El próximo 5 de octubre llega a las salas de cine españolas el nuevo live action de Disney, esta vez centrado en la imagen de Christopher Robin y los habitantes del Bosque de los Cien Acres, es decir, Winnie The Pooh y sus amigos. Todo bajo la dirección de Marc Forster, director de películas como 'Descubriendo Nunca Jamás' o 'Guerra Mundial Z'. Con esta producción, más cercana a la de Peter Pan que a la de los zombies, nos mostrarán los efectos de la época adulta y las responsabilidades.
A continuación podéis leer todo lo que nos contó sobre su amor por el personaje y la producción de esta nueva aventura de Pooh y sus amigos, 'Christopher Robin'. Una historia dulce, pequeña y con un gran componente dramático.
eCartelera: ¿De dónde parte la historia? ¿La serie de animación? ¿Las novelas?
Marc Forster: Nosotros partimos desde la última novela de A.A. Milne, con Christopher Robin partiendo al internado, y luego contamos una historia totalmente ficticia. También usamos los diseños de las ilustraciones de E.H. Shepard, alejándonos un poco de ese aspecto más animado que se usó en la serie y películas de animación.
Lo que sí creía que era necesario y con lo que quise contar fue con la voz de Jim Cummings (la voz original de Winnie y Tigger). Es la voz con la que la gente relaciona estos personajes, está en el ADN de esta franquicia. Contamos algo nuevo, algo que nunca se vio en la serie o películas de animación por lo que era importante que la gente sintiese una conexión con esta historia.
eCartelera: Winnie The Pooh es un personaje muy querido, y sus novelas son muy conocidas. ¿Qué te hizo acercarte a este proyecto?
Forster: Mi amor por el personaje de Pooh, creo que es un personaje muy sabio y adorable. Y así hemos intentado plasmarlo en la película. Hay cierta responsabilidad con esta clase de proyectos, debido al amor que tiene la gente al personaje y al gran número de fans que hay a su alrededor, y hemos intentado hacerlo de la mejor manera posible y desde el amor al personaje. En mi opinión creo que hemos encontrado el punto perfecto entre el espíritu de la serie de animación y las novelas.
eCartelera: ¿Sois conscientes de que habéis hecho una película política? Según China.
Forster: Tenía conocimiento de que Pooh estaba prohibido en China. Pero, no, no creo ni por asomo que sea una película política [risas]. Pero cada uno es libre de pensar lo que quiera.
eCartelera: ¿Pero te sorprendió?
Forster: No, no, para nada. Estuve viviendo dos años en China, y ya sabía que la imagen de Pooh no estaba bien vista.
eCartelera: Dirigiste 'Descubriendo Nunca Jamas' en 2002, y hay algunas similitudes entre ambos proyectos, entre Peter Pan y Winnie the Pooh.
Forster: Sí, durante estos años he intentado crear mi propio mundo de fantasía. Cuando crecí en Suiza, teníamos un bosque tras nuestra casa, y como no tenía televisión, ni había nadie de mi edad, tuve que jugar mucho solo, con mis amigos imaginarios y creo que esto es lo que ha empujado a que quiera crear estas historias, basadas en J.M. Barrie o Christopher Robin. Hay algo de mí en estas historias, es algo como si la vida imitase a la ficción o viceversa.
Pero lo que verdaderamente me empujó a aventurarme a esta aventura de Winnie fue mi hija, que estábamos en un avión y ella estaba viendo una película sobre él y me dijo si no quería hacer una película con Winnie.
eCartelera: ¿Crees que es una película para un público joven? El comienzo es un tanto dramático.
Forster: Sí, sin ninguna duda. Hemos hecho screeners con niñas y niños, y el 100% han salido contentos y emocionados con la película. Disney también estaba un poco preocupada por esto en un principio, pero rápidamente se dieron cuenta de que no había nada de qué preocuparse. Tenemos la manía de intentar edulcorar todo para los más pequeños y no nos damos cuenta de que son un público inteligente y capaz de conectar con cualquier tipo de situaciones.
