En el origen de su carrera debió de ser su procedencia, el acento que trabajó al cruzar el charco y que ha recuperado con 'Perdóname Señor'. Ahora toca obsesionarse con su fecha de nacimiento, aunque lo cierto es: ¿a quién le importa el carnet de identidad de Paz Vega? Ella sólo le echa cuentas a la moneda de cambio de la interpretación: la experiencia, y hasta ahora no se ha visto en crisis de ningún calibre para engrosar el currículum.
Tiene pendiente el estreno de 'Stoic' con Antonio Banderas y entre la lista de proyectos futuros, más 'The OA' y juntarse con David Lynch a las órdenes de su hija, Jennifer Lynch, en el thriller 'A Fall from Grace'. Antes, se pone "flamenca" en la comedia mexicana 'La vida inmoral de la pareja ideal', una película en la que los caminos del sexo, el amor y la moralina provocan que los protagonistas tengan que fingir una vida perfecta que se les escapa, con un toque de humor y música que yace al estilo de 'El otro lado de la cama'.
"Cuando el amor es de verdad es difícil que ese vínculo se rompa. Se puede transformar en otra cosa, puede evolucionar, pero claro que puede ser para toda la vida", apuesta la actriz por la "pareja ideal" más allá de las representaciones que se dan en el cine y a la que nos hemos acostumbrado, por repetición, a ver plasmada en toda película de tintes románticos.
"Estamos acostumbrados a que en el cine el 99,9 % de las películas hablan de amor hombre-mujer y de amor romántico, además. Pero hay otras maneras de amar, que ni siquiera tienen que ser románticas", explica la que fuera camarera en una relación con el sexo a las órdenes de Julio Medem. "Vemos el amor romántico como algo idealizado pero hay otras maneras de relacionarse y de que dos personas, tres, cuatro o cinco, se encuentren en un punto. Habría que explorar eso". El poliamor.
La filosofía de Paz Vega no hace acopio de moral alguna cuando está metida en la piel de un personaje. Ha matado al actuar y ha pegado a un niño, entre lo más inmoral de sus trabajos que se mete en el bolsillo. "'Lucía y el sexo' fue una película donde arriesgué mucho", introduce al hablar de sus "pecados" sexuales en la pantalla. "Dejé mi moral, mi ética, mi ego aparte para entregarme al personaje y estar a las órdenes de Julio Medem y hacer lo que él me decía. En este sentido, cuando pienso así, me hace ir al trabajo en paz, porque soy libre, no me ato a mis propios pensamientos, a mis propios estándares, a mi propia moralidad".
Juzgar en tiempos convulsos se convierte en una taza de agua caliente, con la cucharita de metal de los prejuicios a punto de reventar en el microondas. Es hora de poner la moral a debate: "Mi sensación es que vamos para atrás. Nuestros abuelos, nuestros antepasados, nuestros bisabuelos eran mucho más amorales, vivían su sexualidad y todo de otra manera. Estamos viviendo en la era de lo correcto, de lo políticamente correcto, de lo que le gusta a todo el mundo y eso nos hace prisioneros, nos está cortando las alas para muchas cosas", explica. "Nos está limitando en muchos aspectos, sobre todo en aspectos creativos. Se podría explorar más, hacer otras cosas, romper tabúes".
De monja a 'fugitiva', pasando por los cinco movimientos
Acaba de colgar el hábito del personaje que, en su opinión, le ha reconectado con el público nacional.. "El volver a mi tierra, rodearme de gente andaluza y compartir el acento y la misma forma de expresarnos me pareció un gran alivio", comenta. Puede que su conexión con Dios no la pierda en su nuevo papel en la televisión española como protagonista de 'Fugitiva'.
Además, la historia del último ángel de 'The OA' aún no ha terminado. Después de que Netflix renovase la serie por una segunda temporada el pasado mes de febrero, Brit Marling y Zal Batmanglij parecen tener todo a punto para empezar a rodar los nuevos capítulos en diciembre, según ha detallado Paz Vega. Así, sabremos más de Renata, una de las partes conectadas de esta enrevesada serie que, por el momento, se guarda las sorpresas bajo la manga con mucho secretismo.
