Ya está en cines 'Alegría, tristeza', la nueva propuesta de cine español de la semana. Una película dirigida por Ibon Cormenzana, el productor detrás de la cinta ganadora al Goya 'Blancanieves'. 'Alegría, tristeza' narra la historia de un hombre, Roberto Álamo, que tras sufrir un evento traumático es diagnosticado con una rara condición conocida como alexitimia, un trastorno que le ha dejado incapaz de reconocer sus propias emociones ni las de los demás. La película también cuenta con la actriz Manuela Vellés, que da vida a una psicóloga que tratará de devolver al protagonista la capacidad de sentir.
Hemos tenido la oportunidad de hablar con ambos actores acerca de sus papeles y su experiencia en el rodaje del proyecto. Además de otros muchos temas como la representación de las enfermedades mentales en el cine.
Hablando acerca del proyecto, Vellés nos dejó un par de apuntes acerca de qué clase de película es 'Alegría, tristeza', entre las que destaca su uso del "género-híbrido" al que Vellés ha bautizado como "drama-thriller". Aunque aquellos que quieran saber a qué se refiere la actriz exactamente van a tener que ver la entrevista completa.
Por su parte, el actor nos ha hablado acerca de la responsabilidad que conlleva interpretar un papel en el que tiene que representar un trastorno mental real. Además, Álamo nos cuenta la forma en la que lee los guiones, tratando de imaginar y crear a los personajes a los que interpreta.
'Alegría, tristeza', un proyecto de Rakuten Films
La película es el primer proyecto español distribuido por la plataforma de VOD Rakuten. Por lo que podría decirse que 'Alegría, tristeza', es un proyecto pionero en este ámbito.
Durante la entrevista, Vellés y Álamo también nos han hablado sobre cómo es trabajar con estos nuevos modelos de distribución y los cambios que este tipo de plataformas conllevan en la forma de consumir cine.
'Alegría, tristeza' ya está en las salas de nuestro país. A aquellos que tengan interés en ver la película, les aconsejamos que vean primero las entrevistas.
10 películas sobre trastornos mentales
Trastorno sexual ('La Pianista')
Basándose en la novela de Elfriede Jelinek, Michael Haneke lleva al Festival de Cannes, 'La Pianista' película en la que muestra cómo es la mentalidad de Erika (Isabelle Huppert), una virtuosa profesora de piano que presenta ciertas excentricidades relacionadas con la sexualidad. Podría llegar a pensarse que la actitud que el personaje de Huppert tiene ante la vida - la de una mujer inteligente y fría que no va a dejarse dominar por los sentimientos- es la causa de los comportamientos que tiene durante el filme y que realmente no padece un desorden mental relacionado con el sexo.
Sin embargo, esto no es así. Erika padece lo que se conoce como un trastorno de sadismo sexual y consigue reflejarlo durante toda la película: desde su postura hacia cierto tipo de pornografía, lo cual no hay que confundir con el voyeurismo, porque la pianista accede únicamente a contenidos pornográficos explícitos en los cuales la mujer está siendo maltratada y utilizada; hasta la relación que desarrolla con su alumno e incluso la que vive día a día con su propia madre.
Sus principales motivaciones son la humillación y la violencia. La durísima escena que protagonizan la pianista y su madre en la cama de ésta última, es un claro ejemplo del daño psicológico que puede llegar a causar. Por otro lado, estas intenciones también se ven reflejadas en el final del filme cuando es agredida por su alumno Walter, al cual lleva hasta la locura para acabar provocándole un sentimiento de odio hacia ella y llevarlo a la desesperación.
Psicopatía ('Tenemos que hablar de Kevin')
'Tenemos que hablar de Kevin' comienza con la decisión de Eva de tener un hijo sin quererlo realmente. Una vez que da a luz a Kevin, la película se centra en mostrar el desarrollo que vive el niño y la interacción que tiene con el resto de personas, sobre todo con sus familiares, desde que el día de su nacimiento hasta que cumple 16 años de edad. Durante la infancia del pequeño, puede verse que su madre no es la mujer perfecta para asumir todo lo que conlleva la maternidad y, de forma un tanto explícita, deja de lado a su hijo.
