El cineasta franco-argentino Gaspar Noé da un giro a su carrera con 'Vortex'. Presentado en la sección Cannes Première del 74 Festival de Cannes y ganador del premio a la mejor película en la sección Zabaltegi del 69 Festival de San Sebastián, el largometraje retrata una realidad muy incómoda, al mostrar a una pareja octogenaria en la que uno de sus miembros padece Alzheimer. "Envejecer es el miedo universal de la Humanidad. Nadie quiere hablar de ello y cuando nombras una enfermedad senil, la reacción es fingir que eso no existe", declara el realizador.
'Vortex' reflexiona sobre la muerte a través de una representación en pantalla dividida de una pareja de ancianos en declive. La pérdida de capacidades mentales separa a las personas y transforma un espacio compartido en un retiro claustrofóbico que poco tiene en común con el hogar. "La palabra significa vórtice, que en la película es como una espiral que termina desembocando en un pozo negro. Es como cuando alguien tira de la cadena del inodoro, se forma un remolino del que es imposible escapar. Te atrapa y te demuestra que el tiempo no lo puedes parar", argumenta Gaspar Noé en una entrevista concedida a eCartelera en Madrid, durante la presentación del filme en la capital española.
Para el director, se trata de uno de sus trabajos más personales, fue 10 años atrás, vivió cómo su madre, quien padecía Alzheimer, moría en sus brazos; además de que el propio cineasta sufrió una hemorragia cerebral en diciembre de 2019 que estuvo a punto de costarle la vida. "Me acordé de mi madre, quien ya no vive más. Me siento muy identificado con los dos protagonistas. En el caso del personaje de Françoise Lebrun, aunque sea del otro sexo, viví algo parecido. Tras sufrir la hemorragia cerebral, me dijeron que tenía un 50% de probabilidades de morir, un 35% de probabilidades de tener problemas cerebrales y un 15% de opciones de salir indemne. Tuve mucha suerte, pero podría haberme quedado como Françoise en la película. Eso hace que uno aprenda a ser humilde con la edad", confiesa.
"No quería rodar más películas de veinteañeros posadolescentes"
Noé recalca que también quiso hablar de la tercera edad, porque estaba "cansado" de hablar de la "posadolescencia de los veinteañeros y treintañeros". "Después de dirigir 'Irreversible', 'Enter the Void', 'Love' y 'Clímax', vi que sus protagonistas eran chicos jóvenes. Salvo 'Lux Æterna', cuyas protagonistas son mujeres de mediana edad, me di cuenta que me había enfocado mucho en los problemas de la posadolescencia o las historias de amor y quería hablar de otra cosa. En la vida, hemos sido niños, hemos sido jóvenes, hemos sido adultos y esperamos ser viejos", explica señalando que "ya había dirigido suficientes películas con veinteañeros obsesos con el sexo, la droga y la música y esta era la ocasión".
El largometraje expone cómo los hijos terminan convirtiéndose en tutores de sus propios padres y que eso le puede suceder a cualquiera, como el caso del personaje encarnado por Alex Lutz, quien en la cinta es un hombre de mediana edad con problemas con las drogas. "Por supuesto, tener que lidiar con familiares que acaban sufriendo Alzheimer o demencia es algo que le puede pasar a cualquiera. Me sucedió a mí con mi madre, quien estuvo similar hace 10 años, también pasó con mi abuela, 20 años atrás", detalla el cineasta.
Para Noé, empatizar con un personaje es romper cualquier barrera de edad. "Lo que es cierto que, cuando hice mi primera película, con 27 años, la rodé con un actor que tenía 57 años en ese momento, Philippe Nahon. Me sentía muy identificado con ese papel a pesar de que nos llevábamos 30 años. Ahora tengo 58 años, uno más que del que tenía Nahon, y no me veo muchas distinciones entre lo que soy actualmente y lo que era en aquella época. También la diferencia de edad que tengo yo ahora con Dario es menor que la que tuve con Philippe en 1998, pues nos llevamos 23 años. Para mí, Dario es como una versión mía dentro de 23 años, espero llegar a ser como él, poder seguir haciendo cine, seguir siendo simpático y divertido. Me gustaría ser también como Françoise Lebrun", comparte.
"El Alzheimer deforma la visión que tenemos de un familiar"
Aunque el filme aborde el tema de las drogas, para Noé, el personaje de Alex Lutz representa más bien la precariedad laboral del sector cinematográfico. "Respecto al hijo, no he tenido problemas con las drogas. Sí que me identifico con los problemas laborales que tiene, pues he visto casos cercanos de colegas que intentan ganarse la vida haciendo cine y que sobreviven realizando pequeñas cosas, la mitad de mis amigos está en una situación similar de precariedad", explica.
Noé considera que los problemas de la vejez, como el Alzheimer o la demencia senil, son tabú en una sociedad en la que no se habla de la muerte y se ve esta como algo lejano. "La vejez es la preocupación universal del ser humano. Una bomba atómica o el hambre solo preocupan a cierta parte del mundo. También la crisis económica o el desempleo son problemas que atañen a una parte de la población. Solo una guerra puede acercarse a esa alarma de manera colectiva. Sin embargo, todo queda en un segundo plano cuando hablamos de un problema como es el Alzheimer, una realidad que la mayor parte de la gente prefiere esconder debajo de la alfombra y hacer como si no existiese", señala.
