M. Night Shyamalan vuelve. En realidad, el discurso del "regreso de Shyamalan", que algunos estamos aplicando al estreno de 'La visita', es la primera idea de la que quiso desmarcarse el director de Philadelphia en nuestra entrevista: "Yo me limito a hacer una nueva película, me centro en la historia y en los personajes". Y bien que hace.
Otra cosa es que podamos emocionarnos porque Shyamalan vuelve a casa: el género del terror, con el que tantas alegrías nos dio en su momento. Y 'La visita' de terror tiene un rato. Aunque también comedia. Es un equilibro que le costó encontrar en la sala de montaje: "La primera versión era muy artística, y duraba una hora y media más que el montaje final. Después me salió una versión más cómica, y después una más terrorífica... hasta que encontré lo que la película me pedía". Admite que un director no tiene que hacer lo que quiere, sino lo que le pide la historia.
Y esta historia le exigía un humor negro y extraño, y ahí es donde cita las referencias más inesperadas. Cuando le preguntamos qué películas habían inspirado 'La visita', y le nombramos 'El resplandor', otra historia de aislamiento peligroso y víctimas de la locura, el director de 'El sexto sentido' tiraba hacia otro terreno: el de 'Terciopelo Azul' de David Lynch y, sorpresa, 'Átame!' de Pedro Almodóvar. Es una cuestión de tono a la hora de representar un tipo de locura que se deja ver pero no se manifiesta excepto en momentos muy concretos. Ahí reside la tensión de 'La visita'.
Sin James Newton Howard
La mayor ausencia de la nueva película del director de 'Señales' es quizá su mejor colaborador, James Newton Howard, encargado hasta el momento de poner música a todas sus largometrajes desde 'El sexto sentido'. Pero claro, esto es un falso documental (como bien nos puntualizó, cuando le comentamos que era del subgénero de terror "found footage"), y uno hecho por una niña de 16 años. Sus limitaciones económicas y prácticas son esenciales en 'La visita', pero el director no las sintió como restricciones.
En ese sentido, la ausencia de música es algo con lo que el director siempre se había querido enfrentar. "Una orquesta hace el trabajo por ti", comenta, recordando que dos de sus películas preferidas, 'Los pájaros' y 'El exorcista', carecen de banda sonora (en el caso de la película de 1973, hay tan solo 45 segundos de música, aunque pasaran a la historia). "Hay mucha elegancia y potencia en el silencio, y en los efectos de sonido". Y lo cierto es que a 'La visita' no le hace falta ayuda musical para crear momentos de tensión y sustos.
¿Qué habría hecho diferente...?
Con una carrera de más de 20 años, habiendo dirigido su primer largometraje en 1992, y un recorrido de irregulares resultados en taquilla, no pudimos evitar preguntarle si cambiaría algo de su pasado profesional. "Me habría gustado dirigir 'La vida de Pi'", comenta con un tono agridulce, recordando que la premiada película que acabó en manos de Ang Lee le fue propuesta en algún momento.
También le habría gustado dirigir un guion que escribió cuando era un crío: "Se llamaba 'Trabajo de amor' ('Labor of Love'), y la iba a dirigir hace unos 10 años... Me habría gustado hacerlo en aquel momento". En su mirada se ve claramente la derrota de los dos últimos proyectos, pero también unas ganas aplastantes por mirar adelante. Eso es 'La visita', un borrón y cuenta nueva.