Llega a los cines 'El reino', la que promete ser una de las películas españolas del año. Un filme que se adentra en las zonas más oscuras de la corrupción política, en la que Antonio de la Torre se convierte en un vicesecretario autonómico que ve su mundo caer cuando se filtra una trama de corrupción en la que él sale salpicado. Película que se adentra, en la parte más oscura del sistema político español y que promete ser un nuevo éxito en la carrera del director Rodrigo Sorogoyen.
Hemos podido entrevistar al director y coguionista y a Isabel Peña, la otra guionista de la película y estrecha colaboradora del cineasta, al haber coescrito los guiones de sus anteriores trabajos, 'Que Dios nos perdone' y 'Stockholm'. Una película que, pese a su premisa, no tiene intención de remover conciencias. "Me parece una cosa muy grandilocuente. Nos colocaría en un sitio muy soberbio, creo. [...] Queríamos hacer una película con dos capas, que sea entretenida para el público y que hable de una realidad como es la corrupción", comenta Sorogoyen. De hecho, según la coguionista Isabel Peña, la intención del filme es "un toque de atención" a la clase política. "Hay que reflexionar, analizar y abrir la mente", comenta.
"Hay una desvinculación total entre los políticos y la gente de a pie"
Porque, efectivamente, el filme no tiene ningún complejo a la hora de retratar la corrupción, un tema que, tristemente, sigue siendo de rabiosa actualidad en la realidad política española. "Nunca es tarde para hablar de corrupción. Siempre está que se hable de ella. ¿Qué se podía haber hecho antes? Por supuesto. Pero mejor ahora que nunca", comenta Sorogoyen, que considera que "ya no hay diálogo entre la clase política y los ciudadanos". "Hay una desvinculación total entre los políticos del Parlamento y el senado y la gente de a pie", comenta.
La película tuvo el consejo de varias figuras políticas, como la de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. "Tuvimos dos encuentros con ella, Antonio de la Torre y yo", declaró el director que, ante la pregunta sobre si hay políticos interesados en ver la película, Sorogoyen comentó que Andrea Levy, del PP, "quiere verla y la va a ver" y que confía en que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "haga los deberes" y vea la película antes de los Goya.
Isabel Peña, ante la pregunta sobre convertirse ella en directora de una película, la guionista comenta: "No, solo me interesa la dirección desde un punto de vista de guionista y espectadora. Hay mucha gente que piensa que está muy relacionado el oficio de director con el de guionista, pero, para mí, en absoluto".
'El reino' se estrena este 28 de septiembre en salas españolas de la mano de Warner Bros.
Las mejores interpretaciones de Antonio de la Torre
'AzulOscuroCasiNegro'
Tras una importante cantidad de trabajos previos, Antonio de la Torre se consagra con 'AzulOscuroCasiNegro', deslumbrante debut en el largometraje de Daniel Sánchez Arévalo, cineasta con el que repetirá en sucesivas ocasiones, formando una dupla perfecta. En esta ocasión, partiendo de un personaje extremo que esconde múltiples matices, el actor consigue una interpretación mayúscula basándose especialmente en sus gestos corporales y aportando una ternura insospechada.
Desde su primera aparición, ya entendemos la situación vital de Antonio, así como su relación con el resto de personajes que lo rodean y marcan para siempre. Una virtud que nace desde un guión impecable al que el actor engrandece con suma facilidad. Un trabajo que le valió el Goya a Mejor Actor de Reparto y el Premio entregado por la Unión de Actores en dicha categoría. Justa recompensa.
'La gran familia española'
De nuevo, Daniel Sánchez Arévalo. Tras repetir con él en la estupenda 'Gordos' y 'Primos', la cima del cineasta madrileño, Antonio de la Torre vuelve a participar en 'La gran familia española', una propuesta cien por cien reconocible dentro del universo del director de 'AzulOscuroCasiNegro'. Una apuesta por las historias colectivas, los puzzles narrativos con final feliz y nudos en la garganta y los giros imprevisibles que se suceden sin descanso en una película ligeramente infravalorada que, ojalá, el paso del tiempo se encargue de revalorizar.
