDA mucho tiempo. La vida de Howard tiene muchos ecos a la actualidad, por eso tiene sentido que el documental salga ahora".
A lo largo de este recorrido por la vida de Howard Ashman recreamos junto a su hermana su infancia en la que ya le gustaba contar historias. Pasada la universidad, y tras un sorprendente primer trabajo en Disney (no como letrista, sino como escritor) nos mudamos con él a Nueva York, donde se hace cargo de un pequeño teatro y surge su primera alegría, 'La pequeña tienda de los horrores'. Pero gran parte del documental se centra en explicar el inmenso peso que tuvo en convertir 'La sirenita', 'Aladdin' y 'La bella y la bestia' en éxitos arrolladores. "No solo fue un catalizador para nosotros en Disney para abrir nuestras mentes a las oportunidades que traía la música para el estudio, cómo se podía beneficiar la historia del teatro musical. En aquella época los musicales no eran tan populares, y casi no había películas musicales. Ahora estamos acostumbrados a ver muchos musicales pero de aquella no estaba muerto pero era un arte moribundo. Él supo rejuvenecer ese arte en Disney en Los Angeles como no pudo hacerlo en Broadway. Eso es lo inusual de esta historia: tienes un grupo de animadores jóvenes intentando hacer películas pero que están completamente educados de una forma y entonces entra Howard con Alan Menken y consigues otro nivel de experiencia y a una persona que nos reta para conseguir nuestro mejor trabajo. Howard era muy claro con lo que quería para la historia y lo que necesita cada personaje y eso nos obligaba a nosotros a estar en plena forma y llegar al estudio cada día al nivel más alto que podíamos. Era la cerilla en el bidón de gasolina, por decirlo de alguna manera. Creo que estábamos listos para contar mejores historias y hacer mejores películas, pero él fue el catalizador que nos forzó hacia esa posición" explica Don Hahn, que también valora la empatía que llegaba a sentir por los personajes y su capacidad para salirse del molde: "Era capaz de dar a esas historias un vocabulario musical y siempre era inesperado. Hacer 'La pequeña tienda de los horrores' con música de grupos de rock femeninos de los 60 no es algo que esperarías, o hacer 'La Sirenita' con música caribeña. Siempre conseguía darte cosas poco convencionales y valientes que hacían estas historias memorables. Durante siglos 'La Sirenita' se escuchó como un cuento danés y reinventarlo solo usando esa música y un cangrejo rastafari, eso era Howard en todo su esplendor". El documental enseña también que Ashman era un compañero de trabajo estupendo, ese que "traía donuts cada mañana", pero que tenía su carácter. Igualmente, siempre estaba abierto a fomentar la colaboración en el equipo: "Me gustaba lo específico que era con todo, nunca respondía de forma vaga. Era muy específico con lo que quería hacer, por qué una idea era interesante y por qué probablemente fuera la mejor idea. Y eso era importante si quieres hacer algo diferente, tienes que ser claro tanto en la defensa como en el ataque. Esos eran los momentos más memorables. Era muy colaborativo. En la primera versión de 'Qué festín' la señora Potts se llamaba "señora Camomila" y era muy dulce pero le dijimos que los niños no serían capaces de decir Camomila, que si podíamos llamarla simplemente "señora Potts". Pequeñas colaboraciones en ambos sentidos. Pero además de eso sus letras eran inteligentes y su habilidad para colaborar era única".
