Algunos la descubrimos en 'Ana de día', la ópera prima de Andrea Jaurrieta nominada hace un año al Goya a la mejor dirección novel. Pero la robaescenas Mona Martínez lleva poniéndose delante de la cámara casi 20 años, desde que debutara con Benito Zambrano en la miniserie 'Padre coraje'. Ha interpretado papeles en una docena de series de televisión, entre ellas 'Vis a vis', y cuenta con una dilatada carrera teatral (ha trabajado "con Miguel Narros, Ernesto Caballero, Albert Boadella, Salva Bolta, Carol López, otros muchos que se me olvidan...").
Pero su carrera ha cogido carrerilla en el último año: después de 'Ana de día', por la que los galardones andaluces ASECAN la nominaron como mejor actriz secundaria, vino un pequeño papel de jueza en 'El reino' (con cuyo director, Rodrigo Sorogoyen vuelve a trabajar en su próxima serie de Movistar+, 'Antidisturbios'), otro en 'Taxi a Gibraltar' y otro en 'Intemperie', a punto de estrenarse. Fue una de los actores españoles que se colaron en 'Terminator: Destino Oscuro' y también la hemos visto en 'Paquita Salas' y en 'Vota Juan', en la que interpretaba a la chacha inmigrante de Juan Carrasco, el político inútil al que da vida Javier Cámara. Mona Martínez puede hacerlo todo, y suele ser de lo mejor de los proyectos en los que se embarca. Eso mismo ocurre en 'Adiós', la película de acción de Paco Cabezas protagonizada por Mario Casas, que nos sirve de excusa para empezar esta conversación.
eCartelera: Interpretas a María Santos, una matriarca... ¿gitana?
Mona Martínez: Pues mira, es que hay un detalle que se quitó de la película. Había una secuencia en la que ella estaba hablando con Natalia [de Molina], su nuera, y le dice que ella se enamoró de un gitano pero no es gitana. Ella es una paya casada con un gitano. Pero sí es matriarca en todos los sentidos. Su marido era gitano y ella conserva el apellido de su marido y conserva, por honrar la memoria de él y por honrar su apellido y el de su familia, las costumbres del hombre con el que se casó.
eC: 'Adiós' es una película muy sevillana y muy andaluza, y eso te toca a ti de cerca. Tú eres muy de tu Málaga, ¿no?
MM: Yo soy muy de mi Málaga y muy de lo que me ha dado de comer, pero en el sentido espiritual de la palabra. Porque de lo que me he alimentado es de esas mujeres malagueñas, de esas mujeres rondeñas, porque yo viví ocho años en Ronda, de esas mujeres andaluzas que en el fondo me parecen universales. Que se parecen a mis tías las extremeñas, o a las murcianas, que no las conozco. Pero que en el fondo son universales. Lo que pasa es que mi acento es andaluz, mi esencia es la andaluza y hacer una película que cuente cosas de Andalucía me parece una suerte. Y me parece que ya tocaba que se empezasen a contar cosas de Andalucía, con toda la envergadura y todo el arte que conlleva, con el flamenco que es de esa tierra y con toda la idiosincrasia que es de esa tierra.
eC: Llama mucho la atención que Paco Cabezas vuelva de Hollywood para contar una historia que es muy de su tierra.
MM: Claro, porque a Paco Cabezas le rezuma Sevilla por los cuatro costados. Paco Cabezas es Sevilla. Paco Cabezas es Andalucía. Y Paco Cabezas es el mundo, porque se ha ido a Los Ángeles, se buscó la vida desde jovencito, cantó en el metro para conseguir dinero e irse a conseguir lo que quería, y lo consiguió. Y mira, está en Hollywood, en una industria que es muy exigente, esa es la realidad, y le dan una oportunidad de hacer una película, su película, y decide que es su película en su tierra, para contar su historia y la de su gente. Me parece que eso dice mucho de él.
eC: Y una película que transcurre en las 3.000 viviendas. Has dicho que ese universo te resulta cercano.
MM: Yo he vivido en un barrio malagueño que no llegaba a ser las 3.000 viviendas pero se acercaba. Y también conozco en Málaga todos esos barrios como La Palmilla, El Bulto, que ya no existe, El Perro, donde estaba la playa y los focos más grandes de consumo de drogas. Todo eso lo he visitado, porque son ciudades pequeñas y cuando creces vas conociendo todo eso. Pero yo no tuve la suerte de rodar en las 3.000, allí fueron Ruth [Díaz], todo el equipo policial, y Mario y Natalia, y vivieron momentos muy, muy emocionantes.
eC: Ruth Díaz me dijo el otro día que Mario Casas tiene el sambenito de sex symbol pero es uno de los mejores actores de este país. ¿Tú qué piensas?
MM: Mario ha sido siempre un gran actor, pero creo que tenemos muchos prejuicios en este país. Es un actor que arriesga como nadie. No se construye a sí mismo, él construye personajes todo el tiempo. Igual que los pueden construir, no sé, los americanos. Con los americanos estamos más acostumbrados a ver actores que construyen con físicos diferentes, formas diferentes, expresiones diferentes... Pero aquí parece que si salimos de nosotros mismos ya no somos verdaderos, y eso no es así.
Mario hace un trabajo de actor en esta película, de calidad, como ha hecho en muchas películas, pero aquí está sobrecogedor, porque además es tan tierno lo que hace, es tan emocionante, es tanta la emoción que traspasa la cámara cuando lo hace, que evidentemente te puedo decir que Mario es lo que es, un actor muy, muy grande. Pero nosotros tenemos un poquito de prejuicio y parece que te tienen que dar el consentimiento de buen actor o mal actor cuando la gente dice "Ah vale, sí, es verdad, en esta está bien".
eC: O un Goya...
