Hace escasas horas, Leonor Watling y Juan Diego Botto presentaban la gala de inauguración del Festival de Málaga 2014. Con esto se daba el pistoleazo de salida para la 17ª edición de este popular evento, que reúne algunas de las apuestas más fuertes del cine español. Del 21 al 29 de marzo, realizaremos en eCartelera una crónica diaria analizando todas las películas expuestas en la Sección Oficial y alguna otra producción interesante del resto de secciones.
Sección Oficial: 'No llores, vuela'
La Sección Oficial de largometrajes ha arrancado con 'No llores, vuela', de la peruana Claudia Llosa, directora de 'Madeinusa' y 'La teta asustada'. Para esta película se ha aliado en co-producción con España, Francia y Canadá, además de recibir una pequea ayuda de su país de origen, Perú. Como resultado, en el reparto se reúnen nombres tan potentes como Cillian Murphy, Jennifer Connelly y Mélanie Laurent, que como comenta Llosa ha ayudado bastante a que el filme consiguiera la financiación que necesitaba: "Ha sido un privilegio contar con el elenco con el que hemos podido contar en esta película", afirmaba en la rueda de prensa.
Con semejante reparto, os preguntaréis: ¿de qué proporciones es esta película? Para que os hagáis una primera idea, los productores han llegado a mencionar en dicha rueda de prensa que Sony compró los derechos durante el festival de Berlín y planea estrenarla a fines de año, lo que ellos mismos han leído como una forma de promocionarla de cara a los Oscar. No obstante, igual que los propios productores afirman que eso es solo una especulación, yo no lo veo nada claro: el reparto tiene un talento que asusta y la película no es nada desdeñable, pero no tiremos cohetes donde no los hay.
'No llores, vuela' no tiene ni el idioma necesario para participar en la categoría a Mejor película de habla no inglesa, puesto que obviamente está rodada en inglés, ni la talla para participar en otras secciones. Llosa ha firmado una producción con un reparto que tiene posibilidades de petarlo en cualquier momento, pero no son los premios de la academia las pretensiones de su película: su corte es mucho más independiente, digamos, y tampoco es que sea una bomba ahí. Es un dramón, por momentos un tanto intimista, que sin estar demasiado mal circula por sus 112 pesados minutos de duración con algunos altibajos peligrosos y con ciertas escenas que no se sostienen demasiado en el conjunto de la película.
Su discurso, acerca de la desesperación de una madre que acude a métodos poco convencionales como la sanación para curar a su hijo terminal y lo que esto provoca en su hermano, es bastante interesante y está narrado, en algunas ocasiones, con una sutileza que es de agradecimiento. La decisión más curiosa en cuanto a su narrativa es el salto temporal entre la historia de la travesía que toma esa madre, interpretada de forma genial por Connelly, para salvar a su hijo y la otra travesía que se da lugar pasados unos 20 o 30 años de su hijo mayor buscándola a ella. La mejor decisión por parte de Colla al respecto es dar los saltos de un momento al otro por coherencia temática más que de trama, pese a que ambas líneas temporales avanzan en línea recta. No obstante, 'No llores, vuela' se empeña en ocultar hasta el último momento montones de detalles de lo que ocurrió en el pasado que influyen en las decisiones que los personajes toman en el futuro, por lo que durante más de la mitad de la cinta no acabas de empatizar o entrar en lo que pasa por sus cabezas, por mucho plano cerrado o cámara en mano que Llosa utilice para intentar que nos acerquemos a sus personajes.
'No llores, vuela' se podrá volver a ver en el cine Albéniz el sábado 22 a las 21:30.
Sección especial: 'Europe in 8 bits'
Fuera de concurso, el documental 'Europe in 8 bits' se ha presentado al público del festival de Málaga mostrando la más que interesante cara de la escena de música chip que se originó en Europa y se ha llegado a extender a todo el mundo. Javier Polo dirige un largometraje alucinante que produce un efecto hipnótico ante los artistas de esta escena musical, centrada en componer canciones y dar conciertos usando videoconsolas y máquinas que usen un chip de 8 bits. Es decir, es posible ver a estos músicos ofreciendo espectáculos ambientados con una Game Boy modificada y utilizando los sonidos que ésta puede desprender.
Es necesaria cierta parafernalia tecnológica para que el documental no peque de simplista, pero 'Europe in 8 bits' no se queda ahí y de hecho pasa rápidamente por ese aspecto para indagar en todo lo que la música chip significa para este panorama de artistas y de dónde surgió la semilla que originó este estilo musical. Como insisten en puntualizar, no se trata de un género, sino más bien de un contenedor de géneros, cuya principal característica es su pureza musical, libre de artificios, pese a la ironía de haberse creado por culpa de las limitaciones tecnológicas de un aparato. A partir de ahí, y siempre con cierto desenfado, se construye una ideología que se podría relacionar con el punk, que se antepone a la idea del capitalismo: la sociedad de consumo nos obliga a usar un producto, tirarlo y utilizar uno nuevo; los artistas de la música chip, por lo contrario, desean buscar esos productos desechados y aprovecharlos para sus propios fines: como un sociólogo comenta en el documental, la idea sería aprovecharse del producto en lugar de que el producto se aproveche de ti.
Con un repaso de lo más variado por algunos de los nombres más importantes de una escena musical muy independiente, que se llegó a formar incluso antes del auge de internet pero que se afianzó gracias a micromusic.net, la película arroja un poco de luz sobre una corriente que ha ido creciendo con el tiempo pero que no deja de ser tremendamente independiente y que está muy lejos de convertirse en una corriente mainstream, algo que a sus músicos, sinceramente, no les importa: no tienen pretensiones de ganar un dineral con su arte ni de llenar estadios, curiosamente la mayoría de entrevistados de Polo son de una humildad asombrosa, de un ego del tamaño de un bit.
'Europe in 8 bits' no se volverá a proyectar en el festival de Málaga, pero se podrá alquilar para su visión en streaming hasta el 1 de abril desde la página web oficial. Próximamente se estrenará en Canal+.