En cualquier caso, si hay un elemento que no se ha discutido en ningún momento a la hora de situarlo en la lista de virtudes, ese es el trabajo de un reparto inspiradísimo que se entrega al cien por cien con la propuesta y en el que destaca, una vez más, Antonio de la Torre. Con un personaje mucho más complejo de lo que pueda parecer en un primer visionado, el actor muestra su compromiso total con la historia aportando siempre detalles extra de calidad, profundizando mucho más allá del estereotipo y consiguiendo instantes de una naturalidad y sencillez que conmueven. Una interpretación mayúscula dentro de un conjunto repleto de aciertos.
'Tarde para la ira'
Quedan poco más de dos meses para que 2016 llegue a su fin, dejando una cosecha cinematográfica de grandes trabajos a sus espaldas. De momento, y a falta de que suene el pitido final, en el contexto del cine español tenemos una clara ganadora: 'Tarde para la ira', espectacular debut tras las cámaras de otro actor imprescindible, Raúl Arévalo. Una propuesta que roza el término obra maestra con la punta de los dedos y que supone toda una declaración de intenciones por parte de un cineasta que se intuye esencial, diferente de verdad. Y, entre los múltiples elementos que consiguen que la alabanza grandilocuente esté plenamente justificada, está Antonio de la Torre.
Una interpretación que, sumada a los impecables trabajos de Ruth Díaz y Luis Callejo, terminan por redondear un conjunto realmente apabullante. En el caso de nuestro protagonista, el actor malagueño consigue alcanzar cotas insospechadas de desolación con los gestos mínimos, arrasando con una mirada de fuego en la que se mezcla la sed de venganza y el dolor por la perdida, la injusticia y el disparo seco, la soledad inevitable y las máscaras necesarias para sobrevivir. La enésima lección de un gigante.
'Balada triste de trompeta'
Cuando hablamos de 'Balada triste de trompeta', lo estamos haciendo de, atención, la película más excesiva de Álex de la Iglesia, ese director genial que, como si del típico colega se tratara, se empeña en que salgas un ratillo para terminar metiéndote un festival en toda regla, volviendo al amanecer con la sensación de haber disfrutado de la noche definitiva, la parranda eterna. En este caso, su película más personal y atrevida hasta la fecha resulta ser, al mismo tiempo, su trabajo más infravalorado, criticado por el simple hecho de intentar ir más allá del tópico, forzar la máquina hasta el propio límite del vértigo.
Para que una propuesta de estas dimensiones (voluntarias) termine funcionando se necesita, entre muchas otras cosas, la complicidad absoluta de un reparto que, si realiza otra cosa que no sea entregarse en cuerpo y alma, puede terminar hundiendo por completo todo el barco. Afortunadamente, cuando cuentas con un actor como Antonio de la Torre, todo es mucho, muchísimo más sencillo. Así, nos encontramos con una interpretación que, al igual que el resto del conjunto, consigue hacer equilibrio al borde del abismo, aterrorizando y conquistando al mismo tiempo. Lo repeles, pero no puedas dejar de observarle. Puro magnetismo.
'Caníbal'
Participemos en el estúpido juego de buscar la mejor interpretación de la carrera de Antonio de la Torre. Bien, si me obligas a mojarme, yo lo tengo claro: 'Caníbal' es la respuesta. Y es que el director Manuel Martín Cuenca, cineasta con el que el actor repetirá el año que viene con 'El móvil', consiguió dar forma a una película de belleza arrebatadora, capaz de hipnotizar al espectador desde el hielo para crear en su interior una permanente sensación de inquietud, perturbando con cada imagen, enamorando con cada plano.