Y Disney tiene un gran recorrido en temas más dramáticos, muchas de sus películas tocan temas como la muerte. No tenemos que infravalorar a los niños.
eCartelera: ¿Cómo ha sido trabajar con Disney?
Forster: La verdad es que he tenido mucha libertad. Soy un director que trabaja mucho en la pre-producción, dejo todo bien planificado, cada secuencia, cada plano, cada diseño, por lo que cuando empezamos a grabar ya tengo todo el trabajo hecho. Simplemente es trasladar lo que ya había marcado y pensado. Todas las decisiones, desde el color, el tono hasta la posición de la cámara, todo está ya establecido.
Cuando nos ponemos a grabar todo el mundo sabe qué tiene que hacer y normalmente todo funciona a la perfección. Ensayo con los actores todo antes de tiempo, por lo que cuando nos ponemos en marcha todo funciona como una maquinaria bien engrasada.
Nada más empezar con el proyecto les presenté todo en una habitación como esta, empapelada con bocetos, ideas, planos, etcétera... enseñándoles todo, desde el diseño hasta el mínimo detalle. Y les encantó. Es verdad que muchos de los problemas suelen llegar en la post-producción, que empiezan a dudar, pero ya desde un principio les presenté un plan sólido y dejé claro que esta era la película que iba a hacer, que si tenían algún problema ahora, antes de empezar, era el momento de decir algo.
eCatelera: Es inevitable pensar en James Gunn, con todo el revuelo que ha causado, ¿Ves cierto temor en exponerse en público, en redes sociales?
Forster: Yo la verdad es que no tengo redes sociales, no tengo Facebook, ni twitter y el Instagram solo lo uso para amigos y familiares, no tengo millones de seguidores. Nunca me ha interesado las redes sociales, creo que las películas que hacemos tienen que valerse por sí mismas, es lo que el público tiene que ver. No necesito ser conocido, yo con que vean mis historias estoy contento. Yo, personalmente, opino que cuanto más privada sea mi vida, mejor. Si el estudio no me obligase a hacer prensa, no haría prensa [risas].
'Christopher Robin' llega a los cines españoles el 5 de octubre.
Curiosidades de Winnie the Pooh
El osito de peluche y la osa parda que inspiraron a A.A. Milne
Como ya sabrán muchos admiradores de la obra de A.A. Milne y también de las películas que produjo Disney, Winnie the Pooh fue un personaje que tuvo de referencia a osos de la vida real. El primero fue el propio osito de peluche que le regaló la esposa de Milne y madre de su hijo, Dorothy, que se llamaba originalmente Edward, un oso exactamente igual que los famosos "teddy bear", por el primer cumpleaños del niño. El pequeño, que se llamaba también Christopher Robin, decidió rebautizar a su osito con el nombre de Winnie the Pooh.
¿Por qué el nombre de Winnie the Pooh? Cuando tenía cinco años, Christopher Robin Milne fue con unos vecinos al Zoo de Londres, donde estaba una osa llamada Winnie, que fue dejada a cargo del zoológico por su dueño, el teniente veterinario H. Colebourn, debido a que tuvo que combatir en la Primera Guerra Mundial. Al regresar del conflicto bélico, Colebourn vio que la osa parda vivía a gusto en el zoo, por lo que decidió dejarla allí y partir solo él a Canadá, visitándola siempre que viajaba a Londres.
La osa y Christopher Robin se llevaban muy bien, el animal era muy dócil. Tal fue el cariño que tuvo el niño hacia la osa, que decidió cambiarle el nombre a su osito de peluche. Esa primera visita al zoo fue la que inspiró a Alan Alexander Milne a escribir el primer poema que hace referencia a Winnie the Pooh. Pero, ¿de dónde viene lo de "Pooh"? Según narró A.A. Milne, así se llamaba un cisne que era amigo del pequeño Christopher. Aunque en la narración del primer capítulo del libro 'Winnie the Pooh', el autor escribe: "Pero los brazos le quedaron tan rígidos después de aferrarse a la cuerda del globo todo ese tiempo que los tuvo alzados en el aire por más de una semana, y cada vez que una mosca se acercaba volando y se le posaba en la nariz tenía que espantarla soplando. Y creo -aunque no estoy seguro- que es por eso que siempre lo llamaban Pooh".
