Tras narrar la historia de un amor imposible en los años 60 en Mali con la formidable 'Mali Twist', Robert Guédiguian regresa a su Marsella natal con 'Que la fiesta continúe'. En cines desde este 25 de julio, de la mano de BTeam Pictures. El cineasta busca ofrecer una mirada optimista sobre el futuro y a las nuevas generaciones. "No soy pesimista ni lo otro, sino un poco de las dos cosas. Pero, para mí, era el momento de narrar una historia con alegría", comparte el cineasta.
'Que la fiesta continúe' narra la historia de Rosa (Ariane Ascaride), quien vive en Marsella y divide su energía entre su cariñosa familia, su vocacional trabajo de enfermera y su compromiso político. Pero a medida que se acerca su edad de jubilación, su ilusión comienza a flaquear. A las puertas de esa edad, se enamora de Henri (Jean Pierre Darroussin) y mientras se da cuenta de que todo el mundo debería tener dos vidas, una para ayudarnos a nosotros mismos y otra para ayudar a los demás, también entiende que nunca es demasiado tarde para cumplir sus sueños.
Un relato que bien podría catalogarse con la otra cara de 'Gloria Mundi', el trabajo previo de Guédiguian situado en su habitual Marsella. Dicha cinta tenía una historia de fuerte denuncia social, pero de claro carácter apesadumbrado. "Realmente, Marsella es una mezcla de las dos películas. En la ciudad, hay jóvenes completamente alienados, perdidos como se dice, y también los hay que son dinámicos y combativos, tal y como se ve en la cinta", expresa Guédiguian en una entrevista para eCartelera dentro del evento Francia está en pantalla, organizado por Unifrance en colaboración con el Instituto Francés de Madrid, que tuvo lugar entre los días 7 y 10 de junio, con el objetivo de impulsar la asistencia de público a producciones audiovisuales de factura francesa.
"Creo que cuando toca realizar una película, hay trabajar sobre uno mismo y evitar ser excesivo. Hay muchas propuestas que son duras tragedias y otras que con pura comedia. A mí me gustaría alternar ambas cosas constantemente, dado que no sólo soy pesimista u optimista", expresa, aunque matiza que "el clima general de la sociedad actual es muy depresivo".
"Hay un clima social depresivo, por eso no deberíamos desanimar a las nuevas generaciones, sino impulsar que hagan cambios"
"De todos modos, diría que casi no deberíamos tener derecho a desanimar todavía más al mundo, sería como si nos estuviésemos regodearnos en las desgracias. Tenemos que reaccionar, mirar al horizonte con ganas de cambiar las cosas", señala. Precisamente, su propuesta cuenta con una poderosa escena de cómo distintas generaciones se unen para pedir la reforma de pisos sociales que están derrumbándose en el pleno centro de Marsella.
"He querido ser lo más honesto posible y dejar que sea el público el que valore lo que le transmite esas escenas. Claramente, hay una manera distinta de hacer política, de hacer acción colectiva. No tiene por qué chocar con la manera de ver esas mismas luchas en generaciones anteriores. Lo importante es preocuparnos por la vida en sociedad, de lo que le preocupa a la gente, no sólo a través de partidos políticos o sindicatos. En este caso, se reflejan cómo asociaciones vecinales se unen para pedir un trato justo y lo hacen a través de acciones tan distintas como la literatura o el teatro", argumenta el cineasta.
Eso no impide que no haya crítica social en su película, esto se ve reflejado en cómo los partidos políticos de izquierda son incapaces de unirse en una lista conjunta. "Es triste que algo tan simple como formar una lista electoral sea algo que casi nunca logramos hacer. Mi personaje llega a un límite. Cuando era joven, ella se encontró sola y tuvo que criar a sus hijos sin ayuda. A pesar de eso, siguió trabajando con la comunidad y siendo muy consciente en el mundo en el que vivía", declara Ariane Ascaride, protagonista del film.
