Hablar de 'Aladdín' es hablar del Genio, ese maravilloso ser azul, encerrado en una lámpara, que se podía transformar en cualquier cosa y que podía concederte tres deseos (eso sí, no puede matar a nadie, ni resucitar a los muertos, ni hacer que alguien se enamore de otro alguien). Y hablar del Genio es hablar del eterno Robin Williams, por lo que Guy Ritchie ha tenido que trabajar duro para salvar este obstáculo en nuestra memoria.
"Lo que queríamos hacer era evitar meternos en el terreno de la encarnación previa del Genio. No queríamos copiar de una manera torpe lo que Robin Williams había hecho. Tuvimos que crear nuestro propio Genio, pero que a la vez respetara la versión previa", comenta el director. El resultado es un Will Smith divertido y azul que no ha terminado de convencer a todo el público.
Respecto a estas quejas que han inundado las redes sociales, Ritchie sospecha que "nuestro problema es que el Genio no salía demasiado en el tráiler. Es probable que, si se hubiera visto más del Genio, este debate no habría empezado".
Objetivo: modernizar recuerdos
El objetivo de los remakes se centra en modernizar algún aspecto de la película para hacerla más asequible al mundo en el que vivimos (como puede ser el empoderamiento de las princesas) a la vez que humanizamos a los personajes, que les damos un rostro de carne y hueso. En el caso de Aladdin, "es la misma lucha ahora que en la primera versión. Lo que cambia son los matices del personaje. Mi tarea principal era hacerle encantador para que los espectadores sintieran empatía hacia el personaje", comenta Guy Ritchie.
En cualquier caso, el momento para juzgar si nos decantamos por Robin Williams o Will Smith o si es mejor la versión original o este remake modernizado será el 24 de mayo, cuando la película llegue a los cines españoles.