El amor de un padre por su hijo
Alan Alexander Milne ya era un importante escritor antes de crear los libros de Winnie the Pooh. Sin embargo, fueron los libros protagonizados por su hijo y su osito de peluche los que hicieron de la obra de Milne un referente de la literatura infantil. El origen de los poemas y libros vinieron porque el autor quería escribir cuentos para su hijo Christopher Robin, de ahí que el niño de los cuentos se llame igual que él.
No solo Winnie the Pooh es el protagonista de las aventuras del muchacho en el Bosque de los Cien Acres, también aparecen otros peluches del niño que se convirtieron en personajes de los libros: Piglet, Tigger (este solo aparece en 'The House at Pooh Corner'), Ígor, Kangu y Rito. Conejo y Búho fueron añadidos por A.A. Milne, inspirándose en los animales que vivían en Cotchford Farm, cerca del Bosque de Ashdown, el lugar donde también vivía la familia Milne y que, en verdad, es el Bosque de los Cien Acres de los libros.
Aunque las intenciones de su padre fuesen buenas, el ser protagonista de unos cuentos que se convirtieron en todo un éxito provocó que el niño sufriera acoso escolar. Aunque de pequeño le gustase estar asociado a las aventuras de Winnie the Pooh, incluso le dio a su padre ideas para las historietas, cuando fue creciendo, sus compañeros de clase se burlaban de él, provocando un fuerte resentimiento contra su padre y contra los libros, llegando a tener verdadera aversión a todo lo referente al osito Winnie the Pooh.
Christopher Robin, el joven que renegó del legado de su padre
Es más, cuando con 22 años se alistó para combatir en la Segunda Guerra Mundial, vio que la popularidad del cuento se había extendido al resto de Europa, provocando mayor resentimiento contra su padre, ya que consideraba que había "explotado y utilizado" su niñez para vender libros, lo que provocó que un terrible odio a todos los libros escritos por su progenitor y, sobre todo, los de Winnie the Pooh. Tras graduarse en Lengua Inglesa en Cambridge y casarse con su prima hermana Lesley, en contra de los deseos de su padre, decidió montar una librería en Dartmouth, que tuvo mucho éxito y en la que también tuvo que aguantar que la gente lo relacionase con el icónico personaje, ya que también vendía los libros de su padre.
Aunque, aparentemente, vivió con resentimiento contra su padre durante toda su vida, lo cierto es que nunca tuvieron mala relación. De hecho, se estrechó cuando Alan Alexander Milne enfermó gravemente, visitándole regularmente hasta su muerte. Con su madre, Dorothy, nunca se reconcilió, ella se negó a ver a su hijo incluso el día de su muerte, nunca le perdonó haberse casado con la hija de su hermano, al que ella odiaba. La reconciliación, parece ser, sí llegó con Winnie the Pooh.
En 1974, Christopher Robin Milne escribió su primera autobiografía, 'Los lugares encantados', en los que, en forma de catarsis, habló de su infancia y los problemas que le provocó ser el protagonista de los libros de su padre. Es más, Milne donó los peluches en los que se basó su padre a E.P. Dutton, la editora de los libros en Estados Unidos, que, a su vez, los donó a la Biblioteca Pública de Nueva York, donde actualmente aún pueden verse en exposición. En 1979, Christopher Robin volvió al Bosque de Ashdown (el Bosque de los Cien Acres) para reinaugurar el puente de Posingford, aquel donde el niño se despide de su osito de peluche porque tiene que volver a la escuela. El puente se rebautizó como "Puente de los Poohsticks", en honor a la obra de A.A. Milne.
