Cuando te embarcas en un proyecto como 'Boyhood (Momentos de una vida)', en el que se pretende representar la vida de un niño a lo largo de 12 años de rodaje, te puede salir bien o te puede salir mal, y a Richard Linklater le ha salido perfecto, algo que ni siquiera uno de sus protagonistas es capaz de asimilar.
Ethan Hawke visitaba el 2 de diciembre el programa de Jimmy Kimmel, después de saber que el experimento cinematográfico de Linklater había sido elegida como la mejor película para los Críticos de Nueva York y se encuentran en los puestos más altos de, prácticamente, todos los rankings de medios especializados que se han empezado a publicar. "Cuando empezamos esto, no creo que nadie pensase nunca que esto le iba a suceder a esta película", confesaba Hawke, "cuando empezó, parecía el típico experimento cinematográfico de los 60, no parecía una película de verdad. Cuando iba a rodar una escena y la gente me preguntaba, '¿qué estás haciendo?', yo les contestaba, 'esta cosa con con Linklater'. '¿Y cuándo sale?'. 'Bueno... en unos 11 años".
El presentador también le preguntó acerca de su relación con Ellar Coltrane, el hijo de Hawke en la cinta y si era extraño no verse tanto como a lo largo de esos 12 años. "Estrenar la película es mucho más intenso que rodarla. Hacerla fue muy divertido", admitía el actor, "cuando sabes que algo no se va a estrenar hasta dentro de 10, 11, 12... años, realmente no te preocupas por cómo le va a ir. Es decir, seguramente se olvide, así que, simplemente te preocupas en pasártelo bien. Era algo muy protegido, era algo muy creativo que hacer con los niños, tanto con Ellar Coltrane como con Lorelei Linklater, que hacía de su hermana... era muy divertido. El estreno, la promoción, es la primera vez que me pareció que era un trabajo".
¿Una secuela?
Ante la avalancha de franquicias y secuelas propias de Hollywood en los últimos años, Kimmel quiso bromear con la posibilidad de que hubiese una secuela de 'Boyhood' que se rodase durante los próximos 12 años, y que se prolongase hasta que Ethan Hawke muriese, a lo que el actor contestó que "es la cosa más bonita que me han dicho en la vida", pero que no le gustaba mucho la idea porque no tendría escenas.
