El tiempo pasa para todo el mundo y nos recuerda que no podemos obviar esa realidad que es la muerte. Ni siquiera se libra de ella el más bravo y mono de los guerreros de cuentos de hadas como es el Gato con Botas. Al felino compañero de aventuras (y universo cinematográfico) de Shrek se le han acabado ocho de sus nueve vidas y busca una estrella que se las devuelva en esta secuela que ha tardado 11 duros años en estrenarse. El tiempo también ha pasado para la actriz de doblaje en español de Mama Luna, una "loquita maravillosa". 20 años después de su colaboración con Pedro Almodóvar en 'Hable con ella', la cantante Rosario Flores vuelve a la gran pantalla, de la que nunca se ha sentido separada: "lo llevo dentro de mí, porque lo sé, lo he hecho y lo he vivido, y el cine pertenece a mi vida". Con ella y con Antonio Banderas, inexorablemente unido al personaje gatuno, hemos reflexionado en esta entrevista sobre el toque español y existencialista de 'El gato con botas: El último deseo'.
Durante todos estos años en pos del buen guion, siempre había una semilla clara y aparentemente arriesgada: hablar sobre el miedo a la muerte. Ya está más que demostrado que las películas de animación también son para adultos, pero la ganadora de dos Grammy Latino no duda en que "los niños van a coger el mensaje muchísimo mejor que los mayores. Tengo la experiencia de estar con ellos en 'La Voz' y me han dejado sorprendidisima". Banderas coincide en que los más pequeños están listos para hacerse preguntas muy serias tras la durísima exposición que han tenido al tema central de la película durante los dos últimos años con la pandemia. Ante esta realidad inevitable, el malagueño solo ve dos opciones: "podemos simplemente barrerla debajo de la alfombra o usar el arte, la cultura, para dar explicaciones y para valorar realmente lo que tenemos que es esta vida. Yo creo que la película entra ahí y lo hace de una forma elegante y absolutamente comestible para los niños".
Aunque la trama parta sobre la muerte, 'El Último Deseo' es en esencia, según su director, "una celebración de la vida, de qué significa haber tenido una buena vida". Antonio Banderas tiene clara la respuesta tras haber hecho esta película "llena de metáforas" y toda una dura carrera artística hacia el éxito: "la felicidad es hacer lo que uno quiere, como uno quiere y con la gente que uno quiere". Por su parte, Rosario lo cuantifica en "vivir muchísimo. Irme de esta tierra maravillosa de este planeta con 250 años si se pudiera". Esta es la reflexión existencialista que dejan en la entrevista y en la película, donde según su protagonista "está muy bien tamizada para que entre perfectamente en el mundo de los niños, no solo sin dañarles sino haciéndoles aprender valores que son esenciales".
Una superproducción con acento español
La otra esencia que impregna cada diálogo de la película es el marcado toque español. A pesar de ser un blockbuster de animación estadounidense, el personaje principal va a Córdoba a comer salmorejo, ataca con un pinchito español y tiene el acento castellano de Antonio Banderas "imposible de eliminar, porque yo aprendo inglés cuando tengo 30 años". Lejos de ser un problema, "eso a ellos les gusta, porque hace que el personaje tenga un cierto grado de exotismo". Eso sí, en la versión española se ha permitido ir más allá para rendir homenaje a su querida tierra del sur en la que tanto trabaja: "yo le aporté no un andaluz malagueño, sino del barrio del Perchel de Málaga".
Rosario Flores es otra artista internacional de fuerte marca España que siente una gran vinculación con este mundo felino, tanto por la parte musical como infantil. "El gato, mi gato que hace ui ui ui, lo llevo dentro y lo amo porque me ha dado muchísimas satisfacciones. Ya cuando veo a todos los gatos los quiero porque me ha dado mucho la canción del gato", comenta haciendo referencia a su primer gran éxito compuesto junto a su hermano Antonio Flores. En general, lo que más le ha gustado de esta vuelta al cine es "que los niños puedan reconocerme en ese personaje". Ellos y todo el mundo podrán hacerlo a la vez que se entretienen y reflexionan sobre el miedo que le tienen a la muerte a partir del 21 de diciembre sólo en cines.
