Una de sus representantes más recientes viene de arrasar en los Goya. Su forma de entender el lenguaje cinematográfico se ha convertido en una tendencia durante los últimos años y sus precursores han demostrado que en España se puede hacer otro tipo de cine y vivir para contarlo. Se trata de una realidad que parece vivir al margen del resto, instalada en atmósferas, silencios e historias con una profunda carga moral y de cotidianidad. Con gran humor también. El Cine Vasco, con mayúsculas, evoca sensaciones, humaniza a sus personajes hasta el dolor y atrae a creadores de toda la península. Por eso no es raro que podamos presumir de joyas como 'Loreak' o 'Ander', dos películas delicadas, reposadas, pero con un índice de popularidad muy distinto. Mientras la primera rozó la nominación al Oscar y amasó jornadas de aclamación y aplausos, la segunda apenas se conoció en el circuito de festivales.
Es el hándicap de toda obra, pero se hace aún más evidente si toca a un cine que vive por y para sus historias, alejado de la purpurina y el confeti. Existen obras (con idéntico contraste) como 'Arteros' o 'Gernika' que, aunque no entren en esta lista por motivos ajenos a su capacidad para sumar, llegan a nuestras manos y aportan una mirada diferente al género que adoptan. Esta última, dirigida por un Koldo Serra especialmente inspirado en el apartado bélico, nos regala varios pasajes que recuperan el clasicismo del plano corto. La primera explora de forma sardónica los límites del arte a través del humor. A lo largo de lo que dura el presente milenio, todos los géneros han recibido con los brazos abiertos todas las propuestas en relación con la comunidad vasca, aunque su mayor y mejor representante ha sido el humor situacional desarrollado por cineastas como Borja Cobeaga.
A propósito de ello, hay uno que todavía no había saboreado el talento del Cine Vasco: el terror. Muy por encima en piezas como 'Las brujas de Zugarramurdi', el género de John Carpenter y James Wan no había jugado un papel principal en la reflexión sobre sus miedos y leyendas hasta este mismo momento. 'Errementari', dirigida por Paul Urkijo y avalada por Alex de la Iglesia, se estrena este viernes y nos habla sobre la historia para no dormir de Patxi, el herrero. Con fantasía, Guerras Carlistas y la vitola de Nueva Joya, el primer largo de Urkijo nos ha impulsado a resumirte, en esta humilde lista, otras 13 perlas del Cine Vasco reciente. Aurrera!
13 joyas del cine vasco reciente
'80 egunean'
'En 80 días' es su título en castellano, aunque bien podría llamarse 'Ensayo sobre la emoción'. La de José Mari Goenaga y Jon Garaño es una película que disfruta de sí misma desde la contención, apretando fuerte el puño mientras revela cuantos más secretos, más lágrima latente. Una historia de reencuentros "casuales" que despierta en las protagonistas esa frescura que sentían de jóvenes cuando pasaban tiempo juntas. Los años se han cargado en la mochila, pero su complicidad nos da una bofetada de humildad que nos despoja de toda la tensión acumulada. Mención especial a Itziar Aizpuru y Mariasun Pagoaga. Qué barbaridad de interpretaciones.
'Handia'
La merecidísima sorpresa que causó en la pasada gala de los Goya ha convertido a 'Handia' en esa rara avis que alterna la efusividad de las nominaciones y los galardones, con la humildad de unos directores, Jon Garaño y Aitor Arregi, que han pisado el acelerador a base de sutileza y emoción. No es una de las películas españolas del año por casualidad, pues mezcla con éxito el bagaje del factor leyenda urbana y el ritmo alegórico de una fantasía que camina por media Europa. Es poesía en imágenes a la que, además, le debemos una por descubrirnos el talento de Eneko Sagardoy.
'Frío sol de invierno'
Un ménage à trois sobre el vacío y la desolación existencial. Pablo Malo dirige y escribe la enésima película en la que no sabemos muy bien de qué va Unax Ugalde, pero resulta satisfactoria, más en el trabajo con la cámara y el encuadre, que en la construcción de una narrativa sólida. 'Frío sol de invierno' patina cuando trata de acumular músculo, pero lo que le otorga la categoría de joya vasca es que transmite una sordidez implícita que es acojonante. Malo demuestra un talento notorio manejando los silencios y la desesperación de unos personajes que nacieron para sufrir.
'Amaren eskuak'
De Carla Simón se dijo, con mucha razón, que su 'Verano 1993' no destacaba por contar una historia original, sino por hacerlo con la elegancia y sensibilidad de alguien que está narrando su infancia como si fuera la de su hija. Sin embargo, no creo que hayas oído lo mismo de Mireia Gabilondo, directora de 'Amaren eskuak', una película con una humanidad de enjundia. Hablamos de un retrato sobre los recuerdos, sobre conocer a nuestros muertos, pero también a nuestros vivos. Tiene un estilo apocado, de otro tiempo, que aparenta estar más pendiente de clavar el plano que de sacar emociones, pero si rascamos un poquito, encontramos una tendencia convencional e igualmente cierta.
'Ocho apellidos vascos'
Con Borja Cobeaga y Diego San José tras el guión, la película más taquillera de la Historia en España es un caramelo para la comedia. No sólo triunfó (y lo sigue haciendo) entre el gran público, sino que además deja pinceladas irónicas sobre los tópicos vascos más rancios (y puede que ciertos). De alguna manera, fue la abanderada del humor vasco, tomándole el testigo a sitcoms como 'Vaya semanita' o 'Qué vida más triste'. Humor, amor y un primer Dani Rovira deslumbrante en la faceta más rentable para su talento hacen de 'Ocho apellidos vascos' una joya preciadísima (casi 80 millones de euros la avalan).