Un estilo visual sofisticado y elegante hasta decir basta que, además, contó con la complicidad de un intérprete entregado a un personaje repleto de secretos, temores y soledad. Carlos, un sastre que convive con el éxito en Granada, es el citado caníbal, un devorador de mujeres desconocidas con las que no tiene ninguna unión emocional. Es el trato personal que tiene consigo mismo. Sin embargo, todo cambiará cuando conozca a Nina, una chica llegada de Rumanía que busca a su hermana gemela, desaparecida días atrás. Un punto de partida que cumple con las expectativas depositadas y que tiene en la interpretación de Antonio de la Torre uno de esos ases en la manga que te permiten ganar con solvencia. Un trabajo contenido y deslumbrante. Una cima.
'Gordos'
Si hablamos en términos de 'injusticia', y pongamos muchas comillas por si acaso, a la hora de hablar de la manera en la que la crítica trató 'La gran familia española', última película de Daniel Sánchez Arévalo hasta la fecha, el caso de 'Gordos', la segunda película del director, es aún más flagrante. Y es que, esta colección de historias protagonizadas por alguno de los personajes más redondos, sin chistes, que han salido de la mente del cineasta madrileño es su película más ambiciosa hasta la fecha, valor extra dentro de una trayectoria repleta de aciertos. Alejado de los lugares más fáciles que el éxito de su debut le había propuesto, Sánchez Arévalo decidió doblar la apuesta con un resultado mucho más notable de lo que se recuerda.
Sirviéndose de un reparto en permanente estado de gracia, el director y guionista compuso toda una sinfonía sobre la inseguridad, las caretas de la sociedad, la inconformidad, el miedo y los prejuicios que sigue brillando hoy como el primer día. Entre sus mejores bazas se encuentra, en un destacado primer puesto, la interpretación protagonista de un Antonio de la Torre que se entregó en alma y, especialmente, cuerpo para entrar en un personaje inolvidable que supuso un paso más allá en su carrera. Mucho más que una transformación física. Un compromiso total con la historia que tuvo un grandioso resultados.
'Grupo 7'
Si la unión entre Antonio de la Torre y Daniel Sánchez Arévalo nos ha regalado alguno de los mejores momentos de la carrera del actor malagueño, no es menos importante su relación profesional con uno de los grandes directores de nuestro país, Alberto Rodríguez. Antes de deslumbrarnos con 'La isla mínima', el cineasta ya contó con el actor en 'Grupo 7', vibrante y contundente thriller que nos transportaba a la Sevilla más oscura y marginal de finales de los 80. Allí, nos presentaban a un conjunto de personajes tan duros como entrañables, perdidos en medio del caos pero con ideas tan claras como sus miedos, que arrebataban el corazón del espectador gracias al trabajo de los intérpretes que les daban vida.
Y ahí es donde destaca la labor que Antonio de la Torre desarrolló con el inolvidable Rafael, un policía que hace de la arrogancia su bandera y que sirvió para que el actor desplegara todo su arsenal de carisma y personalidad. Robaba cada plano, se apoderaba de cada escena, conseguía captar tu atención con su sola presencia, llenando la pantalla como solamente lo hacen aquellos artistas privilegiados que, sin hacer más ruido que el necesario, conquistan a la primera de cambio. Una de las mejores películas en las que ha participado y una de las interpretaciones más memorables de su carrera.
'La isla mínima'
'La isla mínima' se ha convertido, con el paso del tiempo, en aquello que ya se podía intuir desde el mismo día de su estreno: un clásico con todas las letras. Una película que se suda, se sufre, se vive, se bebe, se analiza y, horas después, se instala en las entrañas gracias a alguna de las escenas más arrebatadoras que se recuerdan por estos lares. Un trabajo de personalidad tan arrolladora que, además de aguantar todo tipo de comparaciones, se eleva como thriller perfecto, de un talento tan contundente que abruma.
Con dos interpretaciones protagonistas portentosas de la mano de Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez, 'La isla mínima' contaba también con un conjunto de secundarios esenciales para la construcción y desarrollo satisfactorio de su argumento. Y ahí es donde aparece Antonio de la Torre para, en cuestión de minutos, ofrecer un auténtico recital, hipnotizar al espectador y mantener una alerta permanente. No importa que el papel tenga más o menos relevancia, que la duración en pantalla sea mayor o menor, hablamos de un actor que, insisto, nunca falla.