El cine y las series tienen la capacidad de mostrar realidades que a menudo la sociedad trata de ocultar. Tabúes que que necesitan dejar de serlo para romper estigmas y abordar ciertas problemáticas con madurez. Es el caso de las adicciones, sobre lo que Javier Giner se atrevió a hablar en su libro 'Yo, adicto', donde narró en primera persona una etapa especialmente dura y oscura de su vida y cómo logró salir de aquello tras pasar por una clínica de rehabilitación.
Tres años después y ante la gran acogida que tuvieron aquellas páginas, el de Barakaldo se ha lanzado a hacerlo serie con el mismo nombre a través de seis capítulos con los que deja claras sus intenciones: "No he querido ser pedagógico, eso me parece algo arrogante. Había una brújula que era la razón íntima por la cual yo hacía esto: para acompañar, no para solucionar", revela.
"Era importante hacer sentir a personas que están transitando un infierno, o a personas que los acompañan, que están menos solos. Yo he vivido la soledad de una adicción, de considerarte defectuoso y que estás solo ante el mundo".
Con este objetivo claro, Giner y Elena Trapé, también directora de la serie, rechazaron todo artificio: "Para mí era más importante la emoción de la serie que la peripecia narrativa. Así cualquier truco o artificio que te sacase de la historia y te recordase que hay una persona dirigiéndola, yo lo rechazaba. Necesitaba una confesión directa entre la pantalla y el espectador".
Sin pudor
Quien lleva todo el peso de 'Yo, adicto' es, sin duda, Oriol Pla, quien se mete en la piel de Giner a la par que se pone a sus órdenes. Para asumir el reto, el actor supo que no podía "tener pudor". "Javi le dijo a los guionistas: 'no me respetéis, hacedlo vuestro, yo me pongo al servicio de esto'. El reto que yo sentía era como tener un corazón enorme de una persona en mis manos", recuerda.
"Oriol pertenece a la estirpe de los verdaderamente grandes, es un actor monumental. Sabía que le podía pedir absolutamente todo porque es moldeable como la plastelina", valora Giner, señalando que necesitaba un "inconsciente" como él. "La serie muy arriesgada porque está continuamente en el filo de convertirse en algo grotesco o en algo emocionante. Necesitaba rodearme de locos apasionados como Oriol. Es nuestro Joaquin Phoenix sin todo lo malo", expone.
"Yo me entregué, generé un espacio, confié y me comprometí. En muchos sentidos entré en una espacie de trance y me dejé vivirlo, no capitalizarlo preguntándome qué estaba haciendo, sino dejando que pasase", relata el catalán confesando que todo el equipo se ha "comprometido mucho con el viaje" porque sabían que estaban haciendo algo que estaba por encima de ellos.
'Yo, adicto' se estrena en Disney+ el 30 de octubre.