Tras su debut en el largometraje en 2016 con 'Pieles', Eduardo Casanova presenta su segunda película: 'La piedad', una radical propuesta que es un cruce entre melodrama, película de terror y sátira a la dictadura de Corea del Norte, con la que no ha parado de cosechar éxitos a lo largo de todo el circuito de festivales internacionales.
Durante su visita al Festival de Sitges 2022, tuvimos el placer de poder charlar con él sobre su peli, sus intereses y cómo está percibiendo el éxito de su peli (protagonizada por Ángela Molina, Manel Llunell y Ana Polvorosa) y el del cine fantástico español más allá de nuestras fronteras.
eCartelera: Para empezar: me flipa todo el universo de las madres terribles.
Eduardo Casanova: Bueno, pero los maricones tenemos que tener cuidado con con que nos flipe el mundo de las madres terribles. También tenemos que tener cuidado con que nos flipen las villanas de Disney, porque al final, siempre estamos dibujando la imagen de una mujer que nos fascina por su maldad. Y a mí no me fascinan las madres terribles en absoluto, ni las villanas de Disney (aunque Úrsula sea de color morado). Y creo que es un deber que nos que nos fascinen por eso, insisto. Y lo voy a hacer continuamente en mis películas.
eC: ¿De qué habla entonces 'La piedad'?
EC: Habla de una persona que es mujer cis, que ha decidido ser madre y que tiene una relación muy concreta con un hijo, que es otra persona que tiene una relación muy concreta con su madre. Para mí era una preocupación muy grande que nos dejásemos, o que me dejase, llevar por esa fascinación aprendida hacia las malvadas. Por eso quise que hubiese otros personajes en la película que reivindican a la mujer, quien decide o no ser madre desde un punto de vista completamente diferente. No quiero reivindicar que todas las mujeres deberían ser madres.
eC: ¿Crees que va a haber gente que pueda leer ese trasfondo en la película?
EC: Bueno, la gente la va a leer de muchas formas, claro.
eC: Personalmente, me gustó 'Pieles', pero esto ['La piedad'] me parece brillante. Es todo un paso adelante, una propuesta radical en la que desde el primer momento dejas claro a lo que el espectador va a enfrentarse. ¿Cómo crees que la va a percibir la gente?
EC: La verdad es que no he recibido nada malo sobre la peli. Está mal decir esto ¿no? [ríe]
De verdad: no he recibido nada malo. Ha ganado el premio Mejor Película del Jurado en KVIFF (Karlovy Vary International Film Festival), el de Mejor Película de la Sección Oficial en el Fantastic Fest, el Crossovers Prize en el Festival de Cine Fantástico de Estrasburgo, Premio del Público en el Fantasia de Montreal... Todas las críticas que han salido han sido buenas y la reacción que está teniendo la prensa y el público es muy buena. Entonces, la verdad, es que no he recibido nada malo.
eC: Pero sería muy absurdo pensar que no se va a recibir algo negativo de la película.
EC: La realidad es que no se le debe prestar demasiada atención a las críticas. Ni a las positivas ni a las negativas. A lo que se debe prestar atención, o a lo que yo presto atención, es a lo que creo que la gente que ama el cine debería prestar atención. Es al hecho de poder hacer películas diferentes en nuestra industria.
eC: Queda bastante claro que en el espectro internacional, se siente una especial pasión por el cine de género fantástico que se hace en España. ¿Cómo lo percibes?
EC: Hay muchos amantes del español fuera de España. Me he recorrido el mundo con 'La piedad', y me queda claro que no ha sido el único fenómeno en festivales. En Austin [Fantastic Fest] también estaban 'Cerdita', 'Mantícora', 'Venus' y 'Viejos'. O sea: un récord de películas españolas proyectándose en un festival en Texas. Sí es verdad que la que ha ganado Mejor Película ha sido la mía, pero el cine español fuera de nuestras fronteras funciona muy bien. Eso yo creo que muestra una buena salud de nuestra cultura. Y eso es importante para España y para que las instituciones sigan apostando por el cine español, porque marca España no solo es deporte: también es la cultura.
eC: Visto el resultado de la película, queda reflejado que está todo cuidadísimo al detalle. ¿Eres una persona exigente en los rodaje?
EC: Me un poco de pudor hablar de esto, porque es algo que se consigue del trabajo de los actores. Creo que se me da bien. No digo que mis películas sean buenas o malas, pero sí creo que se me da bien dirigir. Lo que yo hago es motivar al equipo, porque si el equipo está contento y feliz y siente que está haciendo algo que le hace sentir bien y libre, hace mucho mejor su trabajo. Por tanto, mi película sale mejor. Es como mi pequeña dictadura, y creo que es la única dictadura que funcionaría: una en la que todo el mundo se sintiera bien, pero claro, eso es imposible. O al menos no se llamaría dictadura.
