En los cines Renoir de Princesa, en Madrid, las salas son pequeñas, las butacas son de terciopelo rojo y la sala no está demasiado desnivelada, así que, si te toca alguien muy alto delante, no verás nada. En uno de esos asientos está sentada Ingrid García Jonsson, con las sandalias quitadas y los pies en alto. A su lado está Carlos Troya y en el suelo, sentado como un niño en un campamento de verano, Joe Manjón. Al otro lado completan la entrevista Lorena López y María Ripoll, con el café que lleva paseando toda la mañana en la promoción de su nueva película 'Nosotros no nos mataremos con pistolas'.
La cinta habla de la amistad, del fracaso, de las falsas expectativas y de la muerte. Blanca acaba de volver de Londres y decide organizar un fin de semana en el pueblo con sus amigos de toda la vida. Pero esta vez, será la primera que se reúnan desde el suicidio de Paula. Blanca, Marina, Elena, Miguel y Sigfrido se reencuentran en un intento de recolocar sus desastrosas vidas y de recordar que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Dice María Ripoll que la película es "optimista, sin duda" porque "todos tienen un mojón, pero deciden que con ese mojón hay que hacer algo". Joe Manjón apostilla que el fracaso que viven los protagonistas "es lo que hay, pero hay que seguir. Nos jodemos, lo asumimos, y ahora vamos a intentar mover esto". La película enseña lo bonito de que todo te salga mal. Y eso es contradictorio y muy idealista, pero es que, dice Lorena López, que la base está mal: "Becket decía que hay que fracasar para volver a fracasar mejor. Hay que tomárselo como una oportunidad. Yo misma te lo digo y yo misma he fracasado muchas veces, pero, jolín... luego te das cuenta de que efectivamente cada fracaso te abre una opción nueva".
Pero cuando tener 35 y la vida patas arriba se junta con la pérdida inexplicable de una amiga del alma, el optimismo es un poco más complicado de ver. Los cinco protagonistas se enfrascan en una tensión palpable en la que ninguno es capaz de hablar de la muerte de Paula y a la vez, todos necesitan hacerlo. Dice Ripoll que "el duelo se enquista. Nos han enseñado a no hablarlo y eso a veces no es bueno. La gente no quiere verte triste". Pero López ha hecho terapia gracias a esta película y se ha dado cuenta de que "cuando tú hablas de algo y lo pones fuera, ya estás haciendo el trabajo, ya te has abierto, ya puedes empezar a construir". Ese es el mensaje que la película intenta esbozar.
La clave de la historia es el personaje colectivo que construye el grupo. Todos funcionan por separado, pero necesitan juntarse para seguir adelante. Por eso la directora no dudó en reunirles unas semanas antes del rodaje. "Todos teníamos muy claro que la amistad tenía que estar presente en pantalla. Estuvimos de ensayos en Madrid en el hotel, y eso nos ayudó mucho. Porque al final, convivimos y uno tiene sus movidas, el otro las suyas... ya ahí te ayudas, creas el vínculo", dice Manjón. Para Lorena López fueron unas "trabajaciones" y para Troya, "una experiencia inmersiva. No nos íbamos a casa por la noche, nos quedábamos en el hotel y cenábamos juntos, dormíamos... no daba tiempo a desconectar". Para Ripoll hubo dos pelis: la de verdad y la del hotel, "desde el primer día que los vi junto supe que iba a funcionar".
De esta manera consiguieron crear unos personajes tan reales que a Ingrid García Jonsson le daba "mucho pudor porque el personaje te esconde poco. Sientes que la gente te va a ver en la pantalla. Pero ahí el equipo, los compañeros... hacen todo, hacen que funcione". Y eso no es, dicen, ni más fácil ni más difícil. Lo único que cambia es la manera de desnudarte en la pantalla, pero el resto -como buenos profesionales- viene con el oficio. En 'Nosotros no nos mataremos con pistolas', actores de treinta y pico a los que la vida no se lo ha puesto fácil se han tenido que poner en la piel de adultos de treinta y pico a los que las cosas no les han ido muy bien. Y han tenido que retratar a una generación que, como dice García-Jonsson, "no es la peor. Yo pienso en nuestros abuelos que vivieron una guerra y no podían hablar de sentimientos. Nosotros somos la que tiene más incertidumbre y la que tiene los sueños rotos, pero todas las generaciones tienen lo suyo". Manjón tiene su propia teoría: "Más allá de la crisis y de lo complicado que se ha puesto todo, tiene que ver con el sobreestímulo. Hay tanto que cuesta mucho parar. Ese es uno de los hándicaps de esta generación. Que estás tan expuesto que no eres capaz de seguir el ritmo". Y sentencia con una frase preciosa: "nuestra generación es la que ha aprendido a hablar de las cosas".
Al final, la peli acaba como acaba. Dice Troya que tenemos que vivir este momento y "aunque todos volvamos a nuestra vida mejor o peor, eso nos da power, ya sabemos que la felicidad está ahí si queremos vivirla a full". García-Jonsson sabe que "la peli es como la vida, según como veas la vida en ese momento, verás la peli. Te vas a comparar mucho, pero el objetivo es que salgas con ganas de bailar". La directora, María Ripoll, termina diciendo que "la película es para gente joven. Soy consciente de que el diálogo que va a generar será más útil en gente joven", y hace un último alegato, "pon en el artículo que vayan los jóvenes a verla, que vayan al cine". Pues eso.
'Nosotros no nos mataremos con pistolas' se estrena el viernes 17 de junio.