Una historia de heroísmo
Si Howard Ashman y Alan Menken fueron los artífices de ese cambio en 'La sirenita' de un relato clásico a un musical colorido y alegre, pero con mucho corazón (Ashman peleó por mantener 'Parte de tu mundo', que Jeffrey Katzenberg quería eliminar, e instauró el legado de la "canción yo quiero" en la que el héroe o heroína dice explícitamente lo que busca para que el espectador se identifique con ese objetivo), con 'La bella y la bestia', que pretendía ser al principio un musical clásico y quizás demasiado adulto, siempre se ha dicho que Howard Ashman volcó toda su experiencia con el VIH en la Bestia. Esa teoría es mencionada en el documental, y aunque Don Hahn cree que Ashman "nunca quiso hacer teatro político ni se puso conscientemente en esas canciones", tiene claro que "no podemos expresarnos sin reflejar el mundo que nos rodea": "Nunca lo hablamos cuando hicimos la película, no nos sentábamos con Howard a hablar de su enfermedad. Claramente estaba enfermo, había perdido la voz y la vista y nunca llegó a ver la película completa, pero pensándolo ahora, treinta años después, sí podemos imaginar lo que podía querer Howard. Estoy seguro de que había algún trasfondo en las letras de Howard, probablemente de manera inconsciente. Pero sí, 'La bella y la bestia' va sobre un personaje que sufre una terrible maldición, que intenta romper el hechizo y en el caso de Howard no pudo, así que sí hay ecos en la película". Es, sin duda, un reflejo de la influencia de Howard Ashman en estas películas, y esa es una de las razones por las que su historia merece ser contada: "Creo que la gente está interesada en el sufrimiento de Howard en los últimos momentos de su vida mientras escribe canciones como 'Príncipe Alí' en la cama del hospital. Pero es un legado de su humanidad y creo que era un mecanismo de defensa para él. No lo sé, solo puedo imaginar. Pero estaba tan centrado en su trabajo que eso le permitía salir de su cabeza y escapar de los problemas con los que lidiaba en ese momento. Ahí hay una historia de heroísmo. Creo que habla de la capacidad del arte, y de la música concretamente, de ayudarnos en los momentos más difíciles de nuestra vida. Y a un nivel personal cómo ayudó a Howard en el momento más difícil de su vida. Creo que la gente está interesada en esa historia y por desgracia es una historia atemporal: cómo podemos enfrentarnos a los retos de nuestra vida. Esta es la historia de cómo un hombre se enfrentó a esos retos".
De hecho, Don Hahn no entiende cómo nadie había contado la vida de Howard Ashman antes: "Se había hablado de escribir un libro sobre Howard pero a día de hoy no hay libro, ni biografía, ni nada. Su hermana tiene un blog y una web para fans pero eso es todo. Quería hacer algo que fuera más expresivo. Y no creo que puedas hablar de Howard con un libro. Es músico, tienes que escuchar su música. En esta película hay veinticinco canciones porque tienes que escuchar su trabajo, por eso pensé que una película era la manera correcta de contar su historia. Es nostálgico, es doloroso, es divertido... Esto va a sonar muy raro pero quería resucitar a Howard durante noventa minutos. Conozco un poco a Ken Burns, estaba hablando de su trabajo y dijo que su trabajo era traer de vuelta a la vida épocas o gente y que hablen de nuevo y pasen algo de tiempo con él. Me sentí muy identificado con eso. Pensé: si pudiéramos sentarnos con Howard durante noventa minutos, y escucharlo y ver cómo trabaja, aprenderíamos de eso no solo su biografía sino por qué era tan especial y hacía las cosas como las hacía y cuánto aprendió del teatro musical. Eso era lo que quise hacer: llevaros a los 80, sentaros en una mesa y transportaros a esa época para que pasarais unos minutos con Howard. Espero haberlo conseguido". Sin duda, es el mejor homenaje que Howard Ashman puede pedir. Un canto a su talento, a su legado, a su obra, y también un relato tremendamente íntimo, contado por él mismo y por la gente que le quiere. "Solo espero que hubiera sentido que lo hice lo mejor que pude para contar su historia. Y de alguna manera sé que lo he hecho porque dejé que Howard contara su historia y creo que es la decisión correcta" dice Don Hahn. Por todas esas razones, 'Howard' es, como dice su autor, "un paquete sorpresa para el público": "Conoces todas estas canciones y probablemente creciste con ellas. ¿Pero sabes qué? Probablemente no conozcas al que las escribió. O puede que sepas su nombre pero no sabes quién era: un tipo interesante, inteligente, expresivo, sufridor. Creo que es una revelación y eso trascenderá el idioma o la cultura. Todos estamos conectados de una manera extraña con nuestra humanidad, así que espero que sea eso lo que sobresalga".
'Howard' estará disponible en Disney+ a partir del 7 de agosto.