La interconexión del Universo Cinematográfico Marvel llevó a los fans al climax absoluto de la mano de 'Vengadores: Endgame', demostrando que la paciencia, mezclada con una innegable maestría y esa apuesta por un entramado desarrollado a lo largo de más de 10 años y 23 películas, podía dar sus frutos cuajando hasta ofrecer experiencias superiores en lo que al espectáculo en sala de cine se refiere, y también en lo relativo a las conexiones argumentales.
La Saga del Infinito se alzaba así como algo muy difícil contra lo que competir, un peldaño alejadísimo más si tenemos en cuenta ese reseteo que hay de por medio. La despedida de los tres pilares de la Casa de las Ideas en la gran pantalla, el Capitán América de Chris Evans, el Iron Man de Robert Downey Jr. y la Viuda Negra de Scarlett Johansson (que aún tiene aventura póstuma pendiente de estreno), además de dejar un vacío importante, ha tenido una consecuencia directa: de repente los secundarios tenían que hacerse con el protagonismo... Y no todos los personajes de la factoría pueden lucir estos zapatos sin tener que recurrir a un calzador.
El caso de Wanda era el de una injusticia. Una muy grande que venía acompañada de esa pasión aún más grande por parte de muchísimos fans que llevaban años pidiendo que el personaje encarnado por Elizabeth Olsen se desarrollase en condiciones. Finalmente el rincón comiquero de Disney decidió que, entre todas esas nuevas puertas que se abrían ante la necesidad imperiosa de contenido atractivo para Disney+, había una que daba directamente al patio de recreo de la Bruja Escarlata. Y claramente, desde la conclusión de 'Bruja Escarlata y Visión', podemos decir que Marvel no tenía grandes aspiraciones al respecto de esta propuesta. Se nota en su libertad, en lo diferente que es, en lo psicológica... ¡En tantos pequeños detalles! Pero especialmente esto se podía intuir del momento en el que originariamente iba estrenarse.
El plan pasaba por lanzar 'Viuda Negra' para despedirnos en condiciones del personaje de Johansson después de que tuviésemos que decirle adiós de la manera menos sensible y más anticlimática posible a mitad de camino de 'Endgame', después, y en función a las pistas lanzadas de la mano de esta película, venía 'Falcon y el Soldado de Invierno' y tras esta, 'Bruja Escarlata'. Entonces el COVID-19 se adueñó de nuestro mundo y, por lo que parece, habría afectado de manera determinante a los planes marvelitas. Este titán del entretenimiento pasaría por haber tenido que modificar la introducción de personajes haciéndolos saltar de una propuesta a otra, eliminar tramas completas y reorganizar todos los guiños que caracterizan a su estrategia narrativa. Esto, claro, afecta a 'Falcon', pero hay un elemento clave ante el que Marvel no podía hacer nada, una consecuencia directa de dicho cambio de planes que ha terminado marcando irremediablemente a muchos fans: el antes y después que iba a marcar 'Bruja Escarlata'.
Ese homenaje a la historia televisiva, adorno a la par que herramienta, ese recorrido por las fases del duelo, ese juego cómico, esa complicidad con todo lo que rodea al fandom, esa inusitada inteligencia emocional en medio de un mundo que hasta ahora no había demostrado una complejidad tan interesante... Y por encima de todo, esa Wanda con una profundidad sin rival. 'Bruja Escarlata y Visión', tan diferente, tan magnética y, sobre todo, tan naturalmente carismática, se pensó como una propuesta más "inpedendiente" de lo habitual, un extraño viaje trazado desde una libertad poco común en la factoría (precedida quizá tan solo por 'Doctor Strange (Doctor Extraño)', aquella cinta de origen por la que Marvel no daba un duro). La serie generó expectación, probablemente más por lo que echábamos de menos a nuestros superhéroes y por esa etiqueta de "primera serie de acción real marvelita" que por otra cosa, pero el que diga que vio venir el impacto que iba a causar... Miente.
Dicho impacto arrollador se ha metido en el corazón de muchos seguidores que simplemente no han podido pasar de aquella maravilla a una propuesta de acción, con un enfoque mucho más simple y directo, que encima cuenta con dos segundones, ni siquiera secundarios... al frente. Seamos realistas, los personajes de Sebastian Stan y Anthony Mackie no venían con el potencial de Wanda, de hecho, para muchos, partían con desventaja porque nunca habían sido los favoritos de nadie. Por eso 'Falcon' termina dedicando sus seis episodios a que conozcas bien a Sam, qué lleva dentro, y a que atisbes la potencialidad de Bucky. ¿Podría haber hecho más con los temas que trata? Sí, pero eso no significa que lo que haga lo haga mal o que no logre su objetivo.
Cambios radicales y consecuencias pandémicas
De la inteligencia emocional cargada de metáforas e insinuaciones veladas de 'Bruja Escarlata y Visión' pasamos a un discurso, fácil, sencillo y para toda la familia. 'Falcon y el Soldado de Invierno', serie cargada de testosterona y alejada de la complejidad, es en cierta forma un opuesto a lo que viésemos de la mano de Olsen y Paul Bettany. Aquí no hay algo ni remotamente denso, no hay recovecos, sino más bien un planteamiento de temas muy importantes de una manera tremendamente accesible, todo un regalo si adoptamos la postura de que no es positivo dejarse a nadie por el camino. El espectador que no entendió ni papa de 'Bruja Escarlata' existe, ahora, es difícil que ese fan se pierda lo que significa para Sam convertirse en un Capitán América negro. Así con lo que llevamos de Fase 4, Marvel no menosprecia a sus seguidores pero tampoco tira cohetes: seamos realistas, no todo el mundo tiene la misma inteligencia emocional ni está en el mismo punto en lo que ciertos temas sociales se refiere, y si no quieres dejar a nadie atrás, sin duda este sería un camino.
Más allá de esa responsabilidad social que abraza 'Falcon', si es cierto que se puede percibir cierta torpeza en el desarrollo de sus tramas y en la alternancia de los acontecimientos, lo que desemboca en un viaje irregular que probablemente falle desde la concepción de su formato. Esto no es una serie, esto, como muchas veces ha recalcado el propio equipo, es una película de seis horas... Una película que además habría tenido que reorganizar todo su tenderete con aquella vuelta al cole que protagonizase tras el confinamiento. Con 'Viuda Negra, esa otra gran afectada, probablemente empecemos a salir de dudas... Hasta entonces quizá (en esta ocasión y sin que sirva de precedente) sería conveniente juzgar a 'Falcon' en su contexto, uno más arisco y atípico que nunca.