Cuando me conecto a la mesa redonda virtual con Deborah y Zack Snyder, noto que las ventanitas de Zoom son más homogéneas de lo normal. Eso es porque la mitad de mis compañeros periodistas lucen una camiseta del Snyder Cut. En vez de felicitarles por el trabajo cuando es su turno de pregunta, casi todos les dan las gracias. Gracias por haber lanzado, por fin, la película de la Liga de la Justicia que debería haberse estrenado en 2017. Porque este Snyder Cut hace mucho que dejó de ser un simple "montaje del director" y se convirtió en un proyecto muy personal. Tanto para el director como para sus fans. "Es impresionante. Increíble. Siempre he dicho que esta película no debería existir. Por qué existe. Pero es increíble. Esas son las mejores cosas, las que consigues pero sabes que no deberías haberlas conseguido. Y sé que el fandom ha sido increíble. De hecho, esta película ha sido inspirada por los fans hasta el punto de su existencia, sin ellos no habría película. Así que estamos súper agradecidos a los fans, no lo puedo decir suficientes veces", exclama Snyder, devolviendo el agradecimiento.
Deborah Snyder, productora de la película y esposa del director, quiere destacar también el apoyo del movimiento #ReleaseTheSnyderCut para la prevención del suicidio: "En el mundo actual eso es muy importante, recaudar tanto dinero para concienciar sobre la salud mental y la prevención de suicidios. Eso ha sido algo notable", dice. Zack Snyder añade: "Al final las películas son guays y es divertido hacerlas. Pero si hemos hecho todo lo que hemos hecho es por la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio y todo lo que hemos concienciado y conseguido, la cantidad de vidas que se han salvado. En muchas maneras la película es como una carta de agradecimiento para los fans por ese trabajo. Porque al final eso era realmente lo más importante".
Pero este fervor, que ha tenido un efecto realmente positivo, también ha venido con su lado oscuro. Desde que se pusiera en marcha la campaña #ReleaseTheSnyderCut, un importante sector del fandom ha reaccionado a cada crítica en contra con excesiva virulencia. El propio Snyder ya los defendió en su momento apoyándose en el dinero recaudado en nombre de la hija de Snyder, Autumn. Pero el éxito de esta campaña ha dado alas a un montón de peticiones online que llegan hasta a jugar con los empleos de actores o actrices, como es el caso de la recogida de firmas que pide echar a Amber Heard de 'Aquaman 2' y que ha cogido muchísima fuerza desde el veredicto del juicio de Johnny Depp contra The Sun, en el que el actor salió perdiendo. "Claramente me gusta Amber, está en mi película y acabo de rodar con ella", empieza a argumentar Snyder. "No creo que los fans no deban expresar su opinión, creo que eso es algo importante. Pero también pienso que los fans, y creo que lo increíble de cómo me siento con mis fans que han apoyado la Snyder Cut, siempre ha habido una línea clara y un respeto hacia la visión que tengo para la película y realmente siento que ha habido una línea clara: 'queremos ver tu película, así que ponte a hacerla'. Para un artista eso es increíble, levanta el ánimo y ese apoyo es increíble. Así que supongo que lo que quiero decir es que creo que es importante que si la gente es apasionada por algo tengan la necesidad de expresarlo. Pero también siento que necesitan medir las expectativas sobre lo que eso significa. '¿Hay una visión? ¿Hay algo que no estoy viendo?'. Hay muchos elementos involucrados. Como se suele decir, hay que aceptar lo bueno con lo malo".
Pero que un sector de los fans no empañe lo increíble que es que 'La Liga de la Justicia de Zack Snyder' se vaya a estrenar, aunque solamente sea en streaming (en España llegará el 18 de marzo a HBO). El director explica que, aunque la Snyder Cut "no debería existir", lleva existiendo desde enero de 2017: "Era 2016 y acabábamos de hacer el pequeño parón por Navidad. Volvimos para los toques finales y se suponía que teníamos que volver inmediatamente al trabajo para acortar la película porque estaba cerca de las cuatro horas y nos dijeron que era imposible que eso se lanzara en ninguna parte. Pero a medida que trabajaba con ella intentando ajustarla sentía que había mucho que aprender de ella, así que se convirtió en una versión sofisticada de lo que sería un montaje largo de la película. Y me gustaba mucho, así que acortarla era mucho más difícil de lo que creía. Cada vez que volvíamos al trabajo para acortarla nos estancábamos porque yo no quería perder ninguna de las escenas, creía que era muy fuerte". Autumn Snyder moría en marzo y entre esa tragedia y la presión que Snyder estaba sufriendo por parte de Warner Bros., que quería una película muy distinta a la que el director tenía en mente, decidió retirarse del proyecto. Joss Whedon se encargaba de terminar la película, pasando antes por un proceso de reshoots que cambiaron por completo la idea de Snyder. Algunas de esas modificaciones sí llegaron a afectar al montaje del director: "Hubo 11 tomas que tuvimos que cortar para conseguir la proporción 1:33. Ellos habían cortado la parte de arriba y la de abajo y no lo habían hecho bien. En cuatro horas de película hay 11 tomas que tuvimos que tocar de la versión antigua, eran tomas que yo había terminado antes de irme, pero ellos se deshicieron de las partes de arriba y abajo sin haberlas archivado antes. Literalmente tenían un archivo y no las habían guardado. Así que no las pudimos recuperar. Pero creemos que la media no está nada mal, 11 de unas 2.600 tomas", explica Snyder.