Disney llama a la puerta
Las hijas de Walt Disney, ambas ávidas lectoras, eran seguidoras de los libros de A.A. Milne. Por aquel entonces, Winnie the Pooh ya era un personaje muy conocido en Estados Unidos. Años más tarde, Disney, que ya estaba viviendo la llamada Edad de Plata de la factoría (entre 1950 y 1967, desde el estreno de 'Cenicienta' hasta el deceso del empresario y posterior estreno de 'El libro de la selva'), vio la posibilidad de llevar al cine las aventuras de Christopher Robin y Winnie the Pooh con una película de animación.
Sin embargo, los derechos de los personajes, en Estados Unidos, pertenecían a Stephen Slesinger, que en enero de 1930, ya compró los derechos de merchandising, televisión y otros derechos comerciales para el territorio norteamericano. Slesinger, durante casi 30 años, había logrado ingresar 50 millones de dólares anuales gracias a las ventas de juegos mesa, puzzles y emisiones de radio sobre Winnie the Pooh. En 1953 murió Slesinger y su viuda, Shirley Lasswell, fue la que licenció los derechos de imagen de Winnie the Pooh a Disney. Dorothy Milne, viuda de A.A. Milne, ese mismo año autorizó los derechos para producciones cinematográficas, en ese sentido, Slesinger no tenía jurisprudencia, ya que solo no había comprado los derechos para adaptaciones al cine. Aunque sí había hecho una película en 1947, pero para televisión.
Los cortos de Winnie the Pooh
Pese los beneficios que ya había provocado Slesinger, Winnie the Pooh era una apuesta demasiado arriesgada para adaptar al cine. Según Brian Sibley en 'Los archivos de Walt Disney: Sus películas de animación (1921 - 1968)', Disney no estaba seguro de la viabilidad de una película, ya que la temática y el público de 'Winnie the Pooh' no era el mismo que el de 'Cenicienta' o 'Pinocho'. De hecho, nadie en el estudio, hasta 1961, supo que Disney llevaba desde los años 30 queriendo adaptar las aventuras del osito a la gran pantalla.
Para evitar riesgos, Disney decidió que era mejor empezar a producir cortometrajes para ver si el público era receptivo a una historia alejada de los cuentos de hadas (Disney ya había salido muy quemado de 'Alicia en el país de las maravillas' y 'Peter Pan', dos adaptaciones de famosas novelas británicas y ambas dos fracasos de taquilla y muy criticadas en el Reino Unido). En caso de éxito, ya se pensaría en realizar un largometraje para cines. En febrero de 1966 se estrenó el primer corto, 'Winnie the Pooh and the Honey Trees', que fue uno de los últimos trabajos animados en los que estuvo involucrado Disney, puesto que murió en diciembre de ese mismo año.
El corto obtuvo muchísimo éxito. Basado en los dos primeros capítulos de 'Winnie the Pooh', narraba cómo el osito, tras una gran comilona de miel en casa de su amigo Conejo, se queda atrapado en el hoyo de la madriguera de su amigo, teniendo que esperar a adelgazar un poco para poder salir con la ayuda de Christopher Robin, Kangu, Rito e Ígor. Para acercar al público norteamericano la historia, se decidió incluir un personaje inédito en las obras de Milne, Topo, un personaje algo nervioso y despistado que tenía un fuerte acento americano. El corto fue un éxito, pero muy criticado en el Reino Unido, ya que el personaje de Piglet (que aparece en la canción introductoria del corto) no aparece en ningún momento, mientras que Topo, un personaje "muy americano" y alejado del ambiente inglés del Bosque sí. También se criticó mucho que Christopher Robin tuviese acento americano y no inglés.
En 1968, dos años después, salió el segundo cortometraje, 'Winnie the Pooh and the Blustery Day', en el que debutaba Tigger. El corto se basaba en cuatro capítulos del libro 'Winnie the Pooh' y tres de su continuación, 'The House at Pooh Corner'. Disney, antes de fallecer, estuvo muy implicado en este segundo corto, por lo que apareció en los créditos como productor. El filme logró el Oscar al mejor cortometraje animado, convirtiéndose en el único corto de Winnie the Pooh en lograr una estatuilla y también en ser el último Oscar para Disney, que se lo llevó a título póstumo. Este corto fue muy fiel a la obra y estilo de A.A. Milne y sí tuvo aceptación entre el público británico.