MM: O un Goya, o un no sé cuántos, o un no sé qué. Y a veces es más bonito que te den el premio Feroz o Cinema no sé qué de blogueros.
eC: Entraste en esto de la interpretación tarde porque antes fuiste bailarina, ¿no?
MM: Bueno, yo siempre quería ser actriz, pero mi madre estaba empeñada en que yo bailase. Ella no sabía que existía un conservatorio, y una escuela de arte dramático donde pudiese estudiar todas las cosas juntas. Así que me metió en baile y yo bailé, porque mi madre me había apuntado... cosa que luego le agradecí eternamente, porque de eso aprendí todo lo que sé y pasé los mejores años de mi vida con mis compañeros. Pero yo seguía con el empeño de ser actriz. Hasta que decidí en el 98 que ya dejaba de bailar y me venía a Madrid a probar suerte y a estudiar interpretación.
eC: Si empezaste en el 98 y en el 2002 ya estabas en 'Padre coraje', en realidad no tardaste nada, ¿no?
MM: 'Padre coraje' fue el primer casting que hice en mi vida. Fue el primer casting, que me mandó un amigo, Ángel Ruiz, que me dijo "Vete mañana a tal sitio, a tal hora, que te van a hacer una prueba". Yo no tenía fotos, no tenía currículum. Me preguntaron "¿Tienes fotos? No. ¿Tienes currículum? No. ¿Tienes cita? No". Me echaron una foto, una polaroid, salió la ayudante de dirección y dijo "Dice el director que te quiere ver", y así fue. Ahí me estrené con 'Padre coraje', grandiosa serie, que ahora estaría de actualidad de forma rotunda, y a partir de ahí ya no paré de vivir de mi trabajo, cosa que le agradezco al cielo todos los días.
eC: He leído que llevas una estampita de Fray Leopoldo contigo a todos lados, ¿eres religiosa o supersticiosa?
MM: Pues yo creo que es todo junto. Yo me he criado en Andalucía, la Semana Santa es nuestra, las iglesias han sido nuestras, me eduqué en un colegio católico, que no quiere decir que sea... Yo creo en los principios del cristianismo, que es la base del amor. Y bueno, el catolicismo ha incluido todo lo que son el culto a las imágenes, y hay algo en el observar a un objeto y hablar con él y sentirte en paz que me sigue acompañando.
eC: Y, curiosamente, en 'Terminator: Destino oscuro' se coló una réplica de tu medalla de la Virgen del Carmen...
MM: Claro. Porque yo siempre llevo mi medallita, que también aparece en 'Adiós', porque también le gustó a Paco Cabezas. Llevo mi medallita de la Virgen del Carmen y del Sagrado Corazón de Jesús, que también va por detrás. Cuando la encargada de vestuario de 'Terminator' la vio, dijo "I like it, I like it, me gusta mucho", y yo dije pues fenomenal. Le hicieron una foto e hicieron una réplica para el día de rodaje. Ellos son así. No te dicen "Tráete la medalla pero no la pierdas", ellos te hacen una réplica y ya está.
eC: No sé si te vi cuando fui a ver la película al cine.
MM: Bueno, la verdad es que en 'Terminator' salgo más en el tráiler que en la película. Lo divertido de 'Terminator' es que Natalia Reyes me preguntó cómo me llamaba, yo dije que Mona, y cuando empezó el rodaje ella dijo en la película "Buenos días, Mona" y yo dije "Ah, pues ya no digo nada, que se quede mi nombre". Pero nada, salgo más en el tráiler. La experiencia fue pasar dos castings, uno con un vídeo mal hecho y otro con el director presencial, Tim Miller. Hacer un casting con un director de esa envergadura no es moco de pavo. Eso me hizo feliz.
eC: Bueno, y que James Cameron te ha visto, de alguna forma.
MM: Efectivamente, que dio el ok. Porque el último ok lo daba James Cameron.
eC: También he leído que Javier Cámara casi te consigue un papel en 'The New Pope' y no lo intentaste por el inglés.
MM: Madre mía, qué pena.
eC: ¿Pero no te planteas aprender inglés?
MM: Si es que yo soy del francés. Me encanta el francés, hablo francés y una de mis metas es irme algunos años a Francia. Estoy entre Francia y México, que siempre he deseado conocer esos países trabajando. Pero el inglés lo he intentado, de verdad, y tendré que hacerlo. A ver, no tuve tiempo para estudiar esa prueba, pero aparte también hablé con él y me aconsejó que si no tenía inglés de nivel alto grabar hubiese sido muy estresante para mí. Pero sí, Javier es así. Javier es uno de los grandes, no de este país sino del mundo. Es un actorazo, que primero es una persona de esa envergadura, y eso lo refleja en su forma de trabajo. Pero Javier es así, trabaja contigo y a la primera oportunidad te recomienda. Yo le admiro muchísimo, profundamente.
eC: Hablamos mucho de los papeles femeninos y más a partir de ciertas edades. ¿Estás contenta con los papeles que te llegan?
MM: Los papeles que me han llegado a mí han sido preciosos. Y mira María Santos. Tengo muchas compañeras que me han llamado por teléfono para decirme "enhorabuena, qué suerte has tenido, porque todas queríamos hacer a María Santos". Y el otro día cuando estuve viendo 'Terminator', aparte de que creo que es una crítica absoluta al sistema americano, personalmente, no sé si puedo decir esto...
eC: Sí que puedes.
MM: Pero lo que más me gustó fue Linda Hamilton, con su cara llena de arrugas, sin una operación, sin un nada. Qué grandeza, ver un mapa histórico en una pantalla, en una cara.