Sin embargo, el propio niño, Kevin, también rechaza a su madre y, a medida que van saliendo otros personajes en la película también acaba mostrándose reacios a tener sentimientos hacia ellos. Podría verse como un resultado a no tener el amor materno necesario pero la lectura de este filme puede llegar mucho más allá. Lo interesante es cómo refleja la psicopatía desde el momento que aparece Kevin en la pantalla. No presenta un trastorno de personalidad antisocial que haya empeorado con el paso de los años, la relación afectiva con su madre no supone un motivo real para generar una brecha dentro de su mente que lo convierta realmente en lo que acaba siendo.
Kevin es manipulador, encantador y cruel a partes iguales. No quiere a nadie y sabe demostrar lo contrario cuando desea obtener algo a su beneficio o engañar al resto. No presenta ni una pizca de empatía pero sabe introducirse a la perfección dentro del cerebro de cualquiera y dominar la situación. Y esto va mucho más allá del rechazo recibido por parte de su madre. La maldad que presenta el personaje de Ezra Miller durante toda la película, dista mucho de un rechazo infantil o de una falta de afecto. Es completamente diabólica.
Trastorno límite de la personalidad ('La herida')
La película de Fernando Franco utiliza a Ana, una atormentada joven de 28 años que trabaja conduciendo una ambulancia, para contar, haciendo uso de una narración fría y violenta, qué es el trastorno límite de la personalidad o lo que, de forma más coloquial, se denomina trastorno fronterizo o borderline.
Casi como si fuera un espejo, el director consigue retratar el dolor, el sentimiento de abandono y el sufrimiento que llega a sentir una persona que es consciente de que algo va mal pero no es capaz de averiguar de qué se trata. Esto lo consigue de dos formas, una de ellas es mostrando a los espectadores cómo es el comportamiento de Ana con respecto a los demás y cómo es la relación que tiene consigo misma. La actitud del personaje de Marian Álvarez -aunque en el escenario laboral si muestra estabilidad y no se perciben estos problemas- en la vida social se resume en excesos, descontrol, cambios bruscos de humor y arrebatos de ira con lo que hace difícil poder mantener una conversación con ella. Por otro lado, cuando se dan estas situaciones, Ana vive grandes momentos de ansiedad y considera que la autolesión -'La herida'- es la forma idónea para sofocar los dolores internos al mismo tiempo que no deja de cargar su frustración de seguir viva y ser así con la persona que más puede llegar a odiar en el mundo: ella misma.
Las personas, en algunas ocasiones, desarrollan este trastorno por sufrir un abandono cuando todavía están en la edad infantil, como es el caso de Ana, que fue abandonada por su padre. Y al crecer se vuelven personas totalmente dependientes que no saben manejar sus sentimientos ni mostrarlos al resto, lo único que necesitan es no sentirse dejados nuevamente y no estar solos.
Esquizofrenia paranoide ('El quimérico inquilino')
'El quimérico inquilino' es una de esas películas que cuando acaban nos hace preguntarnos: ¿qué ha pasado? Los sucesos por los que pasa Trelkovsky tras mudarse a una nueva casa, en la cual murió su anterior inquilina y la relación que desarrolla con sus vecinos, los cuales parecen querer hacerle la vida imposible al protagonista sin ni siquiera conocerlo, dejan al espectador con esa sensación.
Respetando el conjunto de opiniones que puede existir sobre esta película, las diferentes interpretaciones, preguntas sobre el final e, incluso, la posibilidad de que estemos ante un problema filosófico relacionado con la suplantación de la personalidad, lo que si queda realmente reflejado son una serie de situaciones con las que tiene que vivir una persona con esquizofrenia paranoide día tras día, entre las que destacan los delirios, las autolesiones y la sensación de estar siendo observado y engañado de forma constante.
La película, mientras narra el tormento que vive una persona constantemente, consigue alcanzar el verdadero terror psicológico. El protagonista constantemente cree estar siendo engañado y perseguido por los vecinos, llega a pensar que éstos quieren hacerle algo mal desde el primer momento que llega a su nuevo edificio. A medida que la historia avanza, Trelkovsky comienza a estar intranquilo hasta dentro de su propia casa y empieza a pensar que la muerte de la anterior inquilina tiene que ver con él. Otros síntomas de esta enfermedad como el aislamiento o la difusión de los límites entre los demás y uno mismo se muestran también de forma explícita durante la película.
