Chapurreando un poco de español se presentó Vincent Cassel en nuestro país. Más bien a la Península, pues el actor ya estaba entre nosotros dispuesto a rodar la quinta entrega de la saga protagonizada por Jason Bourne. Unos cuantos encajes en la agenda, y ya le teníamos en Madrid, en viaje express, para presentar otra película: 'Una semana en Córcega'.
Este "gringo internacional" como se describía en un momento dado, no para de trabajar, asumiendo los retos que sean necesarios. Tanto le da irse a Tahití "a hacer una película sobre Paul Gauguin" (sí, la de Xavier Dolan junto a Léa Seydoux y Marion Cotillard), como pasar 15 días en Tenerife haciendo de malo para Paul Greengrass o volviendo a su tierra, Córcega, a enfrentarse a una comedia.
Tiempo de comedias
Cassel no es un tipo habituado a la comedia, de hecho opinaba que "las comedias son muchas veces feas. Las cosas muy baratas no me interesan". Si que haría, sin embargo, aquellas que fueran "estéticas" y "lindas". Antes de concretar nuestra entrevista (que podéis ver en el vídeo) el actor atendió al grueso de medios acreditados en una rueda de prensa donde sostuvo un interesante discurso acerca de la como la crisis condiciona el consumo de ciertos géneros: "En momentos de crisis, la gente quiere ver comedias o películas de acción. Todo lo que tenga que ver con temas más pesados no funciona".
Tampoco rehuyó hablar de que el hecho de que el argumento vaya sobre "un tipo de 50 años que se lleva al huerto a una chica de 17" hace "reaccionar a la gente". "En Francia, Estados Unidos o Inglaterra hay una especie de corriente de puritanismo y hay que tener mucho cuidado en cómo se nombran las cosas por si hay racismo, sexismo", añadía antes de recordar que él mismo fue muy insistente con el tema de que el personaje de Louna estuviera al límite de ser mayor de edad porque en la versión original (del guion) tenía 15 años "y esa edad hoy en día se iba a admitir difícilmente".
