Las comedias veraniegas de colegas cuarentones que se pegan la que creen que es su última juerga ya conforma de por sí un subgénero propio, como demuestran las recientes 'Descarrilados' o 'Lo dejo cuando quiera'. En ellas, las crisis existenciales de hombres infelices con su vida se junta con las situaciones absurdas, la fiesta y (generalmente) el peligro, para crear un fresco entretenimiento. En el caso de 'De perdidos a Río', la nueva película de Joaquín Mazón, el trío protagonista conformado por Pablo Chiapella, Carlos Santos y Fran Perea debe ir a la capital brasileña para repatriar el cadáver de un antiguo amigo suyo, Mateo. Director y reparto nos cuentan las claves de esta nueva comedia española en una entrevista para eCartelera.
Tras retratar las siempre complicadas relaciones paternofiliales con 'La vida padre', Mazón salta a la juerga más clásica: "Tenía el mismo objetivo que tengo en todas mis películas, que es hacer algo divertido. Teníamos un reparto divertidísimo, un guion gracioso...faltaba encontrar de qué hablar. Y me sorprendió encontrarme con algo más profundo de lo que podía esperar, esta historia de amistad, de encontrarte a ti mismo, de cambio personal". El director también abordó la problemática de un guion desarrollado por cuatro personas (historia original de Jean-Christophe Gra y libreto de Juana Macías, Daniel Corpas y el gran Antonio Mercero): "Este era uno de los grandes retos. Al final es una historia que viene de un francés, que van entrando tres guionistas y que tiene 10 años. Era un poco impersonal, pero me dieron libertad total para hacerlo mío. Me marqué desde un primer momento romper con lo que se tenía pensad, era fundamental romper los estereotipos".
Mazón ya había fusionado la comedia con la acción en 'Cuerpo de élite', pero aquí se nota un salto de calidad considerable. "En aquella quería hacer una suerte de parodia del cine de acción americano, aquí quería meterme en los bajos de Río. Lo que pasa es que cuando haces acción con el presupuesto de una de comedia no se valora lo suficiente. Queríamos llevar la película a tierra, darle cercanía, que sientas que estás ahí con ellos y no viendo desde fuera cómo Tom Cruise salta en motocicleta de un acantilado".
Con la sombra de Amador Rivas siempre acechando, una de las preocupaciones más grandes de Pablo Chiapella era la de cómo desligarse de su personaje en 'La que se avecina': "Tenía miedo de qué encontrarme y, sobre todo, de qué director encontrarme que no estuviera jugando esto de la mano conmigo. Queríamos huir, es verdad que comparte aristas comunes, pero fue hablar con él y poner en común la idea del personaje y relajarme absolutamente. Me permitió trabajar desde un lugar completamente distinto, tenía muchas ganas de bajar decibelios". Acompañado por do diablos como son los personajes de Santos y Perea, el personaje de Pedro también encuentra una salvación en el de Esther Acebo, que agradece la profundidad de su personaje: "Es una comedia disparatada y con un montón de chistes, pero yo sí creo que le faltaba algo de alma al principio. Pensaba que mi personaje era de estos personajes femeninos que se pueden sustituir por una lámpara pegada a un pósit, que eso pasa mucho más de lo que nos imaginamos, pero no, estás dotado de mucho carácter y entidad".
Crisis de mediana edad y humor irreverente
Lo que parece atener a todos los personajes de la cinta es esa devastadora crisis de mediana edad que, a pesar de lo trascendental del asunto, casa de manera imaginativa con la carcajada y la comedia disparatada. "Siempre pongo el ejemplo de Fran Perea", explica Mazón, "que me llamó y me dijo que, como interpretaba al guapo, si tenía que entrenar y ponerse fuerte. Le dije que no, que tenía que comer y engordar. Teníamos que reírnos de nosotros mismos y eso fue la clave. Son tres desgraciados, que uno se cree que entrena al Real Madrid, otro se cree que liga y otro se cree un súper policía. De alguna manera se enfrentan a eso que siempre han querido pero nunca se han atrevido".
"La película puede parecer otra más del género, pero se eleva por encima del tipo de comedia al uso", comenta Santos, "Es la película de colegas que se ven envueltos en situaciones disparatadas y les pone enfrente de sus propias contradicciones. Gracias a Mazón la película sobre vuela este tipo de cine y consigue darle alma y corazón". Carlos Areces también se deshace en elogios ante Mazón, alegando que es un director que "te deja crecer y convierte las pildoritas en perlas, mientras que Kira Miró coincide, ya que Mazón "da rienda suelta al juego y permite un trabajo perfecto ya que no hay gritos ni malos rollos".
Otra de las grades controversias es el uso indiscriminado por parte de la película del humor gamberro e irreverente, que podría chirriar a cierto tipo de público. Sin embargo, era algo que no preocupaba al equipo. "Nunca me plantee autocensurarme", admite Mazón, "Creo que lo que hacemos es tan honesto y de tan buen gusto, que no puedes plantearte ni estar pensando en qué opina el público". Por su parte, María Botto defiende el uso sin límites de la comedia: "La comedia no debería tener límites, ahora es el momento de reírse de las mujeres, de los colectivos, de los hombres".
'De perdidos a Río' llega a los cines el próximo 4 de agosto.