Síndrome de Asperger ('Millennium')
Normalmente, el síndrome de Asperger se ha llevado a la pantalla haciendo uso de personajes cómicos como Abed de 'Community' o Sheldon Cooper porque quienes padecen esto tienen síntomas que en clave de humor, quizás puede llegar a funcionar como ficción: dificultad para interactuar con los demás, carencia de empatía, no conocer qué es un doble sentido... No hay nada malo con que exista un personaje que tenga síndrome de Asperger en una sitcom pero, quizás, si el espectador sólo se limita a verlo en estas situaciones consiga tener un poco de desconocimiento de lo que realmente es esta enfermedad.
El síndrome de Asperger se sitúa dentro del trastorno del espectro autista, por lo que, aunque en reglas generales, los que padecen esto presenten síntomas comunes entre ellos, estas personas pueden llegar a diferenciarse muchísimo las unas de las otras. Por ello, ahora no vamos a hablar de Sheldon Cooper sino de Lisbeth Salander.
La hacker más conocida del mundo del cine y la literatura es un genio con los números y con los ordenadores, es inteligente pero no sabe relacionarse de forma correcta con las demás personas, no conoce los códigos de conducta y no consigue interpretar con exactitud lo que le suelen decir y tiene una memoria fotográfica prodigiosa. Es más, cuando en la primera película Mikael Blomkvist hace referencia a la capacidad que tiene para memorizar todo lo que ve y la halaga, su forma de reaccionar es la de marcharse ofendida y casi que sufriendo una crisis nerviosa. En las películas, al contrario que en los libros, el Asperger no se menciona, pero la actitud del personaje está basada en la del literario, que no puede negarse que padezca este trastorno. En el segundo libro, se llega a mencionar que quizás no lo padezca y esto puede llevar a varias interpretaciones diferentes sobre esta afirmación. Sin embargo, es muy probable que el desconocimiento, la mala información que existe sobre el tema y la falta de un diagnóstico -en el personaje- es lo que haya derivado en esa mención de la segunda novela.
Anorexia nerviosa ('Cisne negro')
Quizás esta sea una de las películas con las que más cuidado hay que tener a la hora de hablar. La característica o definición más clara y básica de la anorexia es conocida por todo el mundo y es la restricción de ingesta de alimentos debido a la distorsión de la propia imagen corporal que sufre el afectado. La obsesión por mantenerte por debajo de un peso específico hará que, aparte de dejar de comer, el enfermo gaste las pocas energías que tiene en hacer deporte de forma insana. Todos los esfuerzos y las restricciones hacen que, poco a poco, la persona anoréxica se vuelva más exigente consigo misma, queriendo alcanzar la perfección. Esto suele ir acompañado de una baja autoestima que repercute en esta lucha.
Cuando se habla de 'Cisne negro' podría hablarse de que Nina, la protagonista de la película, sufre más trastornos e, incluso, si no pensamos en todo lo mencionado anteriormente, podría llegarse a pasar por alto la anorexia como tal. Ella es bailarina de ballet clásico y por motivos de trabajo debe mantenerse en una talla específica. Las escenas donde pueden verse los huesos de su espalda mientras ensaya, o la única vez que se muestra comida en la película, la cual no duda en rechazar y mirar con cierto desprecio, son muy sutiles comparadas a otros momentos del filme donde, de forma explícita, vemos que Nina ha perdido el sentido de la realidad.
Desde el primer momento, Nina es mostrada como una mujer obsesionada con la perfección, no tiene vida más allá de la danza y entrena día y noche sin descanso de manera enfermiza. La cosa se complica cuando, después de tantos esfuerzos y tanta autoexigencia, le dicen que ella no es capaz de interpretar el papel de 'Cisne negro' y ahí es cuando todo comienza a ir a peor, cuando pierde el sentido de la realidad que mencionábamos. Si a la baja autoestima y la autoexigencia, le sumas un no, el resultado puede ser desastroso y eso es lo que se ve en la película.
Nina acaba sintiendo tanto rechazo consigo misma y ha maltratado tanto su mente y su cuerpo durante toda su vida que descubrir que, no importa lo que luche, ni las restricciones que tome, siempre va a existir un no, hace que caiga en el abismo. El personaje interpretado por Natalie Portman no puede aceptar esto y se magnifica lo que lleva forjando toda su vida: el odio y la enemistad consigo misma. El maltrato constante y la ansiedad por la que se obliga a pasar, hace que, subconscientemente quiera huir de ella y de su cuerpo. De esta forma, se explican las escenas en las que se desdobla y es una persona completamente diferente que la persigue hasta el final de la película.
