Producido por Enrique López Lavigne y Enrique Cerezo, llega 'Sesión Salvaje', documental dirigido por Paco Limón y Julio César Sánchez, y el cual rinde el tributo que se merece al cine de explotación surgido en nuestro país hacia finales de la década de los sesenta. Vigente hasta los primeros años de los ochenta, lo que podría parecer un conjunto de géneros diferentes, se puede comprender como una extraña forma de convivencia de varios estilos que estuvieron unidos por una forma de entender el séptimo arte puramente de batalla.
Aquella amalgama de géneros entre los que nos encontramos el western, el terror, el cine quinqui y la comedia, podría resultar caótica, sin embargo será por cómo llegó a nuestros cines y a través de las experiencias de quienes participaron en ellas, que iremos descubriendo que bajo aquel caos, hubo en realidad una industria incipiente a la que pronto le cortaron las alas. Con motivo de su estreno en cines y tras su paso por festivales como el de Sitges o el mexicano Mórbido, hemos podido charlar con Julio César Sánchez, uno de sus directores.
eCartelera: ¿Cómo surge 'Sesión Salvaje'?
JCS: Surge por la necesidad de hacer un homenaje a esta gente y a la gente que hizo estas películas. Nosotros somos fans, hemos crecido con ellas. Algunas de ellas las vimos de niños y nos impactaron mucho. A escondidas veíamos 'Mis terrores favoritos' de Narciso Ibáñez Serrador. Todo viene de ahí.
eC: ¿Cómo se le intenta dar orden a ese caos del exploit?
JCS: Intentamos guardar el sentido cronológico, pero fueron como modas que se superponían entre ellas, es verdad que el groso de cada uno de estos movimientos son consecutivos. El documental explica por qué se hace de un inicio western y terror: porque son los productos más fáciles de vender fuera de nuestro país. Una vez terminada la dictadura, llega el destape, y el cine quinqui viene a contar también el momento social que se está viviendo en la época.
eC: Muchos de los participantes recuerdan con cariño aquella etapa. ¿Os habéis encontrado con alguna persona que no haya querido participar?
JCS: Se dice el pecado pero no el pecador. Teníamos muchas ganas de trabajar con una persona que nos dijo que no quería estar asociada a este tipo de cine, aunque se trataba de alguien con pelis más que dignas. Ahí es donde volvemos a lo que siempre ha ido ligado a este tipo de films, ya que siempre nos hemos encontrado que está mucho mejor valorado fuera de nuestro país que dentro, como en los casos de Paul Naschy o Jesús Franco, directores de culto en Estados Unidos, o los casos de 'Mil gritos tiene la noche' y 'Pánico en el Transiberiano', que dieron mucho más dinero fuera de nuestro país y se convirtieron en éxitos.
eC: ¿Cuánto ha sido el tiempo de producción?
JCS: Desde que nace el proyecto, han pasado diez años. Hace ya cuatro desde que nos pusimos en serio y empezamos a grabar. Desde que comenzamos, se nos han ido tres entrevistados, así que imagina... Luego ya viene todo el tema de solicitud de derechos, lo que es bastante costoso y por lo que hay que pasar una serie de aspectos burocráticos, ya que los derechos de algunas de estas películas están en un limbo, como por ejemplo nos pasó con todos los cortes que queríamos incluir de 'Coto de caza' de Grau o de 'El huerto del francés' de Naschy.
eC: ¿Cuáles son vuestras corrientes predilectas de aquella época?
JCS: Paco te diría que se decanta por el cine quinqui, mientras que yo lo hago por el fantaterror. Mi pasión nace gracias a joyas como 'Pánico en el transiberiano', '¿Quién puede matar a un niño?' o 'No profanar el sueño de los muertos', la cual me parece una de las mejores películas de zombies de todos los tiempos. De Paul me quedaría con 'El jorobado de la Morgue' o 'El carnaval de las bestias'. De Piquer Simón, con 'Slugs', aunque 'Mil gritos tiene la noche' sigue siendo genial. Como curiosidad, nosotros fuimos los responsables de los extras de la magnífica edición que editó Arrow Video hace unos años.
eC: ¿Tenéis algún referente en el campo de los documentales sobre cine de terror?
JCS: 'Not quite Hollywood' es nuestro máximo referente en cuanto a ritmo y estilo. Encima, nosotros teníamos dictadura y censura, por lo que no comprendíamos cómo no había algo así hecho con el cine español. De ahí surge el germen. Después, la historia de cada uno de los entrevistados es la que va dando forma a la historia general del documental.
eC: Es curioso cómo ellos van dando forma a 'Sesión Salvaje', sobre todo contando cómo fueron aprendiendo la forma de hacer cine que tenían quienes venían de fuera.
JCS: Claro, aquí se hacía cine, pero los medios eran los que eran. De pronto nos encontramos con una industria con medios suficientes como para poder enseñar a los que hacían pelis aquí cómo se hacían las cosas "bien". Así es como nos encontramos de repente con alguien como Carlo de Marchis, responsable de efectos especiales de 'Alien, el octavo pasajero' y 'Conan, el bárbaro (1982)', encargándose de los efectos de 'El pico 2'. Es maravilloso.
eC: En el momento de máximo apogeo, llega la Ley Miró y este tipo de cine desaparece. ¿Cuánta culpa crees que tuvo dicha ley para que desapareciese el exploit?
JCS: Es una mezcla de ambas, hay que tener en cuenta que el cine de explotación también desaparece en esa época en Italia, Japón, Australia y México. Está claro que la llegada de una ley que "castiga" al género, no ayuda. Paralelamente, en USA acababan de descubrir que títulos como 'Tiburón' o 'Star Wars', vienen a ser ese cine que alaba el fandom, hecho con muchos más medios, robando esa porción de mercado a toda la cantidad de títulos exploit de otros países, aunque sea para producir títulos directos a vídeo.
eC: Es curioso que Pilar Miró, la responsable de 'El crimen de Cuenca', sea quien promueve esa ley.
JCS: No era necesario dilapidar uno, ya que el cine de explotación y el de autor pueden coexistir perfectamente, ya que así existiría una industria como tal que podría permitir la producción de diferentes géneros. En el cine español, todo el mundo tiene un pasado. Miró tiene 'El crimen de Cuenca', pero Vicente Aranda había hecho en 'La novia ensangrentada'. Isabel Coixet es guionista de 'Morbus (o bon profit)', una peli de zombies de los ochenta. Una película se hace con mucho amor, por eso no entiendo que después haya quienes renieguen de ciertos productos porque no los consideran de autor.
eC: ¿Quienes serían vuestros cineastas fetiche dentro de aquella explosión de talento?
JCS: Por varias razones, coincidimos en un par. A mí me encanta Paul Naschy y Paco te diría que Chicho. Sin embargo, los dos estamos de acuerdo al ser predilectos de Eloy de la Iglesia y Eugenio Martín, quien no solo es uno de los grandes desconocidos del fantarretor, sino que podría haber sido el protagonista absoluto del documental, ya que en el western estuvo a la altura de Corbucci, y es el responsable de 'Una vela para el diablo', una brutalidad de película que habla de una España rural oscura y deprimente, por no hablar de 'Pánico en el transiberiano' y su experiencia rodando con Christopher Lee y Peter Cushing.