Un director de actores habituales
"Rosa siempre ha querido hacer un mundo mejor, contribuir pero ya tiene una edad y no tiene tiempo para tontería. Por eso, comienza a cansarse. Si las diferentes partes no pueden ponerse de acuerdo, es que quizás no quieren hacer avanzar el mundo. Eso a ella la enfada y eso se puede ver en la película. Esa desesperación es una metáfora de cómo es importante dejar a un lado las diferencias para hacer que las cosas funcionen y dejar de perder el tiempo en discursos de partidos", prosigue.
Guédiguian es famoso por su 'banda de tres', refiriéndose a Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin y Gérad Meylan, quienes han participado juntos en la mayor parte de sus películas. No obstante, el cineasta ha demostrado ser capaz de crear nuevas canteras de actores habituales en su filmografía, como sucede con Robinson Stévenin, Grégoire Leprince-Ringuet, Lola Naymark o Alice Da Luz, esta última nueva incorporación desde que trabajó con Guédiguian en 'Mali Twist'.
"Los cuatro [el director, Ascaride, Darroussin y Meyland] comenzamos a trabajar juntos con la misma edad y nos combinamos muy bien. Pero nos damos cuenta de que envejecemos y que nuestros papeles debían hacerlo también. De ahí, que nos diésemos cuenta que si un personaje tenía más de 45 años, muchas veces no tenía hijos y había que explicar siempre por qué. De ahí, que viésemos la importancia de encontrar a una nueva generación, que nos permitiera narrar historias con personajes de distintas edades", detalla.
"De ahí, que hiciese una película llamada 'El ejército del crimen', protagonizada principalmente por actores jóvenes. Ellos interpretaron a combatientes de la Resistencia francesa y de milicias internacionales que lucharon contra el nazismo en la Segunda Guerra Mundial. Ahí, conocí a buena parte de los actores jóvenes con los que sigo trabajando. Se creó una especie de 'tropa bis'", confiesa el cineasta.
La importancia de Armenia en su cine
Una vez más, la realidad de Armenia y de su diáspora continúa siendo una de las temáticas principales de su filmografía. Guédiguian resalta la importancia de transmitir ese espíritu reivindicativo a las nuevas generaciones. Es más, el director recuerda que Armenia sigue siendo un país asediado por Turquía y, especialmente, por Azerbaiyán, con la que sigue librando una guerra territorial.
"Hay algo que hay que decir que es sumamente importante, por más sea terrible nombrarlo: Turquía no ha reconocido todavía el Genocidio Armenio [el intento el extinto Imperio Otomano de exterminar a la población de origen armenio y que sucedió entre 1915 y 1923, en el marco de la Primera Guerra Mundial, y que provocó entre 600.000 y 2.000.000 de ciudadanos armenios fueran asesinados]. El día en el que Turquía lo reconozca, tocará cambiar la conversación, pero eso no sucede", comenta Guédiguian, quien es de origen armenio por parte de padre.
"Ha pasado más de un siglo y ha terminado convirtiéndose en uno de los elementos identitarios de Europa. Por supuesto, Armenia sigue en lucha. Es un país muy pequeño, pero Turquía sigue acosándolo. Por supuesto, está también Azerbaiyán [recordando el conflicto del Alto Karabaj, finalizado el 1 de enero de 2024 con resultado desfavorable para Armenia, que ha visto cómo el enclave del país ha pasado a manos azeríes]", expresa.
"Pero la comunidad franco-armenia sigue trabajando en defender al país. Por eso, quise hablar también de ello en la película. En mi trabajo como cineasta, la defensa del país de mis raíces es esencial", concluye.
'Que la fiesta continúe' está dirigida por Robert Guédiguian, quien firma el guion junto con Serge Valletti. Protagonizada por Ariane Ascaride. Completan el reparto Jean-Pierre Darroussin, Gérard Meylan, Lola Naymark, Grégoire Leprince-Ringuet, Robinson Stévenin y Alice Da Luz. Con fotografía de Pierre Milon. Producida por Marc Bordure y Robert Guédiguian. Una producción de Agat Films & Cie / Ex Nihilo, France 3 Cinéma y BiBi Film. En cines desde este 25 de julio, de la mano de BTeam Pictures.