El domingo es el primer día pasado de agua por la presente edición del Festival de Sitges 2010, pero las colas de público y medios siguen allí, ajenos a las inclemencias del tiempo. Y la verdad es que no es para menos, ya que hoy regresa a las pantallas de Sitges uno de los grandes, uno de los maestros, tras diez años de silencio: John Carpenter.
Antes, empero, le toca el turno a 'Fase 7', comedia apocalíptica argentina que supone la ópera prima de Nicolás Goldbart con Federico Luppi como principal nombre en su reparto. El film de Goldbart compensa su exíguo presupuesto con una buena dosis de humor tiznado de suspense, en una extraña aunque factible mescolanza entre '[REC]' y 'Aquí no hay quien viva', por decirlo de algún modo.
Tras ello llega el momento de la verdad, y tras otorgarle la Màquina del Temps al discípulo de Carpenter, Mick Garris, 'The Ward' llega a Sitges con un lleno absoluto en la sala, y la verdad es que el maestro no decepciona. Sin demasiados lujos, todo hay que decirlo, el director de títulos como 'La noche de Halloween', 'Rescate en Nueva York' o 'Golpe en la pequeña China' nos brinda un film de terror al uso, con ambientes sombríos, sustos por doquier y twist final incluído. En definitiva, un film entretenido y poco más.
Después le tocó el turno a una de las películas más aplaudidas del festival, 'Secuestrados', el nuevo trabajo de Miguel Ángel Vivas, una mezcla entre el docudrama y el exploit con obvias referencias -estilísticas, que no conceptuales- al 'Funny games' de Haneke, y que una vez dejado a un lado su impacto inicial en el espectador, no dejar de ser un producto medio que gana puntos por ciertos recursos de cámara y su desenlace final.
Por último, aguardamos hasta la Japan Madness que se celebraba de madrugada para poder disfrutar de 'Helldriver', el nuevo trabajo del amo y señor del neo-gore Yoshihiro Nishimura, responsable de 'Tokyo Gore Police'. Por desgracia, el nuevo trabajo del nipón deja bastante que desear, no por falta de hemoglobina, casquería y mutaciones surrealistas, sino por su concepción de perpetuo tráiler in crescendo que termina por sofocar al espectador. Una lástima, sobretodo teniendo en cuenta la impagable presentación de la película que nos brindó su director sobre las tablas de l'Auditori, quien sin rubor alguno se quedó en calzoncillos ante el público mientras hacía volar un feto humano sujeto por un cordón umbilical.
El lunes, también pasado por agua, fue algo más tranquilo.
La sesión se inició con 'Vanishing on 7th Street', el nuevo trabajo de Brad Anderson, que cuenta con nombres como los de Hayden Christensen y John Leguizamo entre sus actores protagonistas. El nuevo trabajo del director de 'El maquinista' y 'Session 9' no terminó por convencer, en un film con vocación de episodio de 'La dismensión desconocida' alargado y que echa al traste su prometedor arranque inicial.
Tras ello le tocó el turno a 'Insidious', el nuevo largometraje de James Wan, el director de 'Saw', a quien, por cierto, también entrevistamos. La verdad es que no deja de resultar curiosa la regresión cinematográfica de este joven cineasta, quien tras dirigir todo un hito del terror moderno, con sus tres siguientes films deambula por el terror y el suspense típicos de las décadas de los setenta y ochenta. E 'Insidious' no es una excepción. La película de Wan se nos muestra como una mezcla del terror en clave casa encantada de 'Poltergeist' o 'The haunting' con ese humor socarrón de 'House', en un lúdico homage al género que, a pesar de distar de ser un producto redondo, sí que funciona a la perfección como entretenimiento.
Por último le tocó el turno a 'La otra hija', película que este fin de semana llega a las salas españolas y que supone el primer largometraje dirigido por Luis Berdejo. El guionista de la saga '[REC]' cuenta con Kevin Costner e Ivana Baquero como principales protagonistas, y nos brinda un thriller fantástico -de género, no de calidad- que a un servidor no ha podido dejar de recordarle a una mala copia de un film de Shyamalan. Lo cierto es que 'La otra hija' no es tan mala película como pudiera parecer, pero lo cierto es que el abuso de tópicos y frases de manual echan al traste sus posibles virtudes.
Y eso es todo por hoy: mañana más.