Una de las cosas más sorprendentes de toda la intrahistoria del Snyder Cut es que el director fuera capaz de rodar su película a pesar de las presiones del estudio, que puso a Geoff Johns y Geoff Johns como "perros guardianes" con las instrucciones, según Snyder, de que siempre tenía que haber al menos uno de ellos en el set. "Durante la producción sí hubo tira y aflojas con el estudio y yo estaba metido en peleas pero yo soy muy bueno en ese juego. No quiero decir que sea un 'provocateur' pero sé jugar. Yo grabo lo que quiero grabar mientras grabo lo que ellos quieren que grabe", dice. Gracias a esta planificación, cuando se puso a trabajar en el Snyder Cut el director vio que esa versión no necesitaba muchos cambios: "Cuando la vimos la proyectamos en un cine rápidamente desde mi ordenador y nos pareció muy sólida. Fue un proceso que sorprende que no fuera enorme. Creo que la película tiene ese optimismo de cuando acabábamos de terminar el trabajo y nadie nos había dado apuntes, era la película que queríamos hacer". Así, pudo centrarse en el grueso del trabajo: darle el aspecto de superproducción vía los efectos visuales. "Había mucho trabajo sin terminar, y mucho que estaba terminado pero no con nuestro estilo", destaca Deborah Snyder. Su marido comenta que esta necesidad de destinar todo el presupuesto extra que Warner le dio para su montaje (que dice que fueron unos 70 millones de dólares) a los efectos por ordenador le obligó a desechar algunas ideas que le hubiera gustado llevar a cabo, como por ejemplo presentar a un Clark Kent con un look completamente diferente: "Hablamos de presentar a Superman con barba larga y corte mohawk. Tuvimos una conversación y yo pensaba que podía quedar guay. Habría sido increíble. Pero no había manera de poder hacer las dos cosas. Sabía que podía hacer que el traje rojo y azul fuera negro. Hicimos extensas pruebas para hacerlo. Pero no podía eliminar la barba. Ya sabemos lo que ocurre cuando intentas eliminar vello facial, aprendimos la lección, o al menos alguien aprendió la lección. Nos quedamos con los elementos que podía controlar y nos sentimos realmente contentos".
Esta película, que resulta familiar pero parece nueva, recupera muchos de los detalles que los fans esperaban con más ganas y que fueron eliminadas del montaje cinematográfico. Zack Snyder está particularmente orgulloso de la historia de Cyborg, el personaje de Ray Fisher y su principal apoyo en todo el proceso de lanzamiento del Snyder Cut dentro del reparto. Además, cree que el arco argumental de Cyborg tiene conexiones "muy meta" con la propia historia del Snyder Cut: "Lo que le pasó a la película y lo que le pasa a Cyborg están extrañamente entrelazados de una forma imposible". El cineasta demuestra un interés especial por él, ya que cree que es la pieza que faltaba en su panteón de dioses en la Tierra: "Cyborg puede hacer cualquier cosa, es el dios de la tecnología, un dios moderno, un dios actual. Si te fijas en los demás, casi todos podrían existir en el contexto de la antigua Grecia, o incluso tienen su homólogo en la mitología griega. Pero Cyborg no porque es una invención genuinamente moderna, pero lidia mucho con nuestros problemas, desde intentar entender nuestro jodido ordenador, a cómo se conecta todo nuestro mundo. Es terrorífica toda esa red electrónica que no sabemos qué pasará mañana, los sistemas pueden ser hackeados y todo estaría fuera de control. Lo digo como metáfora, no lo quiero llevar muy lejos. Por supuesto lo puedes llevar todo lo lejos que quieras. Siempre espero que las películas nos permitan explorar. Yo con mis películas quiero dar un producto de entretenimiento que sea divertido pero si quieres meterte en un camino más profundo, adelante. Para mí es importante que las películas permitan ver a través de un prisma".