Depresión ('Anticristo')
'Anticristo' es la película de esta lista donde más se reflejan los síntomas de la enfermedad o trastorno correspondiente. El principal motivo de esto es que la historia que se cuenta gira en torno a la depresión por la que pasa una madre cuando, de manera accidental, su hijo se cae por la ventana. Sin embargo, lo característico de este filme es que la tristeza y la melancolía, así como el odio y la desesperación que van surgiendo no sólo se muestran en el personaje interpretado por Charlotte Gainsbourg sino en los diferentes paisajes que se encuentran en el entorno.
Después de la trágica muerte de su hijo, el matrimonio sin nombre -el único que tiene nombre en la película es el niño, Nic- viaja a una cabaña en mitad del bosque como parte de una terapia con la que el marido quiere ayudarla a superar lo ocurrido y que pueda, algún día, continuar con su vida. Sin embargo, a medida que va pasando el tiempo, parece que la depresión se va instalando más en ella y la culpa nunca dejará de perseguirla. Ella se va haciendo más pequeña y sus temores y traumas salen de su cuerpo para instalarse en el bosque que, poco a poco, empieza a convertirse en un lugar peligroso, rodeado por la niebla, animales salvajes y flora muerta.
Sin tener en cuenta, los elementos más paranormales que ayudan a ambientar esta historia y a transformarla en una verdadera obra de terror y sin empezar ningún debate sobre qué cuenta el final de esta película, el deterioro de los escenarios y el encontrarte sumergido en un bosque donde puedes ser atacado en cualquier momento, en donde no tienes a nadie a tu alrededor, es una forma de entender lo que vive una persona con depresión en su día a día, cuando su estado de ánimo se refleja en todos los objetos y acciones cotidianas con las que se encuentran y que van hundiendo a uno, cada vez, un poco más.
Psicosis ('Mulholland Drive')
Probablemente, conociendo a David Lynch y su gusto por que todos sus espectadores se coman la cabeza para interpretar qué están viendo, nadie incluiría esta película dentro de ningún tipo de lista más allá de 'Películas inentendibles, infumables, o que juegan contigo'. Sin embargo, olvidando todo esto durante un momento, esta película puede llegar a aportar todas muchas de las facetas que llega a vivir una persona psicótica en algún momento de su vida.
Quizás para entender estos paralelismos con la psicosis, uno ya ha tenido que ver la película previamente. Para empezar, hay que dejar a un lado la idea de la existencia de dos realidades, dos mundos o dos sueños y, por supuesto, centrarnos en el personaje que sufre la enfermedad: Diane (Betty). Curiosamente, uno de los síntomas principales de este trastorno es la posibilidad de que interpreten la realidad de una forma errónea, llegándose a creer que un sueño ha sido algo real que han vivido, inventarse grandes tramos de su vida e, incluso, pueden llegar a olvidar quiénes son. Detrás de esta característica van seguidas otras dos: las alucinaciones que pueden ser auditivas o visuales y los cambios repentinos de humor donde se llega a pasar de un extremo a otro en cuestión de segundos.
Diane es una mujer desgraciada, llega a Hollywood con muchísima ilusión con intención de ser una gran actriz y, finalmente, acaba haciendo un papel secundario en una película protagonizada por Camilla. Después del duro golpe, parece que todo se calma porque tiene una nueva motivación: Camilla. Ambas inician un romance que se ve frustrado cuando Camilla comienza a sentirse atraída por el director de la película en la que ambas trabajan. Y aquí comienza la locura de Diane, la envidia, los celos y el odio por los causantes de sus fracasos -Camilla y el director- comienza a crecer hasta conseguir nublarle completamente la realidad. Pasar del llanto a la excitación -la escena en la que, después del rechazo de Camilla cuando le dice que ya no van a tener más sexo, Diane pasa de romper a llorar a masturbarse-, la completa alteración de la realidad que se puede ver en la más de la mitad de la película, donde tiene otro nombre -Betty, nombre que coge la camarera cuando se cita en el Winky's con Camilla-, otra casa -donde se encuentran un cadáver-.
Los remordimientos que siente cuando se entera de que Camilla ha sido asesinada por los sicarios que ella misma contrató en pleno brote psicótico culminan con la aparición de otro más, en el que ve a unos ancianos espectrales -alucinaciones- correr hacia a ella antes de que acabe suicidándose.