En 1974 se lanzó un tercer cortometraje, 'Winnie the Pooh and Tigger Too', que estaba basado en tres capítulos de 'The House at Pooh Corner' de A.A. Milne. Fue también nominado al Oscar, pero no logró el premio. Los tres cortos habían tenido muy buena aceptación por parte del público, ahora llegaba la pregunta: ¿Para cuándo la película?
'Lo mejor de Winnie the Pooh', el clásico Disney improvisado
Con los tres cortometrajes estrenados, quedaba la gran pregunta, ¿cuándo se produciría un largometraje? Con Disney ya muerto, el estudio solo había producido dos películas más de animación, 'Los aristogatos' y 'Robin Hood'. Mientras que la primera fue la última que tuvo el aprobado de Disney, la otra historia, basada en la leyenda del mítico héroe inglés, fue el primer proyecto en el que los animadores "saltaban sin red". Quizás por eso, se optó por reutilizar varias escenas ya usadas en anteriores filmes como 'Blancanieves y los siete enanitos', 'El libro de la selva' o 'Los aristogatos'.
El caso de Winnie the Pooh, se optó por reunir en un largometraje los tres cortos producidos anteriormente. Así, el 11 de marzo de 1977 se estrenó en salas norteamericanas 'Lo mejor de Winnie the Pooh', el primer clásico compilatorio de Disney desde 1949, año en que terminó el período de la posguerra con 'La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo'. Por otro lado, el resultado fue muy similar a la película que Disney soñó sobre el personaje.
Eso sí, la compilación fue hecha cuidadosamente, dotando al filme de continuidad para que no se notase mucho la diferencia entre los tres cortos. Se optó por redoblar algunos de los diálogos, Christopher Robin tuvo la voz del joven actor británico Jon Walmsley, y se añadió una animación extra que estaba basada en el capítulo final de 'The House at Pooh Corner', con el que también se cerraba el filme.
El estreno fue muy limitado, ya que los tres cortos fueron exhibidos en cine. De hecho, la película nunca llegó a estrenarse en cines de España ni en ningún país de Iberoamérica (los cortometrajes sí lo fueron), cosa que no sucedió en otros mercados, ya que en el Reino Unido, Canadá, Italia, Francia, Japón y la Alemania Federal sí se estrenó. Tanto en España como en Hispanoamérica, la película se estrenó directamente en formato doméstico en 1998, posteriormente en 2003 fue lanzada en DVD y está dentro del canon de Clásicos Disney, siendo el clásico número 22. La recepción de la crítica fue muy buena. Es considerada la última película que produjo Disney y las canciones de los Hermanos Sherman, artífices también del éxito de 'Mary Poppins', fueron también muy aplaudidas.
Aunque no estuvo exenta de críticas negativas por parte de la prensa británica, Ruth Hill Viguers, en su libro 'A Critical History of Children's Literature', dijo que el Winnie the Pooh de Disney "destruyó la integridad de los libros originales de A.A. Milne". Actualmente cuenta con muy buenas críticas, que alaban la capacidad del estudio por crear una película hecha especialmente para la infancia, respetando su sentido de la inocencia, como también del aprendizaje propio de los niños. El American Film Institute la incluyó en su lista de las mejores películas de animación de todos los tiempos. Y pertenece al Círculo Británico de Disney, las películas de la Edad de Plata del estudio en el que se adaptaron varias obras británicas, entre ellas están 'Alicia en el país de las maravillas', 'Peter Pan', '101 dálmatas', 'Merlín, el encantador' y 'El libro de la selva'. 'Lo mejor de Winnie the Pooh' se incluyó pese a no pertenecer a la misma época, teniéndose en cuenta lo involucrado que estuvo Disney en los dos primeros cortometrajes.
