Un colosal primate ha acompañado al séptimo arte desde el período de entreguerras. King Kong nació en 1933, fruto del ingenio del aviador y pionero cinematográfico Merian C. Cooper, que convirtió un sueño en uno de los personajes más icónicos de la cultura global. Desde su irrupción, Kong ha participado en ocho producciones, las cuales dan testimonio de cómo ha evolucionado el cine como medio narrativo.
La última de estas entregas es 'Kong: La Isla Calavera', que forma parte del recién denominado MonsterVerse. Esta nueva franquicia enfrentará al primate con Godzilla en 2020; una idea ya materializada hace 55 años. El legendario personaje ha pasado ya por multitud de remakes, que vistos hoy en día nos permiten conocer qué dirección han tomado el tratamiento de la diversidad racial en el cine y la idea de espectáculo, cada vez más megalómana.
Esa ambición formal que no deja de crecer nos sirve también para comprender los grandes avances tecnológicos que se han producido en el medio, que han permitido que las dimensiones sean cada vez mayores. Desde el stop-motion de la cinta original hasta el CGI más avanzado. Por lo tanto, King Kong no solo ha promovido los primitivos latidos del cine, sino que continúa inspirando a nuevos cineastas para que esa vida no se apague nunca. Esta ha sido la evolución del rey insular:
La evolución de 'King Kong' en la gran pantalla
'King Kong' (1933)
El proverbio árabe que daba comienzo a la película original de King Kong aludía a la belleza. En concreto, a su atractivo ineludible y potencialmente destructivo. La producción de RKO, dirigida por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, estaba estructurada en tres actos claramente definidos: viaje, aventura en la isla y regreso a Nueva York. Así se creó la expectación de conocer al monstruoso primate que se mantenía al otro lado del muro levantado por los aterrorizados nativos. Tras construcción de madera se encontraba un imponente gorila de unos cinco metros de altura, cuya animación se consiguió mediante la técnica del stop-motion. Hoy en día los efectos empleados en la película para conseguir la interacción entre los monstruos y los personajes humanos resultan muy evidentes, pero ese fue el germen de la evolución tecnológica en el cine. 'King Kong' triunfó como relato trágico protagonizado por el fiero personaje titular, que sufrió en sus carnes la condena sentenciada por el proverbio. Un clásico eterno.
'El hijo de Kong' (1933)
Inmediatamente después del abrumador éxito de 'King Kong', RKO puso en marcha una secuela mucho más ligera, que se estrenó el mismo año que su predecesora. 'El hijo de Kong' fue un entretenimiento mucho menos trascendente que el material original. La cinta recuperó a Carl Denham, el cineasta que promovió la expedición a la isla de Kong, llevándole de nuevo al mismo ambiente, con otra chica y algunos personajes algo improvisados. En esta ocasión el salvaje primate no era Kong, sino su hijo, al que le caracterizaron con un pelaje pálido para distinguirlo de su supuesto progenitor. Esta variación del personaje tenía un menor tamaño y un carácter más cómico, y fue una buena herramienta para redimir a Denham.
'King Kong contra Godzilla' (1962)
Cinco años después de esas dos primeras entregas de la franquicia, en Japón se estrenó 'King Kong aparece en Edo'. La producción se dividió en dos partes, ambas carentes de sonido, que se estrenaron con una semana de diferencia en 1938. Desafortunadamente nos encontramos ante una película perdida, a la que ya no se puede acceder, pero sería Japón el país que recuperaría al personaje décadas más tarde. Partiendo de una idea de Willis H. O'Brien, animador de la película original, que plateaba un enfrentamiento entre King Kong y el monstruo de Frankenstein, se derivó a este clásico de la serie B. La compañía nipona Toho se hizo con los derechos de King Kong y decidieron enfrentarle con la gran estrella de su estudio, Godzilla. Los japoneses crearon el Kong de mayores dimensiones, de más de 40 metros de alto, cuyas habilidades principales eran lanzar pesadas rocas y aumentar su poder con la energía eléctrica. Universal compondría una modificada versión anglosajona de la película que se estrenó en 1963.