Además de la historia de Cyborg también crece la de Flash, el personaje de Ezra Miller. Zack Snyder recupera la escena en la que se nos presenta a Iris West, principal interés amoroso de Barry Allen en los cómics. Esta escena es una de las favoritas de Deborah Snyder: "Es muy divertido ver un poco más sus poderes", y Zack Snyder añade que la escena está rodada exactamente igual que se dibujó, manteniendo esas referencias a los cómics que le gusta mucho hacer. Como el traje negro de Superman, que también aparece en la película y es utilizado "más o menos por las mismas razones" que en el cómic, explica: "Soy fan de Robert Bly, Joseph Campbell y el uso del rojo, blanco y negro como una manera de reflejar el blanco como caballerosidad, rojo como ira, el negro como humanidad, y ese camino es similar al camino en el que está Superman, y que termine en el negro. Tiene sentido para mí". La única escena nueva que rodaron es la que nos lleva de nuevo a la pesadilla distópica que vivió Bruce Wayne en 'Batman v Superman', y que ahora cuenta también con el Joker de Jared Leto. "Sentía que necesitábamos esa confrontación entre Batman y Superman y Batman y el Joker, me parecía importante", dice el director y añade: "Jared es genial, siempre es divertido".
Esa escena, por desgracia, sirve como aperitivo para lo que vendría después, de haberse estrenado su 'Liga de la Justicia' y haber continuado con unos planes que lleva forjando desde 'El Hombre de Acero'. Ahora, dado todo lo que ha ocurrido y el camino que ha tomado Warner con el universo DC, básicamente desmantelándolo, no ve mucha esperanza para su soñada trilogía: "Claramente era conocidísimo que teníamos un plan para hacer más películas, lo puedes ver al final de esta que definitivamente no dice 'hasta aquí'. Pero por otro lado Warner Bros. no ha expresado un interés real en continuar la relación con nosotros. Y públicamente los de Warner también han dicho que cuentan como canon la versión de cines, como su versión, la que continuarán. Yo no la he visto así que no sé qué significa eso. Esto es una especie de microextremidad. Bueno, una rama gigante en realidad, si ves la película. Es como una cinta perdida". Deborah Snyder afirma que después de todo "este largo camino" es hora de "respirar y disfrutar de este momento". Snyder tampoco guarda muchas esperanzas para los cómics que estaba preparando con Jim Lee, un proyecto que llevaban años avanzando a través de esas pizarras que los fans estudiaron al milímetro, y otro plan más ajustado para contar qué había pasado con Robin en su universo a través de viñetas. "Llegó AT&T (la teleco compró Time Warner en 2018) y hubo cambios y recortes de presupuesto y todo eso acabó cancelado. Quizás en el futuro, si hay apoyo de los fans, crucemos los dedos", dice.
Están preparando su propia franquicia
Aburrido no ha estado. Además de terminar el Snyder Cut, el director y la productora han estado rodando su regreso al cine de zombies, 'Ejército de los muertos', que veremos este año en Netflix. Y tiene una idea muy interesante para evitar que ningún estudio vuelva a meterse donde no le llaman: "Estamos intentando crear quizás una propiedad intelectual enorme que sea nuestra y que podamos hacer con libertad, que no tenga que someterse a un comité que decida qué está bien y qué está mal". Lo que tiene claro es que no le ha cogido miedo a los cómics después de todo este calvario: "Me encanta trabajar con el género de los cómics, llevo once años haciéndolo, o más, catorce años desde 'Watchmen' y podría ir más atrás con '300', porque todas son películas basadas en cómics. No tengo miedo de las películas basadas en cómics, pero sería genial probar otra cosa". ¿Quizás videojuegos? Si tuviera que elegir uno, se quedaría con 'Halo': "Está bastante inexplorada. Es una IP gigante y nunca se ha adaptado al 100%, o como película. Es una IP con una mitología completamente desarrollada así que puedes situar cualquier historia en el mundo de 'Halo'. Es la que siento más cerca".
Pero lo que toca ahora es entregar a sus fans, por fin, la película que llevan pidiendo desde 2017. 'La Liga de la Justicia de Zack Snyder' se estrena en HBO España el 18 de marzo.