La cuarta jornada de Sitges 2018 estuvo marcada por el estreno en nuestro país de una de las películas que más darán que hablar este año (y los próximos). Hablamos de 'Under the Silver Lake', lo nuevo de David Robert Mitchell que estuvo presente en Cannes y en el Fantasia de Vancouver.
Tres fueron las propuestas que pudimos disfrutar, totalmente diferenciadas entre ellas y que nos llevaron a la sección Oficial, a Òrbita y Noves Visions. Neo-noir surrelista, thriller y terror experimental son las etiquetas que definen a la perfección esos títulos que ya forman parte de nuestro recorrido en esta edición, y entre los que ya se encuentran algunas de las mejores películas que veremos este año.
'Under the Silver Lake'
Cuatro años después de convertirse con 'It Follows' en una de las sensaciones en festivales, David Robert Mitchell presenta en Sección Oficial a Competición su tercer largometraje, para el que abandona las calles desiertas de Detroit como ciudad fantasma, para adentrarse en un Los Angeles críptico y laberíntico.
Con Andrew Garfield convertido en motor y parte inseparable de la película, 'Under the Silver Lake' bien podría definirse como el híbrido perfecto entre 'Mulholland Drive' y 'Puro vicio' para la generación millennial.
Sin duda, estamos ante un título cuyas lecturas son dignas de varias revisiones, el cual dará que hablar y que, para bien o para mal, ya forma parte de lo mejor y más interesante del género contemporáneo. Para ello, Mitchell prefiere centrarse en el surrealista viaje del protagonista en la búsqueda de su vecina desaparecida, presentado cual cóctel de referencias a la cultura popular donde el desenlace será lo que menos importe, pues el trayecto a realizar se convierte en toda una experiencia cinematográfica.
Lo mejor: Andrew Garfield y la forma en la que Mitchell nos hace estallar en la cara todo el contenido referencial que construye la historia.
Lo peor: Su excesivo metraje puede hacer mella en la paciencia de quienes no consigan entrar de lleno en su universo.
Nota: 8
'Galveston'
Basándose en una novela de Nic Pizzolatto, quien se ha encargado de adaptarla al largometraje junto a la directora Mélanie Laurent, llega a la Sección Òrbita de Sitges 'Galveston', el quinto largometraje de la realizadora francesa.
Siendo este su debut en Hollywood, Laurent nos presenta un thriller donde el gran peso narrativo reside en sus potentes personajes y la forma en la que se establece la relación entre ellos. Ben Foster encarna a Roy, el miembro de una banda criminal que, tras sobrevivir a una emboscada por parte de su jefe, se cruzará en su camino con el personaje que protagoniza Elle Fanning, Rachel, una joven prostituta que se unirá a Roy en una huida hacia un lugar mejor donde intentar empezar una nueva vida.
La historia que sendos protagonistas llevan a sus espaldas será lo que marque el devenir de su propia historia, haciéndose presente cierta tendencia a la intensidad narrativa de la que Pizzolato ya hizo gala en 'True Detective', marcada por los despuntes hacia una violencia que, como bien se puede ir descubriendo a medida que avanza la trama, acabará estallando sin concesiones.
Lo mejor: La buena sintonía entre Foster y Fanning.
Lo peor: La sensación de que todo esto ya lo hemos visto antes.
Nota: 6
'Luz'
Con un presupuesto low cost y rodada en 16mm, como parte de Noves Visions llega una de las películas que han causado sensación en aquellos certámenes donde se ha podido ver. Estrenada en la pasada Berlinale, 'Luz' es una experiencia sensorial como pocas veces se han visto en pantalla.
La ópera prima del alemán Tilman Singer nos presenta a Luana Velis como Luz, una joven taxista chilena que llega hasta una comisaría asediada una fuerza sobrenatural. Una vez allí, con interrogación mediante, se desvelará que una entidad demoníaca quiere poseer su cuerpo.
Quienes puedan pensar que estamos ante el enésimo título de posesiones, no pueden estar más equivocados, ya que no es exageración decir que nunca antes habíamos visto algo como 'Luz', cuyo espíritu de cine arty sabe aprovechar la escasez de medios y tira de ingenio para representar una historia de horror que nos trae a la memoria 'La posesión' de Andrzej Zulawski y el cine de terror de los setenta. Pieza de género underground con alma de culto que ya se ha ganado un lugar en los corazones de todos aquellos que la han amado. Como no podía ser de otra forma, estamos ante un título polémico, de aquellos que provocan división de opiniones totalmente radicales, como radical es su propuesta y la forma en la que juega con el lenguaje cinematográfico, a camino entre la performance y una pieza teatral.
Lo mejor: Setenta minutos de una experiencia inolvidable, para bien o para mal.
Lo peor: Es tan arriesgada que puede llegar a costar un poco entrar en ella.
Nota: 9