Un éxito convertido en toda una franquicia
El éxito de los tres cortometrajes y de la película provocó que 'Winnie the Pooh' se convirtiese en toda una franquicia, en una de las más exitosas de la factoría Disney. En 2013, la revista Variety estimó que 'Winnie the Pooh' era la tercera saga más exitosa de Disney, solo por detrás de las franquicias de las Princesas Disney y 'Star Wars' (y superando en ventas a los superhéroes de Marvel). En 1983 llegó la primera serie de televisión 'Welcome to Pooh Corner', una producción que combinaba imagen real con marionetas. Entre 1989 y 1991 se lanzó la serie 'Las nuevas aventuras de Winnie the Pooh', que se basada en los cuentos creados por A.A. Milne. Debido a su labor divulgativa y pedagógica, la serie logró dos premios Emmy y un premio Humanitas, por promover la dignidad y el respeto entre personas y naturaleza.
Después vinieron otras series de televisión como 'El libro de Pooh' y 'Mis amigos Tigger y Pooh'. La primera recuperaba el concepto de imagen real con marionetas e incluía un nuevo personaje femenino, Kessie, un pajarito azul. La otra serie era animación por ordenador y sustituía a Christopher Robin por Darby, una niña pelirroja que, con su perro Buster, se hacía amiga de Pooh, Tigger, Piglet y los demás.
Además, se produjeron tres películas de Disney Toon Studios para cines: 'La película de Tigger', 'La gran película de Piglet' (incluida como el clásico Disney número 44 en España) y 'La película de Heffalump', además de otras nuevas películas hechas directamente para formato doméstico, entre las que se destaca a 'La gran aventura de Winnie the Pooh'. También se han seguido produciendo cortometrajes, entre los que se destaca 'Winnie the Pooh y un día para Ígor'.
Eso sin contar con la película en imagen real 'Christopher Robin' que narra el regreso del joven protagonista, ahora convertido en un hombre de negocios, al Bosque de los Cien Acres. Dirigida por Marc Forster y con guion escrito por Tom McCarthy, Alex Ross Perry y Allison Schroeder, el filme lo protagoniza Ewan McGregor como Christopher Robin, además de contar con los personajes de animación, esta vez en CGI y que emula el éxito de 'Paddignton', otro osito británico muy popular. Además, está el merchandising y la franquicia de videojuegos y música para niños inspirada en 'Winnie the Pooh'.
Un éxito que derivó en una demanda judicial
Debido a que el éxito de la franquicia de 'Winnie the Pooh', en 1991, Stephen Slesinger, Inc. presentó una demanda contra Disney en la que alegaba que la factoría había incumplido el acuerdo que firmaron ambas empresas en 1983 en lo referente al reparto de beneficios de las ventas de Winnie the Pooh. Según ese contrato, Disney retenía el 98% de los ingresos mundiales brutos, mientras que el 2% restante iba a manos de la compañía Slesinger. Según la empresa Slesinger, Disney no había pagado los royalties requeridos por la explotación de la marca, destruyendo la mayor de los documentos que podrían demostrar el incumplimiento.
A esta demanda, que se cerró definitivamente en 2009, se unió de la de Clare Milne, hija de Christopher Robin Milne, que en 1998 intentó rescindir cualquier tipo de derechos por copyright en Estados Unidos a la empresa Slesinger, tras aprobarse la Ley de Extensión de Copyright de 1998, también llamada Sonny Bono Act o Mickey Mouse Act (con la que Bill Clinton impedía que las canciones de Bono y el personaje de Disney fuesen de dominio público en Estados Unidos).
En 2006, la Corte Suprema de los EE.UU. dio la razón a Slesinger, permitiendo mantener los derechos y en 2009 se optó por una decisión salomónica, la juez Florence-Marie Cooper determinó que la familia Slesinger había dado los derechos de autor y marca a Disney, aunque la empresa debía pagar las regalías por el futuro uso de los personajes.