El duelo ('Tres colores: Azul')
El duelo es un estado psicológico que, aunque no sea permanente o no pueda considerarse un trastorno como tal, que debe pasar el afectado tras haber perdido a alguien. Es una alteración psicológica que afecta al día a día de la persona que lo sufre y llega a afectar, en mayor o menos medida, a sus capacidades mentales, estado de ánimo y concentración durante el tiempo de duración. Es más, la existencia del duelo y la superación de éste es la única forma de no desarrollar problemas emocionales a largo plazo.
'Tres colores: Azul' cuenta la historia de Julie, una mujer adulta que sufre un accidente del coche estando con su marido y su hija y donde ella es la única superviviente. La película mostrará como Julie tiene que alejarse, poco a poco, y cómo finalmente consigue situarse fuera de lo que tenía, lo que le dejará empezar su nueva vida. La negación, la primera de las fases del duelo se muestra latente desde el principio del filme. "¿Por qué llora?", le pregunta Julie a su sirvienta, "Lloro porque usted no llora", le contesta ella. La imposibilidad de desahogarse y el abandono de la que había sido su casa, es el comienzo del largo camino que le queda por recorrer.
La ira, la negociación, la depresión y la aceptación van viniendo de forma consecutiva en forma de sutiles golpes o elementos que se esconden en la película. La rabia contenida comienza a brotar cuando se desprende de todas las obras de música compuestas por su marido, quien había sido un virtuoso pianista. Más adelante, comenzarán las acciones en las que decide desprenderse de todo -como, por ejemplo, su madre o su amante- para estar de verdad completamente sola y poder buscar por sí misma esa luz que la saque de allí.
Con las emociones a flor de piel, pasará de la negociación a la depresión, aprovechando los diferentes momentos de completa soledad en su casa. Sin embargo, no se deja arrastrar por ella, la oculta como si fuese un tesoro y no deja que las nuevas personas con las que ha comenzado a interactuar, conozcan la relación que tiene las dos. La aceptación finalmente en esta preciosa película se muestra una vez que, todo ya parece haber alcanzado un orden y donde ella misma se da cuenta que la solución no es alejarse de todo lo que tenía, ni guardar rabia dentro por las cosas que no se pueden controlar.
Trastorno de la personalidad por evitación ('Olvídate de mí')
'Olvídate de mí' nos muestra la historia de Joel, que descubre que su anterior novia Clementine ha pedido que le borren la memoria para olvidarse de él completamente. En un arrebato de ira, él actúa de la misma forma. En un momento determinado, uno de los personajes principales de la película tiene sus recuerdos completamente borrados y otros a medio borrar, donde descubre que realmente no quiere olvidarse de ella.
Quizás, a la hora de ver esta película, uno no se pare a analizar todos los elementos de la relación anterior que es mostrada en modo de flashback desordenados, pero si lo hiciese uno puede notar que algo en Joel es extraño desde el principio. Se muestra introvertido, melancólico y depresivo desde el inicio de la película. Sin embargo, se enamora de Clementine, a quien parece idealizar desde el momento número uno. Clementine es una persona normal, con sus idas y venidas, no es ningún ser perfecto en el que apoyarte de forma dependiente. Las dos personalidades no son compatibles en ningún momento. Por un lado, Clementine necesita una persona alegre que la acompañe en su vida, mientras que, Joel, idealiza un concepto que no es y cuando descubre esto, el amor no tarda en convertirse en algo tóxico y enfermizo. Por otro lado, el personaje interpretado por Jim Carrey parece que simplemente quiera arrastrarla con él a su mundo depresivo.
Si Joel padece o no un trastorno mental no es algo que se confirme en ningún momento de la película. Sin embargo, con la información que se nos da del personaje, las similitudes con las características principales del trastorno de la personalidad por evitación son realmente llamativas. Las personas que padecen este trastorno son tímidos y no suelen acercarse a la gente, no suelen tener amigos ni parejas pero sí es algo que desean y fantasean con la posibilidad de encontrar a la persona perfecta e imaginar el futuro idílico juntos a ella. Su sentimiento de inferioridad puede llegar a hacerles ser realmente críticos y duros con los demás con tal de no ser lo que esperaban o con la intención de alejarlos de su vida.
Es la película en la que menos claro está el trastorno, pero lo que si que es cierto, es que existe un parecido en el esquema del desarrollo mental de este personaje que culmina con una de las escenas finales, en donde se muestra una grabación en la que Joel define a la que fue su pareja como un ser horrible, que mantendría relaciones sexuales con cualquiera, que no es inteligente, en donde realmente se ve que tuvo interés por el ideal con el que él fantaseó y no por la persona que realmente es ella.