Con motivo del estreno de 'Hipócrates', Thomas Lilti, su director, ha estado de visita promocionando la película por nuestro país. Y siendo uno de los sleepers de la temporada en Francia, la expectación era considerable ante la segunda incursión en el largo de este cineasta / médico que ha construido una historia a partir de retazos de su propia vida para rendir homenaje a aquellos médicos que tanto le enseñaron en su momento.
"El origen de la película es el homenaje que quería hacer a estos médicos extranjeros, a la dificultad de esos trabajadores en Francia, y que me enseñaron muchísimo a mí", comenta el director, que reconoce además no estar muy satisfecho con el acercamiento que se suele hacer desde el cine y la TV a las profesiones sanitarias: "Utilizan como marco el hospital, pero es solo un pretexto, una excusa para una investigación policial, para una historia de amor... 'House' es como 'Colombo', ¿no? Una investigación policial".
Y remata afirmando que no se reconoce en las series de hospitales, pues "son puro entretenimiento, yo quería contar algo muy distinto, la realidad del hospital". Una idea, la del realismo de la cinta, sobre la que expresa su deseo de haber concebido una película centrada en lo que ocurre "entre bastidores en el hospital, sobre las mujeres y hombres que trabajan en él. Su realidad, la relación de fuerzas, las dificultades a las que se tienen que enfrentar".
Médico y cinéfilo
Una de las cosas que más llama la atención de Thomas Lilti es que se trata de un médico de carrera que ejerce de cineasta. No ha dado el salto de una a otra profesión, sino que "siempre he hecho las dos cosas a la vez. Empecé haciendo cine al mismo tiempo que empezaba a estudiar medicina. Medicina la estudié en la universidad y el cine ha sido de manera autodidacta; empecé al mismo tiempo realmente. Pero siempre ha sido en paralelo, nunca ha habido que pasar de uno a otro".
"Hice una película antes, que no se estrenó en España, y que no hablaba de medicina. Era una película de cine negro. Y luego escribí películas para otros realizadores y me di cuenta de que escribiendo cosas más personales me obligaba a ir a buscar cosas interesantes. Es ahí cuando pensé que tenía que buscar cosas personales y el primer deseo era rendir homenaje a los médicos extranjeros que me han formado en parte. Y así nace la historia de 'Hipócrates'".
Centrados en su faceta como director, la pregunta es evidente, ¿cómo llevas adelante la dirección de actores?: "El guion está muy escrito. Sé exactamente lo que tiene que contar cada escena, lo que tiene que decir, el lugar que tiene en la película, etc. Pero hago muchos ensayos en plató, donde trato con los actores, vuelvo a escribir la secuencia, a veces con ellos, buscando improvisaciones... Una vez que todo eso se ha puesto en marcha, con todas las cosas que hemos encontrado, si hemos encontrado una nueva verdad, empiezo a filmar la escena. Por tanto, no filmo la escena escrita, sino que filmo una que tiene el mismo sentido pero les he permitido a los actores apropiarse de ella".
La película trata algunos temas muy delicados, en los que resulta fácil entrar en polémicas y juicios de valor. Como el de los médicos extranjeros y las dificultades que encuentran para convalidar su título y poder ejercer su profesión, o la de esos enfermos terminales que se han cansado de seguir sufriendo. Al respecto Lilti dice haberlos tratado "con la mayor sinceridad posible, tal y como los viví en el hospital". Y lo ha hecho centrando la mirada en los personajes protagonistas, quienes han de "enfrentarse a la muerte, al error médico, al dolor, no sentirse con legitimidad, tener que ir a ver a la familia de un niño y decirle que se va a morir, estar solo por la noche en un hospital... He querido que el espectador pudiera ponerse en ese lugar".
Abdel y Benjamin, sus protagonistas, son además muy complementarios. Desde posiciones iniciales muy diferentes logran entrar en comunión. "Abdel sobre todo es la experiencia, pero más allá de la experiencia de médico es la experiencia de vida. Es alguien más mayor, que conoce el exilio. Y Benjamin es un cándido, es virgen, es un novato. Al mismo tiempo es el que ha entendido los códigos. Benjamin tiene códigos que Abdel no tiene. Su relación va a ser de intercambiar entre ellos. Uno le va a dar confianza, saber, y el otro le va a dar el conocimiento del sistema francés, en cierto sentido. Está claro que son dos personajes complementarios".
Más allá de las fronteras
La película ha sido un gran éxito en Francia, y ante una proyección internacional siempre está el temor de que no se entienda o no llegue igual que al público de origen. Sobre esta cuestión hablamos y aunque muestra sus dudas al tratarse de "una película francesa, es un caso un poco aparte, es un hospital francés, con actores franceses que no son conocidos en España", Lilti tiene la sensación "de que es un tema que llega a todo el mundo y que supera las fronteras. Los problemas del servicio público, de la falta de medios, de los recortes, de la soledad de los jóvenes médicos, los hospitales, es algo que tiene que ver con todo el mundo. No sé si la película funcionará, pero está claro que la gente que vaya a verla podrá identificarse con lo que cuenta la película".
En cuanto a sus expectativas respecto al público, le gustaría "que el espectador al final de la película se emocione, que le llegue al corazón, y sobre todo se haga preguntas sobre qué es ser médico, que tenga una mirada distinta sobre esta profesión, sobre las profesiones sanitarias". Incluso que se pregunte cosas como "por ejemplo qué hay que hacer con el acompañamiento de enfermos terminales, cuáles son las soluciones. Sobre todo que le mueva un poco, que la película no sea demasiado maniquea, sino que tenga conciencia de que todo es muy complicado".
