El cierre de la Sección Documental ha llegado, tras 6 días que han acabado sumando con el de ayer un total de 22 filmes. La 16ª edición del Festival de Málaga se despide de la no ficción con 'La plaga', 'Toñita' y 'En busca de un lugar común'.
Plagas, soledad y favelas
El primero de los documentales fue 'La plaga', de Neus Ballús. Un documental a medio camino entre lo observacional y la pura ficción. Su calidad técnica es impresionante, pero algunas escenas dejan cierto sabor a ficcionado; sabor, que por otro lado, tampoco intenta ocultar. Los protagonistas: un agricultor, un luchador, una anciana, una enfermera y una prostituta se enfrentan a sus problemas diarios. Una película muy desoladora que también deja lugar para algunos rayos de esperanza, vitales, que en muchas de las ocasiones son provocados por la interacción que ellos mismos realizan entre sí.
La siguió 'Toñita', un corto centrado en la vida de Doña Toña, una anciana que vive completamente sola. Su rutina es simple y, a priori, poco interesante; pero Toñita se sobrepone a todo ello y es capaz de levantarse cada día con la misma energía que el día anterior. Su figura es ciertamente entrañable y, pese a que produce cierta lástima verla en la completa soledad, demuestra con frecuencia que esa es su forma de vida; una a la que está acostumbrada y de la que no necesita deshacerse.
Para finalizar, 'En busca de un lugar común' explora las favelas de Brasil desde la perspectiva de los turistas que las visitan. Rocinha es la protagonista, uno de los "guetos" más famosos del país. El documental se encarga de destruir los prejuicios que tenemos sobre estos lugares. Curiosamente, destaca uno de los guías que los turistas conocen mejor las favelas que los propios brasileños, pues éstos no suelen visitarlas. De hecho, cuando uno ve el filme es capaz de descubrir el interés que suscitan estos lugares que, aunque son realmente peligrosos, tampoco dejan de ser las viviendas de muchas personas, ignoradas a menudo por el gobierno brasileño.