Hoy se han estrenado tres películas en la Sección Oficial: 'El oro del tiempo', '321 días en Michigan' y 'Por un puñado de besos'. En este caso, la última de ellas es la más mediática, con diferencia: Ana de Armas, Martín Rivas y el director de 'Mentiras y gordas'; el resultado, eso sí, es el peor de los tres con amplia diferencia.
Sección Oficial: El oro del tiempo
Xavier Bermúdez escribe y dirige 'El oro del tiempo', una cinta tremendamente pausada y reposada, con un planteamiento interesante que circula alrededor del tiempo, el amor, la cotidianidad... A su vez, los actores protagonistas, Ernesto Chao, y Nerea Barros, están fantásticos incluso aunque reciten los diálogos con bastante planitud, algo que ayuda a equiparar el tono de la película, sosegado e intimista, a su forma de interpretar. Lo que falla, quizás, es la forma de profundizar en sus temas, con una lentitud necesaria para crear el ambiente que 'El oro del tiempo' desea, pero tremendamente densa y con poca información o superficial por momentos.
Algunos diálogos son bastante forzados y eso se nota cuando además se dan tan pocas conversaciones o se intenta enfatizar tantísimo las imágenes frente a la narración dialogada. Por momentos funciona, y las intenciones son buenísimas, pero la extensión juega en su contra; aunque un corto podría haber quedado forzado sabiendo cómo Bermúdez desea contar la historia, 'El oro del tiempo' se antoja un tanto tediosa, por mucho que su historia tenga intenciones geniales y un trasfondo maravilloso.
'El oro del tiempo' se podrá volver a ver en el cine Albéniz el jueves 27 a las 17:00.
Sección Oficial: 321 días en Michigan
Sin ser el gran estreno mediático del día, sí que había cierta expectación por '321 días en Michigan': es una producción malagueña y se ha estrenado en su propia ciudad. Enrique García, director y co-guionista con Isabel Sánchez, se atreve con un drama carcelario sobre un hombre, interpretado por Chico García, que tras un delito financiero ingresa en la carcel con la intención de usar un blog de internet como tapadera para que nadie sepa que está en prisión: todo el mundo debe creer que está en Michigan. Esta mentira, para el exterior, se contrapone con la sinceridad de todos los prisioneros, en el interior. Es una pena, eso sí, que no se profundice en ese asunto, teniendo una premisa así de atractiva.
La realización es buena y no se puede quejar uno de las interpretaciones, pero hay ciertos asuntos por pulir en el guion. El protagonista, por ejemplo, es quizás el personaje menos interesante de toda la película y su relación con el resto de individuos no guarda ninguna coherencia. Ahí entra Héctor Medina para salvar la película como puede: su interpretación es sobresaliente y su personaje, un prisionero con deudas que necesitará del protagonista para sobrevivir, es el más cautivador y uno de los pocos que de verdad tiene una progresión dramática a lo largo del filme. '321 días en Michigan' es correcta, entretenida y hasta tiene ciertos apuntes curiosos o que profundizados hubieran sido memorables pero ciertos errores constantes y reiterativos empañan el resultado final.
'321 días en Michigan' se podrá volver a ver en el cine Albéniz el jueves 27 a las 21:30.
Sección Oficial: Por un puñado de besos
El plato fuerte del día. 'Por un puñado de besos', basada en una novela de Jordi Sierra i Fabra, es un dramón romántico, por momentos de tono simpático y por momentos con la intención de que te pongas melancólico, que no consigue ni una cosa ni la otra. El guion y la realización están forzadísimos y son la mejor definición posible de "intentarlo demasiado fuerte": el libreto es una enumeración de frases baratas de Facebook y la dirección una anarquía hortera y descontrolada con ganas de arriesgar usando planos alternativos pero solo porque supuestamente quedarán guay.
El drama pronto se convierte en comedia: comedia involuntaria. Y una fantástica. 'Por un puñado de besos' es uno de los más divertidos placeres culpables que he podido ver jamás, aunque por todas las razones equivocadas. Me gustaría reivindicarla como la película fallida que es, pero disfrutable desde una distancia irónica. Porque el filme es malísimo, terrible: un insulto al espectador y a los temas que trata; y quizás sea eso lo que puede hacer que un tipo de espectador muy concreto la disfrute. Bueno, ese espectador y algunos adolescentes, pues David Menkes, el director, ha intentado dirigirse a ellos usando todas toditas las modas de esta generación y la superficialidad filosófica que inunda alguno de los productos más vendidos entre ellos; en una situación ideal, esos adolescentes objetivo se darían cuenta de la manipulación que 'Por un puñado de besos' está intentando provocarles.
El guion es terrible: parece un primer borrador que se acabó produciendo por pura casualidad. Algunos personajes cambian de forma de ser solo para que el conflicto en la trama pueda continuar, la contradicción es una constante bien fea que se repite durante toda la película y se llegan a hacer referencias a cosas que solo el espectador sabe. Todo se resuelve de la forma más fácil y simple, no existe ningún trabajo aparente detrás del libreto: ¿que hace falta música y que sea emocional? El personaje mete un CD y empieza a sonar sin siquiera darle al Play. ¿Alguien tiene que descubrir una mentira? Otro personaje se lo cuenta. ¿Ese alguien tiene que perdonar al que dijo la mentira? Aparece una carta que lo soluciona todo.
Cuando tienes que evitar escribir diálogos que muestren la química de los personajes haciendo montajes musicales, algo no está bien. De hecho, cuando en una película uno de los personajes vuelve a casa, le llueve y contesta a su compañero de piso: "Quería mojarme, necesitaba sentirme viva", algo falla. Cuando en una película uno de los personajes echa en cara a otro que jamás le ha hecho reír y se ríe un total de 4 veces antes de decir: "Esta es la primera vez que me haces reír", algo falla. Algo falla o es la mejor comedia del año.
'Por un puñado de besos' se podrá volver a ver en el cine Albéniz el jueves 27 a las 19:15 y 23:30.