El cineasta, a pesar de mostrar la enfermedad de manera frontal en 'Vortex', confiesa no haber querido ser demasiado explícito a nivel visual. "La realidad es que una enfermedad mucho más orgánica y ofrece unas situaciones más patéticas, es semejante a una descomposición, como cuando dejas la basura sin tirar y esta termina apestando por la putrefacción. El Alzheimer deforma la visión que se tiene de un familiar, pues los que le rodean le terminan viendo una manera muy diferente a cómo era antes de la enfermedad", argumenta.
"El Alzheimer, la demencia senil son enfermedades muy complicadas, que muestran cómo el ser humano pierde el control de sí mismo y sobre la realidad. He querido ser púdico con lo que muestro y evitar mostrar situaciones en las que el personaje no pueda valerse por sí mismo del todo y se le tuviera que limpiar y vigilar en cada momento. El proceso de demencia de la protagonista quise que fuera lo más púdico posible, pues he conocido casos mucho más extremos, como el que viví con uno de mis tíos. Hay gente que termina pronunciando la misma frase cuatro o cinco veces seguidas, que pierden el control de su cuerpo. La senilidad puede traer también episodios de agresividad y eso no lo quise incluir en la película", continúa.
El primer papel protagonista de Dario Argento
'Vortex' es la primera película que protagoniza el cineasta italiano Dario Argento, genio vivo del giallo, quien inicialmente se mostró reticente de aceptar el papel. "Dario nunca había protagonizado una película. En las suyas propias como director, tuvo pequeños roles, pero nunca el principal. Se le ha podido ver delante de la cámara en documentales sobre su filmografía o sobre el giallo, ahí vi que era muy carismático y que él podía ser el protagonista del proyecto. Es muy divertido", detalla Noé, que viajó a Roma para convencerle, tras seguir el consejo de Asia Argento, hija del afamado director.
"Ella me animó a que viajase a Italia con un borrador del guion y proponerle protagonizarlo. Pero, en ese momento, solo tenía escritas diez páginas. Así que llegué a Roma y decidí llevarle una de mis películas que él aún no había visto, 'Love'. Sé que 'Irreversible' y 'Clímax' le gustaron, así que me atreví a llevarle 'Love'. [...] Creo que, debido a eso, tuvo una idea equivocada del proyecto que le iba a proponer para protagonizar. Se tranquilizó cuando vio que era una historia muy diferente, aunque tuvo sus dudas porque él no es actor. Le cité el caso 'Umberto D.' y creo que eso le ayudó a decir que sí", continúa.
Una parte fundamental tanto del papel de Argento como de Lebrun es que Noé les dio mucho espacio para la improvisación. "Como yo tampoco soy actor, le di la oportunidad de improvisar su personaje, que lo moldease como él quería. Eso le gustó y me propuso que el protagonista tuviese una amante. Creo que eso lo enriqueció, pues que el padre intentase tener una doble vida -por un lado quiere proteger a su esposa, pero otro, vivir una aventura- me pareció que le daba un trasfondo inesperado al papel", expone.
"Es casi como el esclavo que está atado a su amo y este se está descomponiendo y la única salida que ve es soñar que está en otro mundo. La situación se entiende claramente y esa complejidad hace que se intuya que la esposa sospechaba que su marido tenía una aventura, igual que su hijo sabía. Lo que muestra es que la irrupción del Alzheimer puede desatar rencores que estaban guardados en la mente. Eso explica, por ejemplo, que la mujer intente envenenar a su esposo, aunque no sea a propósito. Son esos detalles los que hacen que se pueda ver más allá del relato, lo que la enfermedad impide visionar a primera vista", agregó.
"El presente del cine pinta aciago"
El cineasta es consciente de la fuerte crisis que vive la industria cinematográfica tanto a nivel mundial como regional. Si bien, es verdad que la situación del sector en Francia está mejor respecto a otros mercados europeos como Italia o España (donde la asistencia ha descendido un 75% y un 60%, respectivamente, en comparación a 2019), en ambos la situación es considerada crítica, eso no resta que la asistencia a salas en el país galo haya descendido un 55% respecto a 2019 (último año precovid) y que el CNC (Centro Nacional del Cine y la Imagen Animada) haya dado la voz de alarma por el riesgo que corre el sistema de financiación del séptimo arte en Francia, en el que las plataformas no forman parte de manera estricta.
"No tengo plataformas en casa, estoy desconectado de esa realidad. Lo que sí veo es que hay cada vez menos gente que acude a las salas y que las únicas películas que están llenando masivamente la taquilla son las producciones estadounidenses, especialmente las de Marvel. La situación del cine de autor es preocupante, pues se está volviendo demasiado dependiente de las ayudas, estamos perdiendo autonomía. Pero no puedo predecir hacia dónde irá esto, solo que el presente pinta aciago", concluye.
Gaspar Noé dirige y escribe 'Vortex'. Protagonizada por Dario Argento, Françoise Lebrun y Alex Lutz. La película está disponible en salas de cine desde este 29 de julio, de la mano de Elastica Films y Filmin.