Ryan Murphy no descansa creando nuevas series para la televisión. Tras el éxito de 'American Horror Story' y 'American Crime Story', el productor está preparando 'Feud', con Jessica Lange y Susan Sarandon dando vida a Bette Davis y Joan Crawford y su sonada disputa en '¿Qué fue de Baby Jane?'. Pero, ¿qué otras míticas peleas tiene en mente para su segunda temporada? Hay una que los fans esperan con ansias y no es otra que la de las divas del pop Taylor Swift y Katy Perry.
En el tour de prensa de la Asociación de Críticos de Televisión, el showrunner habló acerca de la próxima serie que verá la luz en nuestro país a través de HBO. La pelea entre Swift y Perry es una de las más sonadas en el mundo de la música y los espectadores están deseando ver a las dos artistas tirarse de los pelos. "Nunca haría otra historia de Hollywood de mujer contra mujer, aunque la gente quiere de verdad una entre Taylor Swift y Katy Perry. Tengo un montón de peticiones pidiendo hacer la de Taylor y Katy", comentaba Murphy. ¿Cumplirá los deseos de su público? Parece que tiene una respuesta muy clara ante esta pregunta: "no voy a hacerlo".
Después de dejarnos con el corazón roto y sin la pelea más esperada de la década, el productor ejecutivo se encuentra recopilando propuestas para elegir la más adecuada. "Llamé a Mark Ruffalo y dije, '¿hay algunas famosas peleas que tú quieras hacer? ¿En las que estés interesado?'", contó a los periodistas presentes. "Susan (Sarandon) y Jessica (Lange) siempre será productoras en la continuación de la serie, incluso si no quieren actuar en ella, así que he hablado con ellas sobre en qué están interesadas en ver".
Pese a que Hollywood no volverá a protagonizar otra entrega de 'Feud', son varios los que también han pedido que se muestre un enfrentamiento entre Britney Spears y Christina Aguilera o, incluso, el más reciente entre Donald Trump con Meryl Streep. "Me gustaría hacer a Meryl Streep y Trump. Quiero decir, esta es una buena pelea", bromeaba Murphy. Sin embargo, tiene claro que "no, no creo que quiera hacer nada de Hollywood después de esta".
La falta de las mujeres en pantalla
La principal inspiración de Ryan Murphy para la creación de esta nueva ficción fue la falta de representación femenina en pantalla en Hollywood. "Lo que salió de mí fue un gran número de sentimientos conmovedores hacia las mujeres, y desde eso decidí dar el salto a 'Feud'", explicaba.
Uno de los principales problemas de la industria para con las mujeres es la edad de estas, reduciendo notablemente sus posibilidades de conseguir papeles a medida que van cumpliendo años. "Creo que esta es una gran parte de la serie", explicaba Susan Sarandon. "Lo que Hollywood le hace a las mujeres con su edad, que es solo un microcosmos de lo que le ocurre a las mujeres a medida que envejecen si quieres decir que se convierten en invisibles o no atractivas o indeseables o lo que sea".
Precisamente este problema es uno de los principales que se tratan en la serie, tal y como ha comentado Jessica Lange. "Hemos tocado eso de una manera muy profunda. Joan era diez años más joven que yo ahora cuando esto tuvo lugar, y su carrera se terminó por su edad. Acerca de lo que estamos hablando, especialmente con Joan, quien fue conocida por su tremenda belleza -¿qué ocurre cuando esta belleza no se considera ya viable?".
13 anécdotas del enfrentamiento entre Bette Davis y Joan Crawford
El germen del odio
En su momento las malas lenguas comentaron que la enemistad entre las artistas tuvo un claro punto de inicio. Y es que al parecer Miss Davis rechazó una propuesta de tipo amoroso-sexual por parte de Crawford. (A este respecto, la intérprete de 'La estrella' comentó desconocer con exactitud si su archienemiga era lesbiana ya que "nunca dejó que se le acercara tanto"). No obstante, no todas las fuentes terminan de decantarse por el mismo elemento como motor desencadenante de la popular tormenta de reproches y humillaciones posteriores. Para algunos periodistas, ambas artistas desarrollaron semejante desprecio a raíz del rodaje de '¿Qué fue de Baby Jane?' ya que hasta el momento no eran grandes conocidas.