Uno de los pocos personajes en tener más de un clásico Disney
Winnie the Pooh es uno de los pocos personajes que cuenta con más de un clásico dentro del canon de películas Disney. De hecho, se convirtió en el tercero en lograrlo, pues primero fueron los ratoncitos Bernardo y Bianca los que protagonizaron dos clásicos Disney, 'Los rescatadores' (1977) y 'Los rescatadores en Cangurolandia' (1990). Después fue la saga temática 'Fantasía', con el filme de 1940 y 'Fantasía 2000' (1999). En breves habrá dos personajes más con secuela dentro del canon, Ralph y Elsa, con 'Ralph rompe Internet' (2018) y 'Frozen 2' (2019).
Tras 'Lo mejor de Winnie the Pooh', el osito ya era una franquicia sólida dentro de Disney pero John Lasseter, cuando se convirtió en director creativo de Disney, quiso que se produjera un nuevo clásico, esta vez más fiel a la obra de A.A. Milne. Después del éxito de 'Tiana y el sapo' y 'Enredados', 'Winnie the Pooh' era un breve interludio en medio de una nueva era de triunfos en taquilla y crítica para Disney. Dirigida por Stephen J. Anderson ('Descubriendo a los Robinsons') y Don Hall ('Big Hero 6'), 'Winnie the Pooh' se estrenó el 15 de abril del 2011 en el Reino Unido, el país natal del osito, mientras que en Estados Unidos llegó el 15 de julio del mismo año.
Basada en tres capítulos de 'Winnie-the-Pooh', el filme fue hecho por animación tradicional, que buscaba emular el estilo de las ilustraciones originales de las novelas de A.A. Milne, dibujadas por E.H. Shepard. Christopher Robin fue rediseñado, teniendo una imagen más cercana a lo escrito por Milne y con voz británica de nuevo, además de eliminar cualquier referencia americana (Topo no aparece). Las críticas fueron unánimes, se estaba ante una nueva obra maestra. Fue muy bien recibida por parte de la prensa británica también, que alabaron los esfuerzos de Disney por devolver el toque original de Milne al cine.
Sin embargo, esto no se tradujo en un éxito de taquilla. Con un presupuesto de 30 millones de dólares, el filme solo logró 50,1 millones en todo, una verdadera decepción de taquilla. Pese a contar con canciones compuestas por Kristen Anderson-Lopez y Robert Lopez (autores de los éxitos de 'Frozen: El reino del hielo' y 'Coco'), la película también se quedó fuera de la carrera de los Oscar. De hecho, pese a ser el clásico número 51, 'Winnie the Pooh' no fue considerado Clásico Disney en su Reino Unido natal, por meras cuestiones de marketing, algo que sucedió también en otros países (en España no, que se numeró como el Clásico n° 53, ya que se incluyeron dos películas, 'La gran película de Piglet' y 'Salvaje (The Wild)', que no forman parte del canon de EE.UU.) Debido a su discreto resultado, 'Winnie the Pooh' se ha convertido en el último clásico Disney en utilizar la animación tradicional.
El Winnie the Pooh soviético y otras versiones
Como se ha comentado varias veces, Winnie the Pooh es un personaje muy querido en todo el mundo. Con lo cual, no es extraño que haya habido otras adaptaciones del famoso osito, además de las de Disney. El personaje es muy popular también en Rusia. De hecho, durante la Guerra Fría, el famoso estudio de animación soviético, Soyuzmultfilm, produjo tres cortometrajes basados en los libros de A.A. Milne entre 1969 y 1972. El primero fue 'Winnie the Pooh', basado en el primer capítulo del primer libro de Milne; el segundo fue 'Winnie the Pooh Pays a Visit', basado en el segundo capítulo del primer libro; y el tercero fue 'Winnie the Pooh and the Blustery Day', basado en los capítulos cuarto y sexto de 'The House at Pooh Corner'.
