Ha llegado a los cines 'Tenéis que venir a verla', la nueva película de Jonás Trueba que cuenta tan solo con 4 actores y 60 minutos de metraje. Los protagonistas de esta historia pequeñita sobre la madurez, los cambios y el desconfinamiento son Itsaso Arana, Vito Sanz, Francesco Carril e Irene Escolar, tres ilusos habituales del cine del director y una recién llegada. Con los 5 nos sentamos a hablar en los cines Golem de Madrid, la única sala de la ciudad que proyectará la película porque así lo han querido Trueba y su equipo. 'Tenéis que venir a verla' no ha lanzado tráiler, su póster es un dibujo y solo se podrá ver en un cine de cada ciudad, convirtiéndola auténticamente en una película-evento: "Yo con cada película intento mantener una coherencia desde que la empiezo a pensar y sentirla hasta que la termino", nos cuenta Trueba, "Y esa coherencia a veces pasa por cosas muy concretas que tiene que ver con el momento de la distribución, de no dar por hecho las cosas ni caer en los mismos tópicos y las mismas formas de hacer que tienen todas las pelis, que parece que todo tiene que ser siempre igual siguiendo los mismos patrones y cuando he podido me gusta probar cosas diferentes siendo coherente con el espíritu de la película".
¿Y a qué espíritu se refiere? En nuestra crítica intentamos explicarlo, pero él lo hace mejor: "Esta es una película muy sencilla, muy corta, muy vaciada de elementos", nos dice, tanto que prácticamente toda la promoción se basa en la fuerza de su título, "Tenéis que venir a verla y no te voy a dar razones, no te voy a decir que es la mejor película del año o que es la más divertida o la más emocionante o la que tiene 20 premios, no te voy a decir eso, simplemente te digo que tienes que venir a verla y ya dirás tú después en todo caso. Me parece un juego bonito que nos podíamos permitir con esta película".
Con lo de muy corta se refiere a su metraje, que frente a los 220 minutos que tiene su anterior proyecto, 'Quién lo impide', esta dura solo una hora justa: "Con 'Quién lo impide' estuve defendiendo a ultranza su duración porque me parecía que en su caso era lo que la convertía en una experiencia física, una duración coherente con un proceso de película que fue muy largo. Estuve 5 años haciéndola. En cambio 'Tenéis que venir a verla' es corta porque es una película filmada en 8 o 9 días, es casi un boceto. También me parece que el hecho de su duración es decisivo, yo cuando pensaba la película antes de rodarla la sentía breve, que tuviese algo inconcluso, que generase algo de perplejidad". Según Trueba hablamos de cuanto duran las películas de una forma frívola porque vivimos en un mundo que siempre está ocupado: "Se habla de la duración para decir «uf qué larga» porque parece que no hay tiempo para nada, parece que no nos podemos permitir nada largo, y eso sí que es una pena. Creo que las grandes experiencias artísticas necesitan tiempo".
"Sí os gusta genial y si no os gusta, pues tampoco pasa nada"
Arana, Carril y Sanz ya han colaborado más veces, muchas veces, con el director, desde 'Los ilusos' a 'La virgen de agosto', como si estuviesen haciendo "una especie de albúm tridimensional de trocitos de vida" dice Carril. Pero Escolar era nueva en este peculiar grupo artístico y de amigos, al menos en lo que a su forma de trabajar se refiere, abierta a la improvisación o los cambios en el guion donde se cuela la identidad de los propios actores: "Lo he encontrado muy fácil en el buen sentido" dice Escolar, "muy orgánico, liberador y divertido también". Sin embargo, le preguntamos a los demás si les parece más sencilla esta forma de trabajar o es más cómodo un rodaje mecánico, con marcas que no te puedes saltar y un guion que recitar a pies juntillas: "Para mí es más difícil", dice Sanz, "Van desapareciendo elementos y tienes que confiar en Jonás y en tus compañeros. Hay algo más espontáneo".
La película trata de dos parejas de amigos que ya no quedan tanto, por la pandemia, pero también porque una de ellas se ha mudado a las afueras de la ciudad. La que se queda en el centro va a visitar la nueva casa y tiene que enfrentarse al choque que supone que sus amigos de la adolescencia hayan tomado decisiones vitales diferentes a las suyas: "Es bonito pensar que los amigos y las amigas nos ponen espejos de lo que la vida podría ser, dice Arana, "y me gusta eso de la pequeña competición que se crea, un poco neurótica y un poco infantil, pero sí que es cierto que ocurre entre parejas, entre amigos, amigas o hermanas, a veces parece que nos tomamos la vida como una carrera en la que no nos queremos quedar a atrás y es un error, cada uno tiene que tener su camino".
Sobre cómo va a recibir el público un proyecto tan pequeño y la forma de promocionarla, Arana nos deja también unos apuntes muy interesantes: "Con esta película estamos en un momento muy deportivo, porque es una película tan humilde, hecha con tanto amor, pero a la vez con una sencillez tan aplastante, que en el fondo no estamos sobrehormonando cuando hablamos de ella, no estamos engañando sobre lo que es o no es la película y creo que eso te da una ligereza para decir «tenéis que venir a verla y si os gusta genial y si no os gusta, pues tampoco pasa nada». En realidad casi nos estamos riendo de esa forma que tienen las películas de venderse. ¿Qué es lo que queremos? ¿Que vengan a verla? Pues vamos a decirlo directamente". 'Tenéis que venir a verla' está ya disponible en (algunos) cines.