Tensión previa al rodaje
A principios de enero de 1962 tuvo lugar un primer contacto entre ambas a propósito del proyecto que dirigiría Robert Aldrich. Según testigos allí presentes, Bette Davis fue increíblemente grosera con la que sería su partenaire en la cinta. Por aquel entonces, la intérprete de Massachusetts se encontraba representando una obra de teatro en Broadway y Crawford acudió a su camerino para hablar del guión de la película. "Siempre he querido trabajar contigo", reconoció esta última ante la sorpresa de Davis. No obstante, estas palabras no ablandaron el corazón de la intérprete estadounidense ya que tiempo después reconocería haber pensado en ese momento: "Esta mujer es una mentirosa". Pobre Joan.
Con el pie izquierdo
Bette Davis aceptó participar en el proyecto siempre y cuando se cumpliesen una serie de condiciones. Entre estos requisitos destacaron una primera posición en los títulos de crédito, interpretar el papel de Jane Hudson (su hermana le parecía "una estúpida puta en silla de ruedas") y cobrar dinero adicional para gastos semanales. Pero tal y como relata Juan Tejero en '¡Este rodaje es la guerra!', cuando ambas actrices firmaron sus contratos Joan Crawford recibió el documento de Davis por error descubriendo el pastel. Es por ello que la viuda de Alfred Nu Steele insistió en que se añadiese una nueva cláusula en su contrato que la igualase a Davis en términos económicos. Por aquel entonces ya empezaba a masticarse la tragedia.
Utilizando pelo del enemigo
Resulta curioso que Bette Davis emplease (durante el rodaje y sin saberlo) unos rizos rubio platino que ya había utilizado su rival en otra película. Y es que en un primer momento, Aldrich quedó descontento con una peluca provisional confeccionada para Davis por lo que optó por pedir ayuda a Peggy Shannon. Esta, que era la peluquera personal de Joan Crawford, rescató del armario una enorme cabellera que había utilizado su cliente en un antiguo film de la Metro. De este modo, la protagonista de '¿Qué fue de Baby Jane?' pasea en escena el mismo peluquín con tirabuzones que llevaba Crawford en 'The Ice Follies of 1939'.
Batalla por la bebida
El 23 de julio de 1962 arrancó el rodaje de este inolvidable drama. Y lo hizo por la puerta grande con conflicto incluido. Al parecer, Joan Crawford tenía la costumbre de instalar una nevera de Pepsi-Cola en los sets debido a su estrecho vínculo con la marca (era la viuda del antiguo presidente y ejercía de embajadora). Por su parte, el director de la cinta presentaba una tradición bastante diferente en cuanto a bebidas refrescantes: Aldrich mantenía un importante contacto con los altos cargos de Coca-Cola y siempre mandaban sus productos. Una vez planteado el enfrentamiento, Bette Davis tardó poco en decantarse por un bando y utilizaba todos los días una máquina dispensadora de Coca-Cola ante la mirada incisiva de Crawford.
Luchando por el favor del director
La rivalidad entre las dos actrices principales se hizo más evidente a partir de la segunda semana de rodaje. En este sentido, Robert Aldrich tuvo que mediar entre ambas para evitar mayores desastres. Este contaba que las dos intérpretes contactaban con él para quejarse de su oponente casi todas las noches. B.D. Merill, la hija de Bette Davis, era consciente de este tenso y áspero ambiente: "Mamá estaba al teléfono con Robert durante al menos una hora cada noche. Hablaba de todo lo que había sucedido en el set ese día, y de las cosas terribles que Joan le había hecho. Después se ponían a discutir las escenas de la jornada siguiente y hablaban de cómo iban a ajustarle las cuentas a Joan. Y yo siempre tenía la imagen de Crawford llamando a Aldrich y diciéndole exactamente las mismas cosas".
Descontentas con su aspecto
El montador de la cinta, Michael Luciano, se sorprendió ante la reacción de Bette Davis y Joan Crawford cuando se vieron por primera vez en pantalla durante la fase de producción. Ambas quedaron increíblemente horrorizadas con sus físicos. De hecho, Crawford no podía parar de llorar y lamentarse. Ante esta situación, su compañera de escena le propuso intercambiarse los personajes. "No puedo hacer tu papel. Tú eres el doble de fea", le espetó Crawford cuando su oponente le ofreció tal solución.