Hay una cosa muy fea que cuando a uno le preguntan por sus defectos y la respuesta es que "soy muy generoso" o "soy muy exigente". Da pudor hablar de defectos enumerando halagos. Yo tengo muchísimos defectos pero tambiñen algo que aún no sé si calificar como defecto o virtud: un exceso de exigencia. En mis películas soy especialmente exigente, y no siempre para bien.
eC: Tampoco te imagino como un tirano en el set de rodaje...
EC: Si mi película trata sobre dictadores, no quiere decir que yo sea un dictador, yo no soy nada tirano cuando dirijo. A lo mejor, en otros momentos de mi vida sí, pero cuando dirigo, no. Sobre todo, porque la mejor forma de conseguir lo que uno quiere es siendo amable y haciendo feliz al otro.
eC: En tu cine hay algo de Frank Henenlotter.
EC: ¡Me encanta 'Basket case'!
eC: Y también hay mucho de John Waters y Pedro Almodóvar.
EC: Son dos de mis predilectos. También me encanta el tipo de humor que trabaja Roy Andersson o el cine que hace Carlos Vermut. No quiero parecer egocéntrico, pero la verdad es que desde hace mucho tiempo que no veo películas. La única que he visto última ha sido 'Mantícora'.
eC: ¿Por qué ya no ves pelis?
EC: Precisamente, porque no quiero contagiarme de lo que los otros hacen, porque por generosidad quiero ofrecerle al público cosas nuevas y, al final, inconscientemente si ves películas, acabas haciendo cosas que ya están hechas. Otras razón es porque he visto muchas, muchísimas. Soy, bueno, he sido, un cinéfilo empedernido, hasta rozar lo enfermizo. Me he dado cuenta de que me divierte mucho más hacerlas que verlas, y que mi fuente de inspiración no son otros directores o directoras a los que admiro. Para mí, mi fuente de inspiración es la realidad, que es lo más terrorífico.
eC: ¿Harías una película de terror?
EC: Sí, mi próxima película va a ser de puro terror. Género absoluto.
eC: ¿Se puede saber algo de ese proyecto?
EC: No, jajaja. Yo voy con la idea de hacer una peli de terror. Pero luego no sé qué acabará saliendo y puede que acabe pareciendo una película de Eduardo Casanova.
eC: Y eso también está bien.
EC: Está muy bien. También lo está el hablar en tercera persona como Aida Nízar como acabo de hacer. Otra cosa que estaría muy bien es poder hablar de las declaraciones de Ortega Cano y su "semen de fuerza".
eC: LOL. Adelante.
EC: O sea, que Ana Rosa Quintana tenga que volver en este plan es bizarro. Dando cabida a esa masculinidad tan tóxica. Es heavy. Roza mi fascinación por lo kistch y me parece fascinante que en ese programa se hable de política para luego pasar a eso. Al fin y al cabo, se parece un poco a 'La piedad'.
eC: ¿Por cómo mezclas tus temas con la política de Corea del Norte?
EC: Totalmente. Es evidente que no estoy a favor de ningún estado de opresión. Y pienso que el mundo entero es un lugar opresor para todo el mundo.
eC: ¿Te han llegado a preguntar si tú estás a favor de las dictaduras?
EC: Claro.
eC: Volviendo al terror, ¿cuáles son tus pelis de terror preferidas?
EC: 'La semilla del diablo', 'Suspiria' y... no sé: 'Campamento Flipy'.
eC: Para ir acabando. Tengo que preguntarte por el paso de Ana Belén a Ángela Molina como protagonista.
EC: Para mí era muy importante tener el visto bueno de mi madre. Yo siempre he admirado (y admiro) profundamente Ana Belén. Pero la pandemia nos destrozó a todos por completo. Cambió nuestras fechas y cuando se retomó el calendario fue imposible cuadrar con ella. Desearía poder volver a trabajar con Ana Belén, porque hay ensayos grabados y otras cosas que me guardo para el recuerdo.
Yo nunca le propuse la película Ángela Molina, porque nunca pensé que una leyenda y una actriz tan increíble como ella quisiese trabajar conmigo. A ella le llegó el guión a través de su representante, Ramón, a quien tengo mucho que agradecer. Fue él quien me dijo que Ángela se había leído el guion y que quería charlar conmigo y hacer la peli. No me lo podía creer. Entré un poco en pánico. Y ambos coincidimos en que la estética que yo buscaba era la que ella también quería. Ella es increíble y nos entendimos muy bien. Y por supuesto, mi madre estaba de acuerdo con que ella protagonizase la peli.
eC: Además, has conseguido que su histriónica interpretación no chirríe de la del resto de actores y actrices, todos ellos en registros muy diferentes pero sin que nadie llegue a desentonar.
EC: Creo que están todos en el mismo tono porque era necesario. Porque la película pertenece a un universo propio y único. Y era necesario que estuviesen sometidos a esa dictadura cinematográfica de la que hablábamos.
eC: No veo mejor final para la entrevista que este.
EC: Muchísimas gracias, de verdad.
'La piedad' se estrena en cines el 13 de enero de 2023.