'King Kong escapa' (1967)
En su siguiente aventura nipona, Kong redujo su tamaño a menos de la mitad, pero por lo demás el planteamiento fue similar. Tanto en 'King Kong contra Godzilla' como en 'King Kong escapa', ambas dirigidas por el prolífico Ishir? Honda, Toho recurrió al uso de maquetas para captar los destructivos estragos de las monstruosas batallas. En esta ocasión el primate se enfrentaba con el Elemento X, su versión robotizada, construida por el villano Doctor Who. Al igual que en la anterior producción, esta ofreció también guiños a la de 1933: el encaramarse a edificios elevados y la contemplación de la belleza -de forma mucho más anecdótica y conducida hacia la docilidad.
'King Kong' (1976)
El primer remake de la original llegó en 1976 con esta produccion de Dino De Laurentiis, que contaría con el debut como actriz de Jessica Lange. Esta versión alteró la ambientación, pasando de los años 30 a los 70, y con ella las inquietudes de los personajes. En vez de ir a rodar una película, el carguero iba en busca de petróleo a la isla. Jeff Bridges encarnó a un joven paleontólogo que era el evidente reflejo del activismo nacido a finales de los 60, y Lange era una actriz náufraga que sería ofrecida al rey de la isla. El esquema era idéntico, pero se trató de apelar de forma más directa al público envolviéndola de diferente manera. El rasgo más distintivo de esta versión es la descarada erotización de la relación entre Kong y la actriz, algo omitido en la original y en el siguiente remake. Además, se optó por prestar mucha menos atención a la fauna de la isla y por cambiar el Empire State por el World Trade Center en el trágico desenlace de la película. Este Kong midió 16 metros, tamaño que se incrementó en la secuela, estrenada en 1986. Esa continuación perdió a sus talentosos protagonistas y recibió la nominación al Razzie a los peores efectos especiales.
'King Kong' (2005)
Después de su ambicioso primer acercamiento a la obra de J.R.R. Tolkien, Peter Jackson no pisó el freno con su siguiente película. 'King Kong' fue un remake en toda regla de la película homónima de 1933. El cineasta neozelandés tomó prestado el esqueleto original y lo recubrió y dilató con un espectacular cuerpo. Jackson indagó sobre todo en el personaje de Ann, con el que Naomi Watts recogía el testigo de Fay Wray; en la aventura que era rodar una película fuera del sistema de estudios en los años 30; y en la variedad de especies que cohabitaban la isla de Kong. Su gorila tuvo un tamaño mucho más moderado, de cerca de 7 metros, que le acercaba más a la altura de los humanos que en las anteriores versiones. Precisamente, Jackson humanizó al personaje a través de su relación con Ann, que llegaba a reconocer la belleza del primate, redondeando así la fábula; y gracias a la impresionante interpretación de Andy Serkis a través de la técnica de la captura de movimiento, que dio forma al Kong más realista.
'Kong: La Isla Calavera' (2017)
La última entrega de Kong es un volantazo absoluto. Jordan Vogt-Roberts dirige este film centrado en el papel del gorila como protector de la isla y en el de los humanos como potenciales destructores. Se prescinde de la distinción entre bella y bestia al proponer un relato antibelicista en el que el enamoramiento no tiene cabida. 'Kong: La Isla Calavera' también expone los paralelismos entre Kong y los humanos que irrumpen en su territorio, pero aquí manda el respeto (dependiendo del personaje) por encima de la fascinación. Esta producción es un inteligente giro de tuerca, con muchos más personajes de por medio, en el que nos encontramos con un Kong gigante de 30 metros, considerado como una deidad en su isla. Con esta película se abren las puertas del universo cinematográfico compartido con Godzilla, así que no tardaremos en coincidir de nuevo con nuestro gorila favorito en las salas de cine.