La broma de la rata
El set de rodaje de '¿Qué fue de Baby Jane?' estuvo inundado de travesuras por parte de Davis. Una de sus bromas más destacadas fue aquella relacionada con un animal. Al parecer, la intérprete de 'La loba' propuso cierto cambio en el guion para que su personaje le sirviese a Blanche una rata muerta en lugar de un pájaro. Una vez incorporada dicha modificación, Joan Crawford sufrió las consecuencias. Y es que la actriz, que desconocía por completo el cambio, se desmayó tras levantar la tapa de la bandeja y observar al fallecido roedor. Por su parte, Davis no podía parar de reír.
Apasionadas escenas de violencia
Las escenas que implicaban algún tipo de agresión fueron otro motivo para que saltasen chispas entre las dos divas. A pesar de que se utilizó un maniquí para los primeros planos en los que el personaje de Bette Davis lastima a su hermana, Joan Crawford tuvo que emplear su propio cuerpo para las tomas más largas. Cuestión que desencadenó un ligero contratiempo ya que el pie derecho de Davis tocó sin querer la cabeza de Crawford en uno de los ensayos (evento que provocó que un periodista presente en el rodaje hablase de tres puntos de sutura). Por su parte, se dice que el 24 de agosto de 1962 Crawford quiso vengarse y se colocó un cinturón especial de levantador de pesas con el objetivo de que Davis sufriese mientras la arrastraba en escena. La intérprete de Massachusetts necesitó cuatro días de descanso para recuperarse de problemas de espalda.
Sin tregua
El lanzamiento de la película fue todo un éxito y consiguió reorientar la carrera de sus dos actrices protagonistas. El retrato de dos viejas glorias en proceso de decadencia llamó la atención del público y obtuvo muy buenas críticas. Eso sí, la gran acogida del film no calmó la eterna batalla entre sus dos grandes figuras. Mientras que una envidiosa Crawford planeaba innumerables venganzas contra su antigua compañera de escena, Davis le dedicaba temibles frases ahora inolvidables: "No mearía sobre ella aunque estuviese ardiendo" y "Se ha acostado con todas las estrellas de la MGM menos con Lassie".
Malentendidos durante la promoción
Las apariencias (y las fotografías) engañan y Jack L. Warner no mantenía una relación especialmente cordial con las dos actrices principales de '¿Qué fue de Baby Jane?. De hecho, en un primer momento el propietario de la Warner Bros tuvo palabras más bien duras hacia la pareja protagonista: "No daría ni un duro por ninguna de esas dos viejas putas". Lapidaria frase que Bette Davis confesó a cierto periodista durante la campaña de promoción de la cinta sacando a relucir el duro carácter del empresario. No obstante, el comentario llegó a oídos de Joan Croawford, quien malinterpretó la situación pensando que el insulto salía de la boca de su compañera de reparto. "A partir de ahora, cuando hables de mí, no me llames vieja puta", le espetó a Davis vía telegrama.
Guerra abierta en la 35º edición de los Oscar
Que Crawford tenía un poco de mala baba nunca fue un secreto para los miembros de la industria cinematográfica. La intérprete aprovechó la ceremonia de los Oscar de 1963 para dejar claro a Davis que quien ríe el último ríe mejor. Al parecer la nominación de esta última en la categoría de mejor actriz por su papel en '¿Qué fue de Baby Jane?' no le hizo especial ilusión a su compañera de reparto en la cinta. Es por ello que Crawford, que se quedó sin reconocimiento, se ofreció a recoger el Oscar en el caso de que Anne Bancroft obtuviese la estatuilla dorada ese año (esta tenía previsto ausentarse). Para desgracia de Davis, su enemiga se salió con la suya y subió con una sonrisa a recoger el premio. Y es que aunque no fuese por mérito propio, la actriz de Texas fue finalmente la que consiguió pisar el escenario entre gritos y aplausos. Años después reconocería haber disfrutado humillando a su rival.
La muerte las separa
La actriz de 'Eva al desnudo' siempre fue una mujer de ideas fijas e inamovibles. Una dama sin pelos en la lengua. Es por ello que cuando la Crawford murió en 1977, la estadounidense se mantuvo coherente respecto a la intensa rivalidad que habían mantenido en vida. Pues tal y como recoge Rafael Dalmau en su libro 'Los pecados del cine', la intérprete de Massachusetts dejó caer más de una frase que pasará a la posteridad por su cómica crueldad. "Porque esté muerta no quiere decir que haya cambiado" o "Uno nunca debe decir cosas malas sobre los muertos, sólo se deben decir cosas buenas... Joan Crawford está muerta, ¡qué bien!", son solo algunos ejemplos de comentarios ácidos a pie de funeral.