El 14 de febrero llega a Netflix la primera parte de la última temporada de 'Las chicas del cable', la que fuera la primera producción de Bambú para la plataforma streaming. Algo de lo que alardean sus protagonistas: "Da mucho orgullo ser los primeros, pase lo que pase, nosotras tenemos esa cosa histórica", dice Ana Fernández respaldada por Nadia de Santiago y Blanca Suárez. Junto a Ana Polvorosa, las actrices cierran una serie de idas y venidas ambientadas en el Madrid de los años 20 y 30. Vuelven a esta quinta temporada con un salto temporal de siete años que las coloca en plena Guerra Civil.
Aseguran que han estado más implicadas que nunca, que ellas también tenían mucho que decir sobre cómo tenían que ser estos últimos capítulos. "Ha habido muchas palabras cruzadas con Bambú (...) hemos intentado ser consecuentes con lo que en guion se escribe, hemos luchado por la crudeza, hemos ido a degüello", dice Suárez porque "si estoy en la guerra no quiero pintarme los labios de rojo". La actriz de 'Los protegidos' reconoce, entre risas y codazos de las otras, que "hemos ido días sin lavarnos el pelo para no tener prácticamente que peinarlo", y es que necesitaban deshacer a las chicas del cable para despojarse de la ñoñería habitual y conseguir ese efecto "bomba" del que habla Nadia de Santiago. Blanca Suárez remata, "en algún momento te planteas, ¿pero esto son las chicas del cable?".
El final de la serie, que las tres aseguran está "a gusto de todos" (Bambú, Netflix y ellas mismas), se verá en 193 países. "Nos han visto hasta en Canadá", dice Fernández asombrada. Las actrices son muy conscientes de la repercusión internacional de la serie y quieren devolver el favor a los fans: "para esta temporada final nos encantaría tener contacto directo con los seguidores de otros países, ya veremos si ocurre o no", dice Suárez. Mucho le agradecen Lidia, Carlota y Marga a la plataforma que ha abierto el mercado de trabajo: "nos ha dado una estabilidad que lo hemos empezado a considerar un trabajo normal, con tu sueldo prácticamente todos los meses, que no te cancelen de repente una serie porque han emitido un capítulo y no ha gustado... Aquí no, aquí haces el trabajo y no sientes que te estén despreciando", dice Ana Fernández. En un tono visible de alivio, Nadia de Santiago comenta que "es un gusto cuando las productoras dicen: «es que no puedo formar equipo porque está todo el mundo trabajando», es como, qué alegría".
De la mano con Bambú
Teresa Fernández-Valdés es la mujer detrás de Bambú, detrás de la elección de Netflix de plantar su primera semilla en España con ellos. Durante la rueda de prensa de presentación de 'Las chicas del cable', la productora gallega reconocía que con Netflix se había abierto las puertas de la libertad ("no quiso abrir heridas que ya se tienen que cerrar") refiriéndose a cómo tratar el tema de la homosexualidad, la transexualidad o la Guerra Civil. Todo tratado con la elegancia tradicional de la marca Bambú. "Las chicas ya no son chicas, son mujerones", decía también orgullosa y plasmando cómo 'Las chicas del cable' ha reunido a generaciones en el sofá de casa y cómo ha conseguido ser una serie femenina que cala también en el público masculino. Para esta última temporada promete más conflictos del pasado que conectan con el presente, una situación extrema para Óscar (Polvorosa) y el reflejo de la fuerza de la amistad. "De América lo único que envidio es la cartera, porque el talento lo tenemos", sentencia una orgullosa Fernández-Valdés resumiendo sus intenciones. La primera parte de la última temporada de 'Las chicas del cable' constará de cinco capítulos y se emitirá el 14 de febrero en Netflix.