'Todo por la pasta'
Dirigido por Enrique Urbizu y protagonizado por Antonio Resines, María Barranco y Kiti Mánver, este thriller sobre atracos y crimen organizado se hizo un hueco en los Goya gracias a la inmensa interpretación de Mánver. Sólo con haber logrado configurar una intriga que gira, con cierta tensión, en torno al dinero negro salido de un bingo, 'Todo por la pasta' merece entrar en la lista de joyas del Cine Vasco. Si a eso le añadimos cómo hilvanó el guionista Luis Marías el centro de juego regentado por mayores y un asilo de ancianos, tenemos la seguridad de que la de Urbizu es una película que merece las ganas.
'Negociador'
La negrísima comedia sobre la negociación del presidente del PSE vasco, Jesús Eguiguren, y ETA en 2006, no podría haber sido escrita por otro que por Borja Cobeaga. El cineasta nacido en San Sebastián apuesta todo al negro con 'Negociador', una joya del humor vasco. Pero de ese que se ríe de sí mismo, que satiriza un proceso que toda España vivió a posteriori todavía con tensión, sacándole las tripas y subrayando esa necesidad por hacer cine político desde la precisión y no el panfleto. Es de esos guiones que no buscan la risa incómoda, simplemente la encuentran y la moldean en nuestros rostros. Una maravilla.
'Loreak'
Indiscutiblemente, una de las películas más bonitas de los últimos años. Así, sin medias tintas. 'Loreak' (flores en castellano) es un melodrama fruto de la desolación y el paso del tiempo, sobre la presencia sin matizar figuras en el espacio, sobre la pérdida y cómo se evoca a los muertos. Con un ramo como elemento conductor, Jon Garaño, José Mari Goenaga y Aitor Arregi confeccionan un drama íntimo, fabulesco y repleto de paralelismos y figuras literarias plasmadas en imágenes.
'Obaba'
La primera toma de contacto de Barbara Lennie con los lagartos (por favor, no nos olvidemos de 'Magical Girl'). Montxo Armendáriz adapta a Bernardo Atxaga en esta historia sobre tantísimas cosas. (Auto)descubrimiento, tratado sobre el desarraigo, una excelente capacidad para la pausa poética (esa que evoca y no destruye) y la vida misma. Si por algo fue nominada en 10 categorías distintas de los Goya, entre otras muchas cosas, fue por su valentía a la hora de narrar en imágenes lo que Atxaga hizo con palabras auténticas y cierto sentido del absurdo.
'Ander'
2009. Roberto Castón y el equipo de Berindu (en colaboración con la ETB) anuncian que 'Ander' está preparada para conquistar al público, pero necesita distribución. Al otro lado del teléfono, las negociaciones se congelan. Y resulta sorprendente porque no se aprecia todos los días la valentía de una película que nos habla sobre la homosexualidad desde una parcela extraña, pero muy natural. La relación entre un baserritarra (campesino) y un inmigrante peruano que trabaja en el caserío familiar está marcada por la pausa y el tiempo que se toma Castón para contarnos todo sobre ellos, sobre la gestación de un amor subrogado al oscurantismo y sobre la lealtad por sorpresa. Diríamos que es como 'Brokeback Mountain', pero en la versión humilde. Sin embargo, 'Ander' tiene tanta personalidad que es capaz de andar sola con su nombre sin recurrir a ningún foco de atención que hable de lo mismo. Por algo se llevó el premio CICAE en Berlín.
'Kutsidazu bidea, Ixabel'
Muy a favor del Mikel Losada que nos deleita con su carisma en 'Kutsidazu bidea, Ixabel'. Nuevamente, la comedia se abre paso en el cine vasco para dejarnos una cinta que apuesta por la sencillez para conquistar al espectador medio. Ni alharacas, ni grandilocuencias para hablarnos sobre la relación de un recién llegado al euskera de monte y cabra, y la hija pequeña de la familia que le acoge en su caserío. Fernando Bernués y Mireia Gabilondo consiguen que todos los subtextos y las tramas secundarias sean apacibles y sumen al conjunto. Seguro que pasarás un buen rato con la Ixabel de Ainere Tolosa.
'La vida mancha'
Enrique Urbizu vuelve a aparecer en nuestra lista con 'La vida mancha', su consagración como gran cineasta y la obra maestra de Michel Gaztambide. Se trata de una película repleta de sensaciones y sentimientos, que a veces confundimos, pero que no son lo mismo. Con qué tranquilidad expone la desazón de un matrimonio tan acostumbrado a sí mismo que se deslavaza sin palabras; qué manera de profundizar en el conformismo y el laconismo propios de la rutina, en el alma de unos personajes que respiran despacio y susurran sus secretos mientras miran de soslayo.
'Pagafantas'
Con 'Pagafantas' llegamos al final, y no es por casualidad. Otra vez Cobeaga, otra vez la comedia y otra vez el ingenioso humor de un cineasta que ha nacido para hacernos reír sin recurrir al gag fácil. La película se adentra en el terreno sexual del post-adolescente con tanta garra que termina siendo entrañable. Fuera prejuicios, seguramente sea la pieza más divertida de 2009 (de largo).