La trilogía también fue un éxito entre amantes del cine. Esta adaptación difiere mucho de las estadounidenses, al tener un estilo de animación completamente distinto, alejado también de las ilustraciones de E.H. Shepard. Las adaptaciones soviéticas utilizaron la traducción que hizo el afamado poeta Boris Zachoder, además de utilizar más diálogos de los libros de Milne. El carácter de los personajes era también más fiel que la versión de Disney. Tal era la popularidad de Winnie the Pooh (Vinni Pukh) que ha aparecido en varios sellos postales en Rusia.
Además, existen otras versiones que se inspiran directamente en los libros de A.A. Milne, ignorando la versión de Disney. Por ejemplo, se han hecho siete obras de teatro diferentes en el Reino Unidos, una con personas reales y otras con marionetas y guiñoles, además de lanzarse varias narraciones radiofónicas de los cuentos de Milne. En los años 70, la BBC lanzó un programa para niños en los que se serializaron los capítulos de los libros y se hizo una versión con marionetas en 1960 para la NBC en el programa 'The Shirley Temple Show'. En 2017, Fox estrenó la película 'Goodbye Christopher Robin', que narraba el proceso de creación del oso. Domhnall Gleeson se metió en la piel de A.A. Milne mientras que Margot Robbie fue la esposa del célebre escritor, el filme tuvo una acogida bastante tibia por parte de la crítica y el público.
Tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood
En abril de 2006, Winnie the Pooh recibió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, convirtiéndose en el sexto personaje animado de Disney en tener este reconocimiento. Acompañado por Tigger, Conejo, Ígor y por el director ejecutivo de Disney en este momento, Robert Iger, su estrella fue la 2.308 y está cerca del cine El Capitán, perteneciente a la factoría Disney y justo enfrente del Dolby Theater, teatro donde tienen lugar los Oscar.
Winnie the Pooh se unía así a otros personajes animados que tienen estrella en el Paseo de la Fama como Mickey Mouse, Blancanieves, el Pato Donald, la Rana Gustavo, los Simpson o Bugs Bunny. Posteriormente, otros personajes Disney han sido también recompensados con una estrella: Campanilla, los Muppets y Minnie Mouse. Al igual que otros personajes animados como Shrek o Snoopy.
Censurado en China por ser símbolo de Resistencia
Sin querer, Winnie the Pooh se ha convertido en un símbolo de Resistencia en China, donde ha sido prohibido y es completamente censurado desde julio de 2017. ¿El motivo? El personaje ha sido utilizado por los opositores políticos al régimen comunista como metáfora de Xi Jinping, presidente de la República Popular China. La censura contra el amable osito empezó en 2013, cuando el presidente de Estados Unidos en ese momento, Barack Obama, visitó el país asiático. En varios blogs, se comparó una foto del encuentro con una imagen de Winnie the Pooh paseando con su amigo Tigger.
El osito ha sido usado de forma constante para burlarse y parodiar al líder chino. Xi, que no acepta ningún tipo de broma y crítica, ha logrado censurar toda imagen de Winnie the Pooh en el país, algo que llevaba intentando desde este encuentro con Obama. Qiao Mu, profesor de medio en la Universidad de Estudios Extranjeros en Pekín, declaró a El País: "Históricamente, dos cosas no han sido permitidas en China: organizaciones políticas y acciones políticas. Este año ha sido añadida una tercera a la lista: hablar del presidente".
Con lo cual, todos los críticos con el gobierno de Xi han utilizado la imagen de Winnie the Pooh como forma de protesta. El líder chino, convertido en el "nuevo Mao", que logró que la Asamblea Nacional Popular del país lo perpetúe en el poder al aprobarse 21 enmiendas constitucionales para eliminar el límite de dos mandatos consecutivos, gobierna de forma más represiva que los últimos gobernantes del país. De hecho, durante 24 horas, para evitar cualquier tipo de crítica al cambio institucional, se censuraron la letra "n", como también frases como "cambio de ley", palabras como "Disney" y títulos de novelas como "Un mundo feliz", según informó 20 Minutos.