Hace pocos días llegaba a los cines 'Interstellar', la monstruosa y grandilocuente epopeya espacial de Christopher Nolan, una cinta de ciencia ficción pura que habla de distintas dimensiones temporales y, por lo tanto, de múltiples identidades. Ahora se estrena una película de ciencia ficción mucho menos ambiciosa pero que también indaga sobre la identidad y la multiplicidad del Yo a través del... ¡iris humano! Se trata del último trabajo del director de 'Otra tierra', Mike Cahill, y lleva por título 'Orígenes'. eCartelera tuvo el placer de entrevistar al cineasta en el pasado Festival de Sitges donde no sólo presentó el filme, sino que se llevó el premio de Mejor Película del certamen.
eCartelera:¿Cómo surgió la idea del filme? ¿Tuviste algún tipo de asesoramiento científico?
Mike Cahill:La verdad es que estoy obsesionado con la ciencia. Mis dos hermanos mayores son científicos, uno es neurólogo y el otro es biólogo molecular. Lo que hace el arte es buscar nuevos paisajes en los que contar nuevas historias. Todos los sucesos extraordinarios que pasan en el mundo tienen una explicación científica y un miércoles sabemos mucho más que un martes gracias a los descubrimientos diarios de los científicos. Tuve mucha suerte porque para la elaboración de este filme pude trabajar en el laboratorio Johns Hopkins en Baltimore y estar en contacto con muchos científicos, al igual que los protagonistas de la película que pudieron acudir a esos laboratorios y hacer pruebas con distintos experimentos.
eC:'Orígenes' es una película de ciencia ficción pero con un trasfondo de drama romántico típico del cine indie USA, ¿por qué te gusta jugar con esa dualidad?
M. C.:El género de ciencia ficción permite que elementos fantásticos entren en nuestra realidad y eso nos permite observar de más de cerca a la humanidad. Cuando la ciencia ficción está bien hecha, al final acaba retratando historias muy íntimas. Algunas de esas historias son espectaculares y otras no, pero el verdadero corazón de ellas es llegar a lo que es realmente humano. Dos de las cosas que son verdaderamente humanas que exploramos en 'Orígenes' es el amor y la pérdida. Respecto al amor, hablamos de sus dos grandes tipologías (el amor primerizo y el amor tardío) y, respecto a la pérdida, hablamos de cómo la gente puede aceptar una pérdida a lo largo de su vida o, por el contrario, exploramos esas sensación de no querer olvidar y dejar atrás a alguien.
eC:Como en tu anterior filme, 'Otra tierra', parece que vuelves a lanzar la misma pregunta de si el ser humano es único. ¿Tienes alguna especie de predilección por esa idea?
M. C.:La idea del sentido de uno mismo es algo con lo que estoy obsesionado y tengo una extrema curiosidad. Es una gran pregunta en la que pienso constantemente, sobre todo a las 3 de la mañana mientras tomo una copa de vino con mis amigos (risas). De alguna manera, los personajes de 'Otra tierra' se miraban a sí mismos separados por el espacio y, los personajes de 'Orígenes' se miran a sí mismos separados por el tiempo, pero ambas películas se preguntan qué somos nosotros mismos. Mientras que el propósito del arte clásico es encontrar la belleza, el propósito del arte moderno es encontrar la verdad y una de las técnicas que se utilizan en esa búsqueda de la verdad es el reduccionismo, es decir, quitar partes del Todo para ver si ese Todo sigue teniendo la misma esencia, o dicho de otro modo, si a una cuadro le quitas los colores, el marco y los trazos, ¿sigue siendo un cuadro?, si a una canción le quitas el sonido, ¿sigue siendo una canción?. Esta técnica la he utilizado en mi exploración de la identidad. Si eliminas partes de la identidad, ¿que necesita quedar para que siga siendo el yo?
eC:¿Por qué has escogido el iris como metáfora?
M. C.:Si miras fijamente a los ojos, puedes interpretar que el iris es como un planeta. Tienen la misma forma e incluso, mismos colores. Encuentro algo muy emocionante en ello y, normalmente, se dice que los ojos son el espejo del alma a modo de cliché, pero esa frase viene del hecho de que los ojos son únicos y que, incluso, pueden tener alguna especie de